El gobierno argentino ha anunciado que invertirá 300 millones de pesos (aproximadamente 1,3 millones de dólares) en el sector vitivinícola para mejorar y fomentar la actividad enoturística. El ministro de Economía, Sergio Massa, lideró la firma del convenio con la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) para entregar los fondos directamente a los productores, con un límite de 3 millones de pesos (unos 13.000 dólares) para cada uno, para mejorar, incorporar y desarrollar infraestructura en el enoturismo.
El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo tiene como objetivo beneficiar a los elaboradores y productores vitivinícolas para desarrollar e impulsar emprendimientos enoturísticos en infraestructura o capital de trabajo. Está destinado a las bodegas elaboradoras de vino y productores de uva que ya tienen actividades turísticas incorporadas en sus instalaciones, así como a aquellos que quieren generar la infraestructura necesaria para hacerlo.
Argentina cuenta con alrededor de 380 bodegas abiertas al turismo en 17 provincias, lo que representa un aumento significativo en comparación con las 200 bodegas que se dedicaban al enoturismo en 2020. El turismo extranjero, en particular, ha sido un gran impulsor de la actividad enoturística. En los últimos años, la cantidad de bodegas abiertas al turismo ha aumentado considerablemente, pasando de 122 en 2009 a 245 en 2019, 146 de ellas en Mendoza.
El Observatorio Económico del Turismo del Vino muestra que, a finales del año pasado, las bodegas que recibían turistas se encontraban en 14 de las 18 provincias donde se elaboran vinos en el país. La Ruta del Vino se extiende desde Jujuy hasta Neuquén y desde Salta hasta Chubut, Córdoba, Tucumán o la provincia de Buenos Aires, entre otras. Las bodegas han sumado servicios y actividades, desde degustaciones hasta menús gastronómicos de alta gama, hoteles boutique entre viñedos, spas con masajes y jacuzzis con vistas a las montañas, bicicleteadas, clases de yoga y mucho más.
El convenio firmado también tiene como objetivo apostar por la generación de arraigo al trabajo rural y hacer más competitivas a las pequeñas y medianas empresas que tienen sus bodegas, para que puedan comercializar directamente con los consumidores y evitar la cadena de comercialización. Con esta inversión, el gobierno espera apoyar a los productores vitivinícolas y seguir impulsando el enoturismo en Argentina.
