Entre Cielo y Tierra: “Destinos Turísticos Sostenibles”

Colombia estrena nuevo presidente, Gustavo Petro, primer político de izquierda que gobernará el hermano país. El novel mandatario, en una de sus primeras decisiones ejecutivas, designó a Germán Umaña Mendoza como ministro de Comercio, Industria y Turismo a quien instruyó lo siguiente: …“Nuestra economía debe volcarse al turismo, a potenciar y revitalizar la producción y la industria…”; el nuevo presidente sugirió trazar metas buscando pasar de 4.5 millones de visitantes internacionales en 2019 a 12 millones.


Revisando las estadísticas de visitantes internacionales llegados a Colombia en 2019 (año inmediatamente anterior al inicio de las restricciones de viajes), nos encontramos que de los 4.5 millones de visitantes registrados, 3.2 millones arribaron por vía aérea y terrestre, 361.531 fueron excursionistas llegados en barcos de crucero; y los restantes 940.564, colombianos que residen en el exterior y llegaron de visita a Colombia. En términos reales, el número de visitantes internacionales sumó 3.561.521 personas, por lo cual, una meta de 12 millones de visitantes anuales representaría un incremento absoluto de 8.4 millones, equivalente a un 235%, en un período no definido aún, pero que podríamos imaginar de 4 años que es tiempo de duración del período presidencial en Colombia, lo cual sería demasiado optimista para hacer crecer la oferta receptiva del país en esos valores.

Lo planteado por el nuevo presidente de Colombia me anima a hacer una reflexión sobre la sostenibilidad de los destinos turísticos; e imaginar el impacto y la problemática que supone casi triplicar el número de llegadas de visitantes internacionales en un período menor a cinco años.

La sostenibilidad es una apreciación compleja. Por una parte, según explica la Organización Mundial del Turismo (OMT), el Turismo Sostenible es “aquel que pretende satisfacer las necesidades de los turistas, así como de los destinos turísticos, protegiendo e incrementando las oportunidades de futuro”; por otra parte, la Real Academia Española define la sostenibilidad, respecto a la economía y la ecología, como “aquella actividad que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente”.

Vistas las anteriores definiciones surge una natural preocupación sobre cómo se garantizará la sostenibilidad turística ante un incremento súbito del tamaño de la oferta turística y del número visitantes internacionales.

Ordenamiento Urbano vs Crecimiento: Normalmente la planificación urbana y regional se basa en diferentes variables, siendo la más importante el crecimiento de la población residente y flotante, cuya estadística y sus proyecciones permiten definir escenarios sobre las necesidades de servicios. En la población flotante están incluidos los visitantes nacionales o extranjeros, por lo que su particular estimación es muy importante para la determinación de necesidades de infraestructura y estructura en los núcleos y áreas consideradas turísticas.

Las principales interrogantes respecto a la sostenibilidad ambiental:

¿Las ciudades y áreas recreacionales-turísticas están preparadas para enfrentar las necesidades adicionales de: Agua potable; disposición y tratamiento de aguas servidas; recolección, tratamiento y disposición de basura; energía eléctrica; transporte y otros servicios?

¿Cómo impactarán al medio ambiente dichas necesidades adicionales, de manera que no afecten los ecosistemas, la calidad de las playas, y el clima?

El aprovechamiento de los recursos naturales debe ser responsable y equilibrado; para lograrlo, la tasa de aprovechamiento de estos no puede ser superior a su tasa de regeneración.

Prever que un país, una ciudad o un destino turístico específico duplique o triplique el número de visitantes en un período de tiempo relativamente pequeño, es verdaderamente un reto ambiental, en especial porque el trabajo de planificación y organización está repartido entre los niveles de gobierno, nacional, regional y local, siendo este último el que más contacto directo tendrá con los temas operacionales.

En cuanto a la sostenibilidad económica en general, el modelo económico que se seleccione para emprender la expansión de la demanda debe ser viable, y para ello la calidad de los productos a ofrecer debe ser optima y la facilitación turística amplia, ya que no basta con ampliar la oferta receptiva si la gente no queda satisfecha con el destino, bien por las complicaciones para el arribo, los requisitos migratorios, o el mal trato al turista. Dentro del presupuesto de calidad hay que incluir también la seguridad personal, la facilidad cambiaria y los aspectos sanitarios. La sostenibilidad económica específica redunda en que las empresas propietarias u operadoras de los servicios de transporte, alojamiento, alimentación y recreación, sean sólidas económicamente y puedan subsistir en el tiempo sin necesidad de subvenciones permanentes, para ello será necesario buenos planes de negocios, una gerencia capacitada y experimentada, y una política fiscal no confiscatoria. Todo lo anterior nos lleva a asegurar que Colombia debe luchar por mantener su competitividad para lograr las cifras de visitantes previstas.

Cuando se trazan metas tan importantes como las que aspira el presidente Petro, tanto la inversión pública en los temas de infraestructura y servicios, como la inversión privada en estructuras receptivas y transporte tendrán alta relevancia y deberán garantizar una continuidad para que se asegure la sostenibilidad económica. ¿Cuánto tardará la planificación y ejecución de la infraestructura y estructura necesaria para recibir 12 millones de visitantes internacionales anuales?

El último aspecto de este análisis se refiere a la sostenibilidad sociocultural que conlleva una adecuada inclusión de las comunidades subyacentes en los planes de desarrollo; esto, tanto desde el punto de vista laboral, mediante la expansión de las oportunidades de empleo y capacitación del personal, como apoyando los emprendimientos culturales locales, en especial aquellos que busquen exaltar las tradiciones y el folclore, todo bajo la premisa de que el desarrollo debe permear lo social y buscar una simbiosis entre las comunidades y los ejes de desarrollo.

También la contribución a la reducción de la pobreza está inmersa en la denominada sostenibilidad sociocultural. Grandes crecimientos en la oferta de servicios demandan importantes volúmenes de recursos humanos calificados tanto para la construcción como para la operación de transporte, recreación, alimentación y bebidas.

Colombia tiene todo el potencial para incorporarse a la muy exclusiva lista de países latinoamericanos y caribeños que recibe más de 10 millones de visitantes anuales, la clave está en el manejo de la gradualidad, la sostenibilidad y la competitividad.

Willian J. Bracho
Abogado, Maestría en Gerencia del Turismo Sostenible
Especialista en Dº de la Navegación
wjbracho@yahoo.com

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