Estaciones de arepas de los hermanos Moya ponen la sazón a las bodas en Margarita

Los hermanos Moya representan un tradición que se ha mantenido de generación en generación por más de medio siglo.


Oscar Moya, uno de los representantes de esa familia cuya marca ha alcanzado las mejores distinciones culinarias y renombre internacional, resalta la presencia cada vez más solicitada en los eventos sociales de la Isla, especialmente bodas.

“Comenzamos a hacer estaciones de arepas en bodas, algo que de hecho no queríamos. Y tenemos una anécdota muy bonita, porque la primera estación de arepas que se hizo en boda, fue en el matrimonio de la actriz margariteña María Antonieta Duque. De hecho, ella me llama y me dice que ella quería una estación de arepas en su boda y yo le digo que no, que nosotros no hacemos eso, pero ella era nuestro cliente desde que estábamos en el mercado y su mamá era nuestro cliente desde aquí. Y entonces me dice, ¿Cómo me vas a hacer eso? Tú no sabes la cantidad de artistas y de gente que viene de la farándula, eso te va a servir muchísimo”.

Desde el momento en que le respondieron afirmativamente, comenzó lo que se ha hecho indetenible porque no han parado de hacer estaciones en boda.

Asegura que gracias a Dios, Margarita se puso muy de moda en cuanto al llamado Turismo de moda y en efecto, se hacen muchísimas celebraciones de ese tipo en la isla.

De hecho, estima que pueden haber fines de semana donde hay 5 y 6 bodas de gente que los contrata desde afuera y en muchas de ésas, está la estación de hermanos Moya presente.

Medio siglo de tradición

Resalta que son ya 50 años de historia de hermanos Moya, donde han degustado ese manjar criollo muchísima gente.

“Gracias a Dios, tenemos el privilegio de que mientras mucha gente paga por ir a ver a un artista o a una personalidad, a nuestro negocio llegan solos”, subrayó.

Adicionó que por allí han pasado presidentes, escritores, políticos, deportistas y demás personalidades nacionales y extranjeras.

En ese medio siglo de vigencia, subraya que muchísima gente de la familia, forma parte de los orígenes de todo ese negocio que ha puesto de relieve la gastronomía neoespartana.

“Comenzamos en el año 1973 en el antiguo mercado de Porlamar con nuestros padres cuando éramos todavía muy niños. De ahí luego pasamos al mercado de Conejeros. Cuando ese mercado empezó a deteriorarse en el año 2001, 2002, la gente les decía que les gustaban sus arepas, pero no queremos ir a ese lugar.

Fue así en el centro comercial La Redoma y después llegaron a tener cuatro negocios simultáneamente, que eran el de Conejero, La Redoma, Colegio de Odontólogos y la de El Salado.

“Acá donde estamos actualmente, era una plaza que estaba abandonada. Nosotros llegamos, le hicimos el piso, le metimos los árboles que tienen, la iluminamos, le arreglamos el parque y esto se convirtió en un punto de referencia tanto de nativos como de turistas que vienen”, puntualizó Moya.

@dexcyguedez

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