En el hemisferio norte suele ser el mes de agosto el de mayor movimiento turístico, mayor desplazamiento de personas, lugar mas concurridos, precios más altos, etc. etc.
En países como Italia o España, muchos comercios cierran durante todo el mes por vacaciones colectivas, es decir trabajan 11 meses al año y un mes permanecen totalmente cerrados. Incluso comercios con un numero de personas que les permitiría hacerlo de manera escalonada, sin necesidad de cerrar durante todo un mes y seguir produciendo los 12 meses del año, optan por cerrar operaciones durante el mes de agosto.
Playa de Lloret del Mar, España
Sorprende además que justamente los dos países donde esta practica es mas común, son dos de los que mejor clima tiene, me refiero a España e Italia. En ambos ya hay excelentes condiciones climáticas a partir de mayo, las cuales duran hasta bien entrado septiembre y en el sur de ambos países hasta octubre. No obstante, lo anterior, los ciudadanos de estos países parecieran concentrar sus vacaciones principalmente en agosto, a pesar de ser más costoso.
Los datos recientes de este verano de 2022 lo confirman, pues muestran que para el actual mes de septiembre lo precios en los principales destinos turísticos del sur de España han descendido una media del -17%, con algunos lugares llegando a descender más de un 20% en comparación con los precios de agosto.
Entre los destinos que más bajan las tarifas de alojamiento destacan los de playa, todavía los más elegidos entre los españoles y extranjeros, como son Santa Cruz de Tenerife que baja 39€ el precio por persona y noche (de 97€ a 57€), Marbella baja 36€ la media, pasando de 112€ en agosto a 76€ en septiembre, Cambrils que disminuye 28€ (de 75€ a 46€) o Mojácar que baja en 27€ el precio medio por persona y noche (de 70€ a 43€).
Por otro lado, quienes parecen aprovechar más esta situación de abaratamiento de precios durante el mes de septiembre, son turistas procedentes de Francia (+21%), Reino Unido (+18), Portugal (+15) y Alemania (+9), en ese orden.
La verdad es que con el aumento desproporcionado que han tenido los boletos aéreos este último año, bien vale la pena esperar unas semanas y viajar en septiembre con un ahorro sustancial en lo que a alojamiento se refiere y sin las multitudes que abarrotan los destinos durante el mes de agosto… como para pensarlo.
Alberto Aristeguieta
