¿Poco espacio a bordo? Cómo sacar el mejor partido a tu camarote

Quizás el tamaño del camarote desilusione a muchos viajeros. Pero con un poco de organización se puede exprimir al máximo el espacio.

JUAN PEDRO CHUET-MISSÉ


Muchos viajeros que realiza un crucero por primera vez sienten una cierta decepción cuando ven el tamaño de su camarote. A menos que se haya pagado por una de las suites más exclusivas, lo más probable es que se espere una habitación más grande, o que haga más justicia a la publicidad de la naviera.

Cabe recordar que los camarotes básicos e intermedios tienen una media de 15 metros cuadrados. Hay espacio para una cama doble, alguna mesa adosada a la pared, y poco más.

Por ello, siguiendo algunas pautas de organización, se puede lograr aprovechar a fondo el espacio disponible. Inclusive con la sensación de que hay más amplitud que cuando se abrió la puerta por primera vez.

Cuidado con el equipaje

¿Cuántas veces hemos viajado con zapatos, accesorios y vestidos o trajes elegantes que al final casi ni fueron usados?, se preguntan en Cruise Critic. Muchas veces. Y esas prendas tienen que ser guardadas en algún sitio.

Si además se suelen dejar pantalones, chaquetas y sandalias en sillas o percheros, se tiene la sensación de estar frente a una invasión textil.

Lo ideal es condensar el equipaje para el viaje en una maleta, de no más de 70 centímetros de alto, y empacarla de manera más inteligente, con las prendas enrolladas en sí mismas.

Si la maleta es demasiado grande, lo mejor es vaciar su contenido y solicitar a los tripulantes que la guarden en la bodega, y que quede allí hasta que el viaje llegue a su fin.

Buscar espacios ocultos

Las compañías de cruceros saben que sus camarotes son pequeños. Por ello en estos dormitorios del mar tienen rincones ocultos que permiten guardar artículos sin que molesten.

Por ejemplo en Disney Cruise Line hay otomanas con espacio interior, o en Royal Caribbean hay compartimientos detrás del espejo.

Sino, hay que aprovechar el lugar más lógico: debajo de la cama, donde se puede guardar la maleta con ropa de poco uso o con recuerdos del viaje.

Crear espacio

Hay una serie de accesorios que permiten tener el equipaje a mano y bien organizado. Por ejemplo, los clasificadores de zapatos que se pueden colocar detrás de la puerta o nécessaires llenos de ítems para guardar artículos de aseo personal, y que no estén dando vueltas por el camarote.

Apartar objetos decorativos

Hay lámparas o percheros que no se pueden quitar del camarote, pero en ocasiones hay muebles o pequeños elementos de decoración, colocados sobre la mesa de noche o en el escritorio, que pueden incomodar más de la cuenta.

Por las dudas, es mejor no tocar nada y llamar a un tripulante a que nos haga el favor de retirar esos artículos, entre los que se pueden encontrar banquetas o almohadas suplementarias.

Mantener el camarote limpio

No es cuestión de realizar la limpieza con la misma calidad que la tripulación del crucero, pero sí en tratar de ser ordenado y no dejar artículos por el medio.

En un espacio reducido, acumular ropa, papeles, recuerdos y bolsos en cualquier sitio da una desagradable sensación de caos en el ambiente.

Aprovechar las paredes

Aunque no lo parezcan, las paredes de los camarotes suelen ser metálicas. Si se llevan unos pequeños imanes, como los que se usan en el refrigerador, se verá qué útiles son para colocar invitaciones, programas, tickets de descuentos, mapas, folletos y cuanto papel esté dando vueltas por ahí.

Mover las camas

Los camarotes están diseñados con un aprovechamiento al máximo del espacio, pero se puede mejorar un poco más. Por ejemplo, si se apartan las camas sin bloquear la salida o el pasillo, se ganarán unos valiosos centímetros.

Si se viaja en pareja, se puede pedir que la cama sea doble, no dos twins que ocuparán más espacio.

Aprovechar la luz natural

La luz natural da una sensación diáfana que no puede lograr la artificial. Si se tiene un camarote con vista al exterior hay que tratar de mantener las cortinas siempre abiertas, y que el sol invada hasta los rincones más ocultos.

Eso sí: hay que recordar de cerrarlas cuando el barco está en puerto y uno quiere tener más privacidad, sobre todo si se sale de la ducha.

Cerodosbe

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