Sedentarismo: Impacto en la salud física y mental

En el apresurado ritmo de vida de la sociedad moderna, muchos individuos pasan largas horas sentados trabajando frente a un escritorio, dispersos ante la televisión o utilizando dispositivos electrónicos.


Este estilo, contrario a lo que se piensa, no solo afecta la forma física y apariencia, sino que también pone en riesgo la salud, ya que puede contribuir con el desarrollo de enfermedades crónicas hasta problemas de salud mental.

La falta de actividad física regular ha sido identificada como un factor de significativo peligro en el desarrollo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la inactividad física es responsable de aproximadamente el 5% de todas las muertes prematuras en el mundo. Sin embargo, estas condiciones médicas, en muchos casos, se previenen con hábitos saludables, que pongan el cuerpo en movimiento.

En conjunto con los riesgos físicos, hay que tener en cuenta que el sedentarismo también afecta negativamente la salud mental. Las personas que llevan una vida sedentaria tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad. Esto debido a que la falta de ejercicio regular disminuye la producción de endorfinas, llamadas “hormonas de la felicidad”, cuyas carencias pueden impactar negativamente en el bienestar emocional.

Por otro lado, la ejercitación regular no solo previene enfermedades, sino que también mejora la calidad de vida y contribuye con el bienestar general. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Harvard, la actividad física reduce el riesgo de enfermedades del corazón en un 40%, la diabetes tipo II en un 50% y la depresión en un 30%. Estos datos refuerzan la importancia de mantenerse activo físicamente para preservar una buena salud a largo plazo.

El sedentarismo se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales. En este punto, cabe destacar que es necesario desmontar los estigmas y prejuicios sobre realizar ejercicios, puesto que no solo ayuda a mantenerse en forma, sino que también es una herramienta poderosa para cuidar la salud mental y evitar enfermedades crónicas.

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