Las reuniones virtuales no tienen que ser aburridas

La enseñanza y las reuniones en línea son una forma de comunicación completamente nueva.


Andy Molinsky

Como profesor, estoy enfrentando los desafíos de enseñar y hacer presentaciones en el mundo del COVID-19. Recientemente llevé mis clases a internet como resultado de la pandemia. Sin embargo, incluso antes de la crisis, estaba haciendo mucha enseñanza en línea.

La enseñanza y las reuniones en línea son una forma de comunicación completamente nueva. Aunque usted debería apuntar a las mismas metas que en un entorno presencial, necesitará diferentes herramientas para alcanzarlas. He aquí mis consejos para abrazar las diferencias y aprovechar al máximo un formato con el que quizá todavía no se sienta cómodo:

— Vuélvalo personal: Los entornos virtuales pueden sentirse impersonales, así que necesita ser creativo. Yo llego temprano a mis reuniones en línea, de forma que pueda saludar a las personas mientras aparecen en pantalla. También aliento a las personas a activar su función de video, para mejorar la conexión personal. Cuando observo la cámara encima de mi pantalla, recuerdo mostrar una sonrisa, insertar ocasionalmente una risa y transmitir un tono amigable. También trato de usar los nombres de las personas cuando me refiero a ellas, e invitarlas a tomar la palabra y participar, si es que se sienten cómodas haciéndolo.

— Transmita calidez y presencia: Hay muchas formas de crear calidez virtualmente. De entrada, haga “contacto visual” con sus participantes al ver directamente a la cámara tanto como sea posible. Ayuda el acercar manualmente la imagen de sus participantes a la cámara tanto como pueda. Asegúrese de que el ángulo de la cámara en su cara está a un nivel cómodo para que los demás lo vean. Cuando empecé, ponía mi laptop en el escritorio y orientaba la cámara hacia mi cara, lo que rápidamente le dio a mi auditorio una “grandiosa” vista de mis fosas nasales.

— Acostúmbrese al retraso en la retroalimentación: Presentar virtualmente significa aprender a estar cómodo — al menos lo suficiente — con una forma diferente de recibir retroalimentación. Cuando hace un discurso a distancia, típicamente no recibirá retroalimentación en tiempo real. Cuando encontré esta situación por primera vez, me pareció desconcertante e incluso me distraía. Los pensamientos acerca de mi desempeño estaban interfiriendo con el desempeño en sí. Sin embargo, con el tiempo aprendí a anticipar estos sentimientos y recordarme que mis charlas en línea generalmente son muy efectivas, incluso si no recibo confirmación de ello sino hasta después de mucho tiempo.

— Hágalo interactivo: Yo utilizo activamente la función de chat, que le permite a las personas comentar en tiempo real mientras les hablo. A menudo uso la función de encuestas al inicio de la sesión; es una excelente forma de calentar la discusión. También uso los breakout rooms de la plataforma Zoom, que permiten dirigir a pequeños grupos de estudiantes a sus propias salas virtuales de chat para discutir un caso y luego presentarlo al grupo en general. Como facilitador, usted tiene la capacidad de unirse a estos grupos, justo como si estuviera recorriendo el salón durante un evento presencial.

Todos nos estamos acostumbrando a operar de nuevas formas. Las reuniones en línea podrían ser desafiantes, pero también tienen ventajas. Quizá la mayor es que nos permiten estar conectados e involucrados durante un tiempo difícil para todos.

Panamá América

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