Entre Cielo y Tierra: “Emigración, ¿Exportación forzosa del Recurso Humano Venezolano?”

En los últimos 20 años desde Venezuela han partido al exterior más de cinco millones de personas, buscando escapar de la terrible situación política, social y económica que vive nuestro país; aunque no existe una estadística confiable que pueda explicar los datos socio-económicos de esa importante población, sabemos a través de los informes migratorios de USA y algunos países latinoamericanos y europeos, que buena parte de los venezolanos que han arribado a estos, son profesionales y técnicos con una excelente formación académica la cual les ha permitido incorporarse en el corto o mediano plazo al mercado de trabajo, sobre todo en aquellos países de habla hispana. Por supuesto que dentro de esa importante corriente humana también los hay de precaria formación académica, quienes en su mayoría ha ido a ocupar los trabajos que los locales prefieren no hacer. A partir del año 2002, luego de la denominada huelga petrolera, países como Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, España, Colombia y Ecuador, entre otros, se beneficiaron en la captación de un recurso humano técnico y universitario altamente calificado que fue despedido de la empresa Petróleos de Venezuela S.A.; Chile y Argentina aprovecharon un importante número de médicos venezolanos de excelente formación y especialización, para llenar cientos de plazas vacantes en el interior de sus territorios; muchos países del Caribe captaron a destacados chefs, cocineros, reposteros y técnicos hoteleros venezolanos que buscaban un horizonte más prometedor; muchos profesores universitarios, contadores públicos, actuarios, ingenieros, biólogos y otros profesionales universitarios lograron insertarse en universidades y empresas extranjeras. En los Estados Unidos, el servicio de inmigración ha revelado que los venezolanos son uno de los grupos migratorios con mejor perfil profesional y académico, y de hecho, decenas de miles han logrado insertarse en diferentes compañías 2 americanas. Como si lo anterior fuese poco, los venezolanos se han convertido en campeones del emprendimiento en el exterior, operando franquicias, pequeños negocios, trolleys de comida, actividades técnicas independientes, etc.


Toda esa migración de venezolanos al exterior se ha convertido en una verdadera exportación de recursos humanos, podríamos decir que no programada o forzada, y sin una compensación económica para nuestro país, más allá del flujo de remesas a familiares que ellos representan ahora para sus familiares.

Las exportaciones de mercancías suponen la salida de bienes materiales, generalmente materias primas o productos terminados, desde nuestro territorio hacia otros países, las exportaciones de servicios suponen la prestación de estos en el exterior por parte de empresas o personas venezolanas; el turismo receptivo constituye una exportación de bienes y servicios cuyo consumo tiene que producirse dentro de nuestro territorio por parte de visitantes extranjeros que a tal fin vienen hacia Venezuela. En el caso de la emigración de profesionales y técnicos venezolanos estamos ante un proceso muy particular que se parece a una exportación de servicios, pero que no lo es debido a que no recibimos compensación económica de los países que se benefician de ella, ni tenemos certeza que todas las personas que se fueron regresen a su país. Tampoco, como sucede con las exportaciones comunes, podemos tomar un seguro para garantizar su llegada íntegra al destino final, o su regreso en caso de no encontrar al destinatario.

El tiempo es el peor enemigo de esta inédita situación, ya que en la medida que el tiempo pasa, las familias jóvenes que emigraron se insertan profesionalmente y echan raíces en el destino, siendo entonces más difícil su regreso definitivo al país, sobre todo, si la situación económica y social no ha mejorado suficientemente.

En Venezuela todavía hay muchos profesores universitarios, con maestrías y doctorados, con salarios de miseria, que están sobreviviendo gracias a las ayudas de familiares y amigos en el exterior, y quienes en cualquier momento engrosarán las filas de la emigración. La reconstrucción de la economía venezolana demandará la presencia de los profesionales formados en cada área y con experiencia en la misma, por 3 lo que es importante que los que se han ido no pierdan el vínculo con su tierra natal y estén prestos a regresar para llevar a cabo esa difícil pero posible tarea.

Willian J. Bracho
Abogado, MSc. Gestión del Turismo Sostenible. Especialista en Derecho de la Navegación. wjbracho@yahoo.com – willianbracho@estrategaconsulting.net.
Instagram: @Estratega_Consultores

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