Ni el más pesimista de los analistas podía imaginar un 2020 tan devastador para la industria aérea en particular. Con este escenario Peter Cerdá, Vicepresidente de la IATA para las Américas brindó la última conferencia virtual con periodistas del año.
En su balance sobre el 2020, el ejecutivo definió a Latinoamérica como el territorio más perjudicado por el Covid-19, dada las largas cuarentenas. Como ejemplo, Cerdá remarcó que abril fue el período más crítico, con una paralización del 94% de los vuelos, mientras que el promedio mundial fue de 80%. A esto se suma la falta de apoyo financiero de los Estados. Si se estima que en total la industria obtuvo US$ 173 mil millones en ayuda gubernamental, menos del 1% se destinó a empresas latinoamericanas. En ese marco, el 2020 terminaría con más de 118 mil millones de dólares en pérdidas a nivel mundial y la previsión para 2021 es que las pérdidas sean de 38,7 mil millones de dólares.
La misión de Cerdá para 2021 es convencer a los gobiernos de relajar aún más sus medidas sanitarias, de modo que las compañías no pierdan terreno para su recuperación. A su juicio, éstas continúan en modo de “supervivencia”, con la toma de drásticas decisiones sobre sus operaciones. Si persisten las cuarentenas en la temporada de verano, el efecto para 2021 podría ser incluso peor y muchas más empresas se someterían a procesos de quiebra o reorganización. “El cese de funciones de aerolíneas fue más fuerte en esta región. Los gobiernos en Latinoamérica no están alineados; hemos promovido que los estándares de bioseguridad aeroportuarias y de empresas sea similar a nivel global”, comentó.
Para ayudar a la reactivación económica, la industria aspira a contar con el respaldo de los gobiernos para eliminar tasas de forma temporal y que sirvan como incentivo para que más personas puedan viajar, con reglas y protocolos claros.
Respecto a la Argentina en particular, el ejecutivo destacó los más de 800 vuelos internacionales programados para diciembre. Ante la consulta de Aviación News sobre la disposición, ahora nuevamente pospuesta, de la obligatoriedad de los pasajeros de contar con un testeo negativo para volar hacia el país, Cerdá afirmó que “la posición de IATA a nivel global es ver al testeo como un mecanismo seguro y eficiente para reabrir las fronteras y eliminar cuarentenas. Es similar a lo que hacen varios países”
