¿Cómo ahorrar tiempo al embarcar y desembarcar del avión?

Pasajeros en pleno desembarque en el aeropuerto de Los Ángeles (Wittayayut – Wittayayut / Getty Images)

Existen formas de abordar y abandonar el aparato más eficientes de las utilizadas habitualmente

MAGDA BIGAS

La prisa se ha apoderado de nuestras vidas. Atrás quedan los tiempos en los que viajar en avión era una experiencia reservada sólo a unos pocos privilegiados. Su popularización ha esfumado toda pizca de glamour y el reloj ha pasado a ser el auténtico protagonista. Para las aerolíneas ganar minutos -recortar el tiempo de vuelo y de todas aquellas operaciones previas y posteriores- tiene una traducción directa en su cuenta de resultados.

Hoy, en una época en la que el tiempo es oro, en cambio, la seguridad exige mayor antelación y más trámites de acceso. Sin embargo, paradójicamente, el embarque y de desembarque son más lentos de lo que sería necesario.

Desde 1970, la velocidad a la que el pasaje aborda los aviones se ha desacelerado en más del 50% por culpadel aumento del equipaje de mano

Diversos estudios, como el realizado por la Northwestern University de Illinois señalan que en ambas operaciones podrían ahorrarse hasta 20 minutos. En lugar de obligar a los viajeros a abordar la aeronave siguiendo el orden habitual -primero los pasajeros premium y las familias y después los situados en las primeras filas, seguidos de los de los asientos posteriores, o viceversa– podrían hacerlo de otras formas.

Una de ellas es el sistema WilMA (Window, Middle, Aisle o, en otras palabras, ventana, medio, pasillo), utilizado por alguna aerolínea como United Airlines, que pueden llegar a reducir los tiempos de embarque hasta el 35%. Así, los primeros en subir son los pasajeros sentados junto a las ventanillas, después los situados en el centro y, por último, los del pasillo. En el desembarque, el orden sería el opuesto.

Y es que Boeing señala que desde 1970, la velocidad a la que el pasaje aborda los aviones se ha desacelerado en más del 50%. La culpa no es otra que el aumento del equipaje de mano y la dificultad que entraña colocarlo en los compartimentos superiores. En este contexto, algunas fuentes aseguran que incluso sería más rápido permitir que los pasajeros subieran al avión a la vez, eligiendo sus propios asientos, algo que en el pasado había llevado a cabo Ryanair.

Pasajeros a la espera de embarcar (izusek / Getty Images)

Tras el aterrizaje

Tras el vuelo, el caos. Al aterrizar en el aeropuerto de destino los letreros luminosos autorizan a desabrocharse el cinturón. La calma vivida durante el viaje desemboca en una frenética carrera por abandonar el aparato. El tiempo recupera el protagonismo. Los pasajeros se afanan por alcanzar el equipaje entre empujones.

A diferencia del momento del embarque, en que la aerolínea marca de forma clara el protocolo, a la hora de vaciar el avión, la tripulación se mantiene al margen, sin intervenir. La impaciencia se impone, aunque la lógica apunta a que de seguir un orden la maniobra sería más rápida, como ha podido comprobar Louise Vadeboncoeur, una asistente de vuelo de la aerolínea canadiense WestJet, que cuantifica entre 13 y 6 minutos el tiempo de vaciado de un avión según la forma de hacerlo.

La azafata, sorprendida, grabó y plasmó en un time lapse la secuencia en la que muestra la forma más eficaz de abandonar el aparato. Los pasajeros -empleados de un plataforma petrolífera que realizan el trayecto entre Fort McMurray (Alberta) y Colorado con frecuencia- esperan su turno, saliendo en perfecto orden, una fila tras otra sucesivamente, desde los primeros asientos hasta los últimos, sin alboroto ni empujones.

El vídeo, tuiteado por Tom Podolec, un periodista de Toronto, ha corrido por las redes sociales,entre la incredulidad de los internautas. ¿Realmente sería tan difícil convertirlo en algo habitual?

En una época en la que el tiempo es oro, paradójicamente, el embarque y desembarque son más lentos de lo que sería necesario

La Vanguardia

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