¿Te atreves a escalar un rascacielos de Nueva York?

La última locura de la Gran Manzana te permite trepar a la cima del rascacielos más alto de Hudson Yards y asomarte al vacío, sin barreras, a 387 metros del asfalto.


Pensábamos que lo habíamos visto todo en cuanto a observatorios, pero nos equivocamos. Con la inauguración del nuevo The Summit, un mirador cubierto por espejos que reflejan Manhattan desde todos sus ángulos, creímos que nada superaría la experiencia sensorial de estar suspendido en una mágica sala infinita. Pero aquí está City Climb, con el más difícil todavía.

El nuevo observatorio es, en realidad, una extensión del llamado Edge, encaramado en la planta 100 del rascacielos 30 Hudson Yards, y ya plante sus propios retos a los visitantes. El centro de su balcón, de 20 metros, es transparente y te permite pisar los taxis amarillos y las cabezas de los peatones que transitan por la décima avenida. Y, por si esto fuera poco, el mirador está rodeado de unos paneles de cristal que se abren hacia afuera dando una sensación extrema de vértigo.

Edge, o el mirador que ¿todos? desean. Related Oxford

Pero las emociones fuertes de verdad están 42 metros más arriba donde se encuentra la cima de City Climb. Para empezar hay una serie de advertencias que el personal de la experiencia se asegurará que entiendas y aceptes. Solo pueden acceder adultos y menores de más de 13 años con un acompañante de al menos 18. Tampoco se permite la entrada a personas delicadas del corazón, que padezcan vértigo o que hayan bebido. De hecho, uno de los controles de seguridad a los que debes someterte es una prueba de alcoholemia.

Hay que enfatizar que, a pesar de lo temerario que pueda sonar trepar hacia la cima de un rascacielos, la seguridad de todo el proceso es extrema. De hecho, de las más de dos horas que se destinan a la ascensión, la mayor parte se centra en las instrucciones, la instalación de un arnés y la sujeción a un cable al que vas a estar unido a lo largo de todo el paseo. 

Y 42 metros más arriba… Edge

El personal también te ofrece un llamativo mono azul y un casco, de uso obligado, y un gorro y guantes, en caso de necesidad. No se puede subir absolutamente nada más e incluso fijan, con cinta adhesiva, pulseras y relojes en la muñeca para evitar que se los lleve el viento. La hazaña quedará inmortalizada en fotos y un vídeo que recibirás, después, vía email. Nada de selfies.

Una vez completadas las últimas comprobaciones en el llamado Basecamp, la aventura empieza, al fin, subiendo la treintena de escalones para salir al exterior, a 363 metros de altura. Allí nos damos, de bruces, con el primer reto a superar: asomar la cabeza al abismo de The Cliff, el precipicio de la ladera oeste con impresionantes vistas de todo Hudson Yards, el río Hudson y Nueva Jersey. A pesar de estar anclado al edificio es instintivo sentir un escalofrío ante la invitación de bajar la vista para ver el corazón de The Vessel y los transeúntes a pie de calle.

La coronación del rascacielos: ese es el objetivo. Edge

El ascenso sigue en The Stair. Esta escalinata de 161 peldaños y una inclinación de 45 grados nos lleva al punto más elevado. Los dos guías del grupo, uno capitaneando la expedición y el otro cerrándola, hacen un par de paradas para poder saborear las vistas y contar algunos datos sobre los edificios y la historia de la ciudad. Es tan solo un aperitivo de lo que está por llegar.

The Apex es la corona del rascacielos y allí se abre una plataforma, sin ningún tipo de barandilla, que hay que bordear. Aquí es donde, verdaderamente, se pone a prueba nuestra capacidad de resistencia a las alturas porque tenemos la oportunidad de colgarnos al vacío, tan sólo sujetados por el cable y nuestros pies. Es así de simple. Solo tienes que dar un par de pasos e inclinarte hacia delante hasta notar la tensión del cable de sujeción. La mitad de tu cuerpo queda suspendida en el vacío y Nueva York se abre ante tus ojos. 

Si la experiencia no te abruma, también es un buen momento para saludar a los visitantes de Edge, que se encuentran solo unos metros más abajo y van a devolverte, con mucho gusto, el saludo, si pegas un grito.

Antes de empezar el descenso, puedes repetir la vertiginosa experiencia pero, esta vez, de espaldas a Nueva York. Tu cuerpo quedará flotando en el aire y tu hazaña será inmortalizada con una foto y un vídeo. Este es el recuerdo que vas a querer llevarte para chulear con tus amigos y demostrar tu valentía.

En el piso 100, a 335 m, tómate un respiro. Related Oxford

City Climb es una descarga de adrenalina no apta para todos los corazones. Nuestros guías confiesan que más de uno se ha echado atrás a mitad de la ascensión y no pasa absolutamente nada. Esta es la magia de una atracción única en el mundo que pone a examen tus capacidades físicas y mentales, bajo los ojos atentos de la ciudad entera.

El observatorio está abierto todos los días del año y solo cierra cuando los vientos superan los 70 kilómetros por hora o la temperatura se hunde bajo cero. La cubierta tiene resistencias de calor por debajo y puede derretir el hielo y la nieve en invierno. 

De cine. Related Oxford

La entrada, de 185 dólares por persona, incluye el acceso a la atracción y al observatorio Edge. Probablemente no haya mejor final de esta experiencia que mirar hacia arriba, desde la seguridad del balcón del mirador, y admirar el hito personal conseguido.

Traveler.es

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