Entre Cielo y Tierra: “Cómo los establecimientos turísticos pueden contribuir a la Sostenibilidad Ambiental”

La Sostenibilidad Ambiental es un importante objetivo en el desarrollo de la actividad turística, aunque todavía no hay suficiente conciencia gubernamental, empresarial y personal sobre este tema.


Los gobiernos contribuyen con políticas y normas legales y técnicas, que orientan los proyectos; el asesoramiento y la evaluación del funcionamiento de las empresas; y la supervisión y protección de las actividades de los visitantes. Por su parte, las empresas deben acatar las disposiciones legales y gubernamentales y además impulsar otras iniciativas que permitan mejorar la calidad de los recursos naturales subyacentes a su operación, o eviten la contaminación ambiental.

Los visitantes hacen su parte cumpliendo con las normas ambientales y locales, y aportando su granito de arena al ser guardianes permanentes de los recursos naturales y artificiales donde se desenvuelven.

Hoy quiero ahondar en el rol empresarial y específicamente en cómo los diferentes tipos de establecimientos pueden contribuir para tener un ambiente más amigable y al mismo tiempo mitigar los factores que están acelerando el cambio climático.

Empezando con los proyectos turísticos, estos deben formularse no solo basados en las normas legales y técnicas específicas para el tipo de establecimiento turístico y las generales de carácter ambiental, sino buscar ir más allá procurando en lo posible el uso de materiales ecológicos que permitan ambientes frescos, que no contaminen y que mejoren de alguna manera la calidad del servicio. Partimos de la premisa que en aquellos lugares donde no existen plantas públicas para el tratamiento de las aguas servidas, entonces los hoteles, clubes, marinas, parques temáticos y otros tipos de establecimientos, deben contemplarlas como inversión necesaria para poder operar, garantizando su mantenimiento permanente. Las plantas privadas para el tratamiento de aguas negras generalmente permiten recuperar parte de estas para el riego de jardines y campos deportivos, así como para la limpieza de espacios exteriores comunes. En locaciones cercanas al mar y donde sea inestable el servicio público de agua potable, los establecimientos, dependiendo del tamaño de sus instalaciones, podrían contar con una planta desalinizadora del agua de mar que les permita contar con suficiente fluido para el consumo humano, cocina, limpieza y necesidades sanitarias. En otros establecimientos menores es necesario prever provisión alternativa de agua a través de pozos profundos, producción de agua a través de condensación utilizando paneles solares, e incluso mediante un sistema para la recolección de aguas de lluvia.

Respecto a la provisión de energía eléctrica, lo deseable es que los establecimientos turísticos cuenten con sistemas de respaldo en caso de interrupción del servicio por diferentes razones. Hoy día es relativamente fácil contar con un sistema de energía solar y eólica que permita alimentar luces y otros sistemas que trabajan con baja potencia. La energía puede ser acopiada en sistemas de batería y el excedente puede ser negociado con la empresa proveedora de electricidad o con establecimientos vecinos. En los
casos de grandes establecimientos que requieran alternativas de plantas eléctricas de mayor potencia, lo deseable es que estas usen gas natural o hidrógeno como combustible a fin de evitar en lo posible la contaminación que normalmente proviene de las que operan con diesel o gasolina.

En la parte meramente operacional los establecimientos turísticos pueden coadyuvar con la sostenibilidad ambiental escogiendo y/o utilizando solo artículos de larga duración, o elaborados con materiales reciclables; así, en restaurantes, cafeterías, baños, salas de espera y otros ambientes solo se deben proveer vajillas, vasos, copas, cubertería, y envases de presentación duradera, bien de vidrio, madera, metal, o en su defecto, desechables de rápida disolución en la naturaleza tales como cartón, material vegetal, etc.
Los plásticos en cualquiera de sus presentaciones no son compatibles con la sostenibilidad ambiental. Adicionalmente, también es necesario el uso de gas en cocinas, parrilleras y calentadores, reduciendo de esta forma el consumo eléctrico y la contaminación por CO2 derivada del uso del carbón y de derivados de hidrocarburos.

Los jabones, cremas, champú y acondicionadores que se ofrezcan a los clientes de forma gratuita o no, no deben ser contaminantes; igualmente, los líquidos utilizados para limpieza, lavandería y los insecticidas no deben contaminar el ambiente o la vegetación.

En Latinoamérica, ya en varios países tenemos excelentes muestras de establecimientos turísticos respetuosos del ambiente; además, en Costa Rica, Colombia, Ecuador y Perú, existen diversos establecimientos (posadas, resorts, hoteles y granjas turísticas) ecosostenibles, en los cuales se busca producir alimentos a partir de lo sembrado o criado en su terreno; energía solar, eólica o hidráulica; y gas a partir del reciclaje de basura orgánica.

Todo lo que hagamos para evitar la contaminación de ríos, mares y bosques; por reducir el uso de combustibles fósiles, y por reciclar la basura que producimos, contribuirá a que cada día nuestra actividad turística sea más sostenible y nuestro ambiente sea más limpio.

Willian J. Bracho
Abogado, Especialista en Dº de la Navegación
Maestría en Gerencia del Turismo Sostenible
wjbracho@yahoo.com

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