Después de más de 70 días de la cuarentena impuesta por el virus chino (COVID-19), la mayoría de los países del mundo claman por una reapertura de la actividad económica a sabiendas que más tiempo de paralización significará la llegada de males peores tales como hambruna, quiebra de empresas y desempleo en gran escala.
En Venezuela, país que ya tiene años arrastrando una severa crisis política, social y económica, y donde más del 50% de la población vive del trabajo independiente y de la economía informal, la cuarentena significa cero ingresos y la imposibilidad de comprar alimentos, medicinas, y de pagar los servicios requeridos, por tanto, se hace urgente abrir caminos para que el motor económico se mueva de nuevo.
El turismo, en su concepción amplia, es quizás el sector económico que más empleo directo e indirecto genera, por eso es importante buscar la manera de reactivarlo sin que esto signifique un alto riesgo para la proliferación de la pandemia; pero el éxito de la reactivación dependerá de las medidas que coordinadamente se tomen tanto en el ámbito internacional como en el interno. Esas medidas tienen que convertirse en verdaderos protocolos sanitarios y sociales, algunos de carácter obligatorio, y otros bajo la forma de recomendaciones. La pandemia está lejos de desaparecer ya que hasta que no exista una vacuna (o varias) capaces de inmunizar a buena parte de la población mundial, su propagación continuará, y sólo los protocolos sanitarios homologados ayudarán a disminuir y/o mitigar la misma.
El transporte de pasajeros, como motor principal de la actividad turística, tiene que cumplir con protocolos estrictos los cuales deben iniciarse en los aeropuertos, terminales acuáticos y terrestres.
Los controles del ingreso de usuarios deben comprender apreciación visual de los mismos por parte de personal especializado para evitar el ingreso de personas enfermas; mediciones de temperatura corporal, exámenes in situ, exigencia de separación mínima entre personas que van a adquirir boletos o que acuden por información o para registrarse para un viaje.
El uso de máscaras tapa nariz-boca debe ser mandatorio para el ingreso y permanencia en los 2 terminales, así como para abordar las unidades de transporte (aviones, buses o embarcaciones acuáticas); el uso de germicidas u otros desinfectantes para mantener limpias las manos debe ser una recomendación importante, e incluso podrían ser provistos por los propios transportistas.
El uso de guantes puede ser una buena recomendación siempre que los mismos se conserven limpios.
La separación entre asientos, a fin de lograr una distancia social protectora, es un tema polémico y delicado debido a la afectación de los ingresos del transportista, pero necesario para disminuir el riesgo de contagio.
Otro aspecto que debe ser controlado es el de los filtros del aire acondicionado en recintos de los terminales o en las unidades de transporte, ya que a través del aire contaminado viajan con mas facilidad los virus de la pandemia.
Por último, la provisión y/o consumo de alimentos y bebidas a bordo de las aeronaves, autobuses y embarcaciones acuáticas, debe ser restringida buscando evitar riesgos de contagio por la manipulación o consumo de estos.
El tema del conocimiento exacto de la localización de los pasajeros es muy importante para los casos de identificación de personas enfermas y de pasajeros a su alrededor que pudieran haber sido contagiados. El llenado de planillas con información de procedencia, últimos lugares visitados y medios de transporte utilizados también será de importancia a los fines de investigación, prevención y aplicación de medidas.
Los establecimientos de alojamiento, además de cumplir con los controles sanitarios y sociales mencionados anteriormente, en cuanto le sean aplicables, también deberán velar por la higiene permanente de los espacios a utilizar por los huéspedes, con especial atención a los ascensores, la capacidad permitida en los mismos, la ventilación y manipulación de sus controles, y las habitaciones, que deben ser higienizadas permanentemente, incluidos sus baños y otros espacios.
Todas las actividades sociales o recreativas que se realicen dentro de hoteles deben incluir los protocolos sanitarios y sociales para minimizar los riesgos de contagio.
Los espacios abiertos a orillas de playas de mar o ríos, así como en áreas verdes, deben también ser higienizadas permanentemente. Ya varias cadenas hoteleras han anunciado el desarrollo de Sellos de Calidad Sanitaria para brindar seguridad a sus clientes en cuanto a riesgos de contagio.
Los Mayoristas y Agencias de Viajes y Turismo, tienen la responsabilidad de informar a los clientes sobre todo el conjunto de medidas que incluyen los transportistas y establecimientos de alojamiento.
El gobierno nacional, los gobiernos regionales y municipales, deben unificar también los protocolos que deben observar los funcionarios en sus labores de información, control y prestación de los servicios públicos, ya que la reactivación de la economía es una tarea global que requiere mucha voluntad, cooperación y organización.
También el gobierno debe garantizar el suministro de agua, energía eléctrica, gas, y combustible para la movilidad de los vehículos terrestres, aéreos y acuáticos, ya que los mismos están bajo su monopolio.
Como pueden ver, hay un importante trabajo por hacer para que la economía en general, y el turismo en particular, puedan reactivarse.
Willian J. Bracho Abogado,
Esp. Derecho de la Navegación
MSc. Gestión del Turismo Sostenible
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