Tras unos aleteos en el paisaje surandino

La observación de aves es una modalidad presente en el sendero turístico del sector La Veguilla de los Pueblos del Sur hecho por la Fundación Programa Andes Tropicales (PAT) y cofinanciado por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) de Venezuela, ameno paseo sobre los perímetros de la Mucuposada San Antonio donde se resguardan especies nativas de estos alados entre el fértil follaje esmeralda andino.


Desde la ciudad de Mérida se toma la troncal 7 hasta la entrada de La Chichuy, cuando se cruza el puente sobre el río Chama hacia el otro lado de la cuenca homónima cambia el trazo de la vía, se inician las sinuosas curvas mientras el ascenso amplia los márgenes visibles del panorama en dirección al sector Tierra Negra. En el serpenteo un árido suelo rojizo bajo un cielo celeste da paso al páramo de San José extendido hasta después del pueblo con el mismo nombre.

Dependiendo de las paradas para comer o algo de esparcimiento puede tomar casi 2 horas hasta este punto y alrededor de media hora más para llegar hasta La Veguilla. Un curioso letrero de madera alargado advierte de la entrada a la Mucuposada entre prados donde los animales de cría andan sueltos y los caminos son de hierbas, tierra y rocas. Las primeras aves advertidas son las gallinas criollas, algunas rodeadas de pollitos.

El anfitrión Juan Evangelista recibe a los visitantes interrumpiendo con parsimonia alguna labor que nunca falta en su finca para mantener la producción de alimentos para consumo doméstico principalmente, una casa cafetalera que preserva su centenaria arquitectura de tejados, paredes de tapia y franqueada por un patio para secar granos de café, potaje que en breve la señora Cantalicia Fernández ofrece a los recién llegados.

El avistamiento de aves

Candelita migratoria

Aunque las bandejas de interpretación en el sendero de observación de aves forman un corredor anexo a la Mucuposada, el avistamiento inicia cuando los sentidos se activan para percibir los cantos o las figuras aladas en el cielo y entre los árboles en una perpetua libación del néctar y de alimentos como frutos o insectos, la recomendación es sumergirse en la práctica del birding y tal dedicación va a ofrecer resultados en breve de acuerdo a las habilidades para divisar a los alados.

Para los observadores más experimentados la indumentaria esencial incluye binoculares calibrados, ropa cómoda de colores opacos que pueda confundirse con el follaje, un manual ilustrado que compile la especies de la región o país, una cámara fotográfica con objetivo de amplio espectro para hacer acercamientos, libreta de notas, incluso registros sonoros para atraerlos o telescopios portátiles para quienes el interés se inclina hacia lo científico u ornitología.

Colibri coludo azul

Con el servicio de hospedaje y alimentación disponible pueden programar estadías acordes al tiempo dedicado al avistamiento acorde a los hábitos propios de los pájaros, desde sus propios horarios al existir especies crepusculares vespertinas y otras que sólo circulan al final de la tarde, hasta las exhibicionistas que se acercan solas hasta las más discretas, lo seguro es una espera corta ante la inminente aparición de las aves.

Los paneles incorporados identifican 10 especies emblemáticas, como el pájaro torero, el tucán azul, perico cabecirrojo, cotinga cresta roja, colibrí pico espada, torito cabecirrojo, buscador lomipizarra, gallito de sierra, pero son muchas las aves locales detectadas sólo en los 450 metros de veredas, incluso el gerente de proyectos del PAT, Jayme Bautista, indica el registro de más de 220 tipos de pájaros en la vertiente sur de la Cordillera de Mérida, extendida a los estados Trujillo y Barinas, que en los Pueblos del Sur tienen un hábitat singular para anidar o desplazarse a otras regiones.

Su implementación y diseño ofrecen la opción de hacerlo independiente pero la guiatura preparada matiza la experiencia y ahonda en aspectos tal vez desconocidos para la mayoría sobre la importancia de la avifauna en los ecosistemas más allá del atractivo otorgado a cada una. Reinhold Martínez es un guía profesional de Mérida que participó recientemente en un programa de familiarización con los Pueblos del Sur hecho por el PAT y tiene ahora más herramientas para su desenvolvimiento en esta región.

Para el turismo especializado en experiencias con la naturaleza estar respaldado con apoyo adecuado en segmentos como el interés en las aves características de una región amplia y conduce a un viaje satisfactorio, como explicar las decisivas funciones que cumplen en sus entornos con la diseminación del polen o de las semillas de plantas y árboles, incluso de control biológico de insectos que pueden afectar áreas cultivadas.

Con su ojo entrenado en un recorrido de hora y media hecho a media mañana Martínez logró avistar 13 especies diferentes cuyos nombres comunes son tángara rey y gorro negro, candelita gargantipizarra, pitirrí chicharrero, canario de tejado, tordo mirlo, colibrí coludo azul, Julián chivi gorro marrón, carpintero habado, azulejo de jardín, y las paraulatas llanera, rabadilla gris y morera.

Hacia el extremo más alto de la meseta que forma La Veguilla el camino de tierra llega a un mirador limítrofe entre las últimas casas y la entrada a bosques nublados con caídas de agua unos metros más adelante y el sonoro caudal de la quebrada. Una estación para iniciar recorridos que permiten sumergirse en el incipiente pero prometedor avistamiento de aves andinas en los Pueblos del Sur.

Jhonny Marquez
CNP: 23791

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