Submarinos, helicópteros, suites enormes y gastronomía local en los cruceros de ultralujo

La sofisticación y el estilo de los cruceros de ultra lujo van más allá del destino y de un servicio exquisito a bordo. Hoy adquieren otra dimensión a través de exclusivas experiencias que dan un nuevo sentido al viaje.


Una decoración elegante, un servicio cinco estrellas personalizado, una alta proporción de tripulación por huésped -en ocasiones puede acercarse a la paridad- y, sobre todo, un abanico de propuestas de alojamiento y ocio dignas del hotel más exclusivo. Esto es lo que ofrecen algunos de los mejores buques de alta gama del momento.

Scenic Eclipse El superyate a la altura a James Bond
Inspirado en el mítico superyate Octopus de Paul Allen, este elegante crucero de la australiana Scenic Cruises de 228 pasajeros -solo 200 en los viajes a zonas polares-, explora, literalmente, los rincones más remotos del planeta. Con tal buque, el agente 007 se sentiría como en casa. El Scenic Eclipse dispone de cuantas comodidades y servicios puedan imaginarse, incluidos dos helicópteros que permiten acceder a los parajes más remotos, y un submarino de siete plazas. Esta pequeña nave es ideal para rastrear naufragios o avistar fauna marina tanto en el Ártico como en el Antártico, el Caribe o el Mediterráneo.

Evrima Ritz-Carlton. Un hotel flotante con sello propio
El concepto del primer buque de Ritz-Carlton Yacht Collection -un híbrido entre crucero y superyate de solo 298 pasajeros- está más cerca de un hotel boutique que de un crucero al uso. Su diseño, elegante y moderno, destila el sello de la marca por los cuatro costados, con grandes espacios, buenos materiales y excelentes acabados. Suites de techos altos, camas king size y terrazas privadas con vistas al mar atendidas por asistentes personales; un completo servicio de spa, y una apuesta gastronómica cuidada -incluye una experiencia diseñada por Sven Elverfeld de Aqua, el tres estrellas Michelin del The Ritz-Carlton, Wolfsburg- figuran entre los grandes atractivos de un crucero para “no cruceristas”. El tamaño del Evrima Ritz-Carlton le permite acceder a puertos pequeños como Saint Tropez, St Barth o Eivissa, con propuestas en tierra personalizadas.

Seabourn Venture. Rumbo a la Antártida
La irrupción del Seabourn Venture a finales de 2022 revolucionó el concepto de crucero de expedición de lujo, con una propuesta basada en una experiencia totalmente inmersiva, que no ha dejado indiferente a los viajeros más exigentes. Cuenta con un reconocido equipo de profesionales integrado por 26 expertos en medio ambiente, científicos, historiadores y naturalistas que dirigen las actividades in situ en viajes que exploran la costa chilena y la Antártida, con itinerarios que incluyen también las islas Georgias del Sur y las Malvinas. Zodiacs, kayaks o bicicletas de montaña permiten vivir la aventura por mar y tierra. A bordo, les esperan unas instalaciones en las que se cuida hasta el último detalle: 132 suites, spa y sauna, un gimnasio con sesiones guiadas de yoga y meditación, terraza con piscina infinita y jacuzzis.

Suite de infarto. Sevan Seas Grandeur
En este crucero no hay medias tintas. El último gran buque de Regent Seven Seas, que recaló en Barcelona en su viaje inaugural en otoño, puede presumir de tener la mayor suite del mundo, la Regent Suite. Alojarse en ella es una experiencia en sí misma: situada en una posición privilegiada, orientada a proa y con vistas despejadas de 270º desde una terraza envolvente, ocupa 413 m2. Con capacidad de hasta seis personas, dispone de un dormitorio principal -y otro para huéspedes-, tres baños, tres vestidores, sala de estar, bar y comedor propios, decorados con obras de arte, y spa privado. Un mayordomo personal y chófer a disposición de los huéspedes para las excursiones en tierra complementan un servicio top. Finalizada la temporada por el Atlántico, el Seven Seas Grandeur regresará desde Nueva York a la capital catalana el 10 de abril, para explorar el Mediterráneo durante los meses de verano.

Silver Nova. Universo gourmet
El Silver Nova encarna una nueva forma de viajar. No se trata de un crucero temático, sin embargo, es un paraíso para los amantes de la buena cocina. Su ambicioso proyecto gastronómico, bautizado como Sea and Land Taste (S.A.L.T.) -o el sabor del mar y de la tierra-, ideado por Adam Sachs, editor de viajes y toda una autoridad en la materia, permite conocer, degustar y experimentar de primera mano y en tierra la mejor cocina y los mejores productos de la zona en cada escala, y embarcarlos. A bordo, uno de los restaurantes adapta a diario su menú al país o la región y los chefs ofrecen cursos de cocina a grupos reducidos. La oferta se completa con seis áreas de restauración más. La más exclusiva es La Dame, un restaurante francés decorado con grandes paneles de cristal de Lalique.

lavanguardia.com  /  Magda Vigas

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