A 180 metros bajo tierra, la Catedral de Sal, es un destino turístico que además de aportar a la economía del municipio y de la región, trabaja en pro del medio ambiente con iniciativas en las que involucra a sus empleados, visitantes y ciudadanos.
Esta importante riqueza salina y fuente de desarrollo económico, social y ambiental, trabaja diariamente en campaña con sus empleados y colaboradores para incorporar el proceso industrial de más de 5.400 kilogramos de residuos sólidos. La correcta disposición de los residuos eléctricos y electrónicos que genera la entidad y la recolección de más de una tonelada de tapas plásticas que han sido donadas a fundaciones como Sanar, que ayuda a los niños con cáncer del país; o Narices y huellas, que ayuda a los animales en condición de calle.
En el Parque de la Sal también han realizado siembras de más de 500 árboles, en diferentes jornadas que han contado con la participación de la Secretaría de Desarrollo Rural y Ambiente de Zipaquirá y los ciudadanos.
“Para nosotros es muy importante la conservación de la naturaleza del Parque, por eso realizamos constantemente trabajos de arborización, mantenimiento y embellecimiento de las zonas verdes y la implementación de diferentes puntos ecológicos” agregó Yenny Páez Sabogal, gerente del atractivo turístico.