Panamá figura como el cuarto país de la región donde se podría teletrabajar, según Cepal

La lista de los países donde se podría trabajar desde casa la lidera, Uruguay. A este le siguen Brasil, Chile, Panamá, República Dominicana, Guyana, El Salvador, Belice, México, entre otros


Mirta Rodríguez P. – mrodriguez@laestrella.com.pa

Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destaca que el teletrabajo ha sido una herramienta “fundamental” para mantener en funcionamiento algunas empresas y evitar la proliferación de contagios del coronavirus.

Y -añade- que con la pandemia los avances en esta materia que se preveían demorarían años en concretarse, se han producido en pocos meses, pese a las limitaciones tecnológicas que existen en la región, revela el informe “Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del covid-19”, de la Cepal.

El informe cita que por ejemplo hasta antes de la pandemia, solo el 7.9% de los trabajadores del mundo trabajaba permanentemente desde su hogar, principalmente en ocupaciones manufactureras y artesanales tradicionales, y solo una minoría lo hacía mediante teletrabajo.

Pero con en el inicio de la cuarentena los desplazamientos de personas a los lugares de trabajo disminuyó un 45%. Asimismo aumentó el uso de soluciones de teletrabajo un 324% entre el primer y segundo trimestre de 2020.

Países donde se podría teletrabajar

En el documento, el organismo hace un análisis de los países de América Latina y el Caribe, donde los ocupados podrían teletrabajar y recoge una lista de las profesiones, por sector de actividad económica con probabilidades para trabajar desde casa, en cuya lista Panamá figura en el cuarto lugar.

En general, la Cepal señala que en la región alrededor del 21.3% de los ocupados podría teletrabajar. En Uruguay, por ejemplo, cerca del 31 % de los trabajadores podría laboral de manera remota, en Brasil (26%), Chile (26%), Panamá (24%), República Dominicana (21%), Guyana (19%), El Salvador (18%), Belice (18%), México (16%), Ecuador (16%), Bolivia (15%), Honduras (14%) y Guatemala (14%).

Menciona que en Europa y los Estados Unidos casi el 40% de los trabajadores puede trabajar desde su hogar, cifra que se reduce a menos del 15% en algunos países de África.

No obstante, señala que la proporción de trabajo susceptible de realizarse a distancia varía entre países por razones estructurales; y que el porcentaje de puestos de trabajo que pueden migrar al teletrabajo está positivamente vinculado al nivel del PIB per cápita y a menores grados de informalidad.

“Las estructuras de los mercados laborales, las estructuras productivas, los niveles de informalidad y la calidad de la infraestructura digital juegan un papel fundamental”, afirma.

Profesiones para teletrabajar

La Cepal precisa que en la región, el porcentaje de ocupaciones en las que se podría teletrabajar está condicionado por los elevados niveles de informalidad, que en 2018 alcanzaban más del 50% del empleo total.

De acuerdo con la Cepal, la mayoría del empleo informal se concentra en sectores que necesitan interacción física, por lo que no se puede desarrollar en forma remota.

“Las características de la estructura productiva de la región limitan el porcentaje de ocupaciones que pueden migrar al teletrabajo debido a la alta concentración de trabajadores en actividades que necesitan interacción social y presencia física”, enfatiza.

Precisa que a nivel sectorial, la probabilidad de teletrabajar es mayor del 80% en los servicios profesionales, científicos y técnicos, la educación, las finanzas y los seguros. En los países de la región, estos sectores representan menos del 20% de los ocupados.

Por el contrario, las probabilidades de teletrabajar de los ocupados en el comercio mayorista y minorista y la agricultura son del 15% y el 1% respectivamente.

Otros factores condicionantes son la infraestructura digital, el nivel de digitalización de las empresas y las habilidades digitales.

Así, por ejemplo, en la República Dominicana, la baja conectividad reduce el porcentaje de ocupados que podrían teletrabajar en 11 puntos porcentuales.

En países con mejor conectividad, como Chile y el Uruguay, el porcentaje de trabajadores que no podría trabajar de forma remota por esta causa se reduce 1 punto y 3 puntos porcentuales, respectivamente.

Si bien la digitalización ha tenido un papel fundamental en el mantenimiento de algunas actividades productivas durante los períodos de cuarentena, al organismo le preocupa que se profundice la desigualdad que caracteriza a los mercados laborales en América Latina y el Caribe.

En los quintiles de salarios, más del 80% de los ocupados no puede teletrabajar, mientras que más del 50% de los ocupados puede hacerlo.

La Cepal considera que cuanto más duren las medidas de cuarentena y la suspensión de la actividad económica mayores serán las “consecuencias” para los trabajadores que no pueden teletrabajar, lo que aumenta las vulnerabilidades y desigualdades.

Advierte que durante la crisis, quienes desarrollan actividades básicas o manuales y no pueden migrar al teletrabajo están “más expuestos” a reducciones salariales o pérdidas de empleo, mientras que los trabajadores más calificados pueden mantener sus ingresos.

Para mitigar los efectos de las medidas de cuarentena, las fases de reapertura de la economía recomienda tomar en cuenta planes de retorno a los lugares de trabajo que privilegien las ocupaciones de salarios más bajos que no se pueden desarrollar desde el hogar.

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