Recuperar la actividad turística en Venezuela, y en especial, recuperar el turismo internacional receptivo, no será cosa fácil ya que todos sabemos que esto pasará si se logra estabilizar al país desde el punto de vista político, social y económico; la seguridad en los destinos, el cuidado del ambiente y la calidad de servicio serán la clave de dicha recuperación.
Existen varios nichos de mercado, unos tradicionales y otros no tanto, en los cuales habrá que hacer particulares esfuerzos, así, la Isla de Margarita tendrá que recuperar la corriente turística del norte de Brasil, ya que en el pasado significó un porcentaje interesante de las llegadas internacionales, y tomando en cuenta que para todas las ciudades al norte del rio Amazonas, Margarita es más cercana y económica que muchos de los destinos de sol y playa en Brasil. Colombia es otro de los mercados a retomar, y en la medida que el transporte aéreo internacional se recomponga, incluyendo un viraje hacia una política de cielos abiertos para la isla, se podrán recuperar corrientes turísticas provenientes de Argentina y otros países sudamericanos. El reto mayor para Nueva Esparta estará en la recuperación de los mercados canadiense y europeos, tomando en cuenta la fuerte competencia con destinos en el Caribe, África y otros en el océano Índico. El resto de la Región Nororiental eventualmente se beneficiará del turismo que capte Margarita, sobre todo si se recuperan y amplían los servicios de Ferrys y lanchas rápidas desde Puerto La Cruz y Cumaná hacia Margarita; también el mercado canadiense y el americano pueden ser interesantes una vez puesta en valor la oferta hotelera en los estados Anzoátegui y Sucre.
La Región Andina, deberá hacer esfuerzos para captar dos importantes mercados: el Caribe y el norte de Brasil, ya que ambos pueden ser motivados por el contraste geográfico y por el acogedor trato de los habitantes de Táchira, Mérida y Trujillo. Entre los proyectos que contribuirían mucho a la recaptura del turismo caribeño y brasileño, están el servicio de Ferry entre Curazao y Aruba y el estado Falcón, el cual también se beneficiaría de esta corriente turística, y el establecimiento de una línea aérea regional andina que dentro de sus rutas contemple Santa Elena del Uairén, donde los brasileños podrían embarcarse hacia Mérida o El Vigía. El estado Falcón también tiene mucho que ofrecer al mercado del Caribe con sus productos de sol y playa, su zona montañosa y sus ríos subterráneos.
La Región Guayana, podrá beneficiarse nuevamente del turismo europeo y brasileño, sobre todo luego de que cesen los desastres ambientales que en ella ha causado el denominado Arco Minero del Orinoco. Allí, aparte del turismo de selva también hay muchas posibilidades en el segmento de observación de aves, deportes acuáticos en el Orinoco y Caroní, y por supuesto con la majestuosidad de los recursos naturales en los parques nacionales.
Caracas y su Área Metropolitana que incluye a buena parte del Estado Miranda, como capital y centro político y comercial del país, se beneficiará de variadas corrientes de turismo debido al resurgimiento del comercio internacional y del emprendimiento de grandes proyectos para la recuperación de la infraestructura nacional en los cuales participarán muchos países y organismos internacionales, lo cual no le será difícil por contar con la mayor oferta hotelera del país y varios proyectos por concluir.
Las demás regiones del país dependerán mucho del esfuerzo de sus destinos turísticos por atraer el turismo internacional hacia los mismos.
Dios mediante, el período 2020-2027 será muy prometedor para el sector turístico venezolano, sobre todo si el gobierno nacional, las gobernaciones y municipios, trabajan conjuntamente con el sector privado para generar seguridad, calidad de servicio y calidad ambiental, a sabiendas que cosecharán inversión, emprendimiento y mucho empleo en las diferentes regiones del país.
Willian J. Bracho, MSc.
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