Entre Cielo y Tierra: “Vuelos para repatriar a varados por pandemia”

Una de las tantas complicaciones que han surgido a consecuencia de la pandemia originada por el coronavirus chino es la cantidad de personas que quedaron atrapadas en otros países distintos al de su residencia, bien ciudadanos o residentes legales.


El tema no es sencillo ya que muchas de esas personas salieron de vacaciones de navidad en diciembre 2019, de negocios en enero-febrero 2020, o de carnaval en febrero de este mismo año; de este modo, todos los que tenían planeado su viaje de regreso a casa en la segunda quincena de marzo quedaron atrapados en el sitio visitado hasta nuevo aviso. Para quienes allí tenían vivienda propia o vacacional, familiares o íntimos amigos, la preocupación por el alojamiento y comida, así como su costo, no ha sido tan grave, pero no así para aquellos que tuvieron que regresar a un establecimiento hotelero para una estadía prolongada e incierta.

La mayoría de los países de América y Europa, así como otros tantos en África y Asia, cerraron sus fronteras aéreas e impusieron cuarentenas iniciales de 30 días, los cuales se han venido prorrogando a la espera de que se controle la epidemia, a que las estadísticas bajen considerablemente, o a que aparezca una vacuna que prevenga la adquisición del virus o su neutralización.

El número de personas atrapadas por la cuarentena, en países distintos del de su residencia, no ha sido publicado por los organismos oficiales o por aquellos que agrupan a las líneas aéreas internacionales, pero me atrevería a decir que son cientos de miles, ya que solamente en los vuelos que se suspendieron desde Europa a USA a partir del 15 de marzo, han debido volar decenas de miles de pasajeros, cifras que se han ido acumulando desde esa fecha.

Algunos países han ya coordinado vuelos excepcionales, denominados “humanitarios” con el fin de repatriar a una pequeña porción de los viajeros atrapados, pero la situación se ha venido haciendo sin unas directrices sanitarias homologadas internacionalmente, y sin las facilidades de viaje, conexiones para llegar a los destinos finales, y cautela sanitaria en el embarque, transporte y  desembarque, medidas que son en extremo necesarias para las personas de la tercera edad y para los niños menores. Ya nos habíamos percatado que en esta crisis sanitaria mundial ha brillado por su ausencia el liderazgo, coordinación y eficacia de los organismos internacionales, especialmente la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el órgano europeo de la salud, y las organizaciones internacionales de aviación civil (OACI), y marítima (OMI), entre otras, quienes inmediatamente han debido publicar un protocolo de acciones conjuntas a tomar en aeropuertos, puertos y fronteras terrestres, asistiendo y exigiendo los países en relación a las medidas preventivas y paliativas para mitigar la crisis y evitar o disminuir la propagación del virus chino (Covid-19).

Los vuelos humanitarios para la repatriación de viajeros requieren de una planificación detallada, tomando en cuenta las medidas sanitarias que deben ser exigidas a pasajeros, líneas aéreas, aeropuertos de origen, tránsito y destino, personal aeroportuario, incluido el de seguridad, inmigración y aduanas en dichos aeropuertos. Ya varios países los están realizando y tomando medidas de higienización de cabinas de aviones y salas de espera y baños en los aeropuertos. A todos los pasajeros se les debería hacer una prueba de descarte del virus, y exigir el uso de mascarillas tapaboca-nariz, guantes, y gel desinfectante antiviral; además, de ser posible, higienizar sus equipajes facturado y de mano, así como su ropa, antes de chequearse en los mostradores de la línea aérea.

El asunto de una eventual cuarentena al llegar a su país de residencia es potestativo de cada Estado que autorice el o los vuelos humanitarios. Todos estos vuelos deben realizarse preferentemente sin escalas, pero en caso de que estas sean inevitables, deben ser breves y a través de aeropuertos ceñidos a los protocolos homologados.

En cuanto al valor del transporte que deben pagar los pasajeros para su repatriación, este no debe ser especulativo, cabiendo siempre la posibilidad que ellos puedan entregar a la línea aérea, a cuenta del valor a pagar, la porción no utilizada de su billete de pasaje que correspondía a su vuelo de regreso a su lugar de residencia permanente. Mientras más se tarden las líneas aéreas y autoridades aeronáuticas en coordinar estos vuelos humanitarios bajo los protocolos sanitarios internacionales aprobados, más riesgo de contagio existe, y mayor el costo para los pasajeros atrapados en otros países, ya que inevitablemente deben abandonar ocasionalmente sus alojamientos temporales a fin de proveerse alimentos y medicinas.

Willian J. Bracho Rojas
Abogado, MSc. en Gestión del Turismo Sostenible
Especialista en Derecho de la Navegación
willianbracho@estrategaconsulting.net
Instagram: @estratega_consultores_wb

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