La seguridad y la eficacia de la vacuna británica contra el SARS-CoV-2

Ya hay resultados de un ensayo clínico realizado con una vacuna británica contra el coronavirus SARS-CoV-2, culpable de la pandemia de COVID-19.


Los resultados preliminares indican que la vacuna es segura e induce una reacción inmunitaria. La vacuna pasa pues a estar entre las que más avanzado tienen su desarrollo, de entre las que están siendo investigadas por numerosas instituciones en el mundo

En el ensayo clínico, de fase 1/2, se encontró que la vacuna indujo fuertes respuestas inmunitarias de anticuerpos y células T hasta el día 56 del ensayo. Estas respuestas pueden ser aún mayores después de una segunda dosis, según se deduce de los resultados de un estudio con un subgrupo de 10 participantes.

El análisis de los resultados del ensayo clínico lo ha realizado un equipo internacional integrado, entre otros, por Pedro M. Folegatti, Sarah Gilbert y Andrew Pollard, los tres de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.

En comparación con el grupo de quienes no recibieron la nueva vacuna sino tan solo una contra la meningitis, la vacuna contra el SARS-CoV-2 causó efectos secundarios menores con mayor frecuencia, sobre todo fatiga y dolor de cabeza, pero algunos de estos pudieron mitigarse tomando paracetamol. Se comprobó que la toma de paracetamol no afectó la inmunogenicidad de la vacuna para la COVID-19. No se produjeron efectos adversos graves como consecuencia de la administración de la nueva vacuna.

El ensayo incluyó 1.077 personas sanas de entre 18 y 55 años de edad, sin antecedentes de COVID-19, y se llevó a cabo en cinco hospitales del Reino Unido.

Basándose en sus resultados, los autores del análisis aconsejan realizar ensayos clínicos adicionales de la vacuna, incluyendo entre los sujetos de estudio a personas mayores. Los resultados actuales corresponden solo a la respuesta inmunitaria medida en el laboratorio, y se necesitan más ensayos para confirmar que la vacuna protege eficazmente contra la infección. De todos modos, los resultados obtenidos hasta ahora son muy prometedores.

El ensayo ha permitido determinar que la vacuna es segura, causa pocos efectos secundarios e induce fuertes respuestas inmunitarias en ambas partes del sistema inmunitario, provocando una respuesta de las células T a los 14 días de la vacunación (es decir, una respuesta inmunitaria celular, que permite encontrar y atacar a las células infectadas con el virus), y una respuesta de anticuerpos a los 28 días (es decir, una respuesta de inmunidad humoral, que permite encontrar y atacar al virus cuando esté circulando por la sangre o por el sistema linfático).

Los autores del análisis reconocen que el ensayo tiene algunas limitaciones y que se necesita investigar más para confirmar los hallazgos en otros grupos de población, incluyendo personas de edad avanzada, gente con determinados problemas de salud, y poblaciones étnica y geográficamente diversas. Ya se está reclutando a personas de estos grupos en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, para los ensayos de fase 2 y fase 3 de la vacuna.

Una vacuna ideal contra el SARS-CoV-2 debería ser eficaz después de una o dos vacunaciones, funcionar en las distintas poblaciones destinatarias, incluyendo personas con problemas de salud y gente de la tercera edad, conferir protección durante un mínimo de seis meses y reducir la transmisión ulterior del virus a otras personas. El ensayo actual es demasiado preliminar para confirmar si la nueva vacuna cumple estos requisitos, pero, como hemos dicho, ya se han puesto en marcha ensayos de fase 2 y de fase 3 a fin de confirmar si protege eficazmente contra la infección por el SARS-CoV-2.

El profesor Pollard explica que la nueva vacuna es un vector viral de adenovirus de chimpancé (ChAdOx1) que expresa una proteína comúnmente referida como la “proteína de púa”. Esta proteína resulta crucial para el coronavirus ya que es la que le permite entrar en las células.

La nueva vacuna utiliza un virus del resfriado común (adenovirus) que infecta a los chimpancés, el cual ha sido debilitado para que no pueda causar ninguna enfermedad en los humanos, y está genéticamente modificado para codificar la proteína de púa del SARS-CoV-2. Esto significa que cuando el adenovirus entra en las células de las personas vacunadas también entrega el código genético de la proteína de púa. Esto hace que las células de estas personas produzcan dicha proteína, y ayuda a enseñar al sistema inmunitario a reconocer el virus del SARS-CoV-2 y por tanto a considerarlo un enemigo y atacarlo.

El sistema inmunitario tiene dos formas de encontrar y atacar a los patógenos: la reacción de los anticuerpos y la de las células T. Esta vacuna tiene como objetivo inducir ambas reacciones, de modo que puede atacar al virus cuando está circulando en el cuerpo, y también puede atacar a las células infectadas. “Esperamos que esto signifique que el sistema inmunitario recuerda el virus, para que nuestra vacuna proteja a las personas durante un período prolongado. Sin embargo, necesitamos investigar más antes de que podamos confirmar que la vacuna protege eficazmente contra la infección del SARS-CoV-2, y cuánto tiempo dura su protección”, explica el profesor Pollard.

elmundoalinstante.com

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