Albufera de Valencia, un parque natural que recuerda a otra vida

La cuna de la paella valenciana es un lugar que, tras su candidez y calma actual, esconde un pasado de mucho sudor, épica y lágrimas.


Cuando el sol del atardecer tiñe de tonos naranjas y violetas las aguas de la gran laguna salada del Parque Natural de La Albufera, parece que la vida se detiene y tan solo se escucha el canto de las aves y, cuando estas callan, el breve susurro de una brisa marina que gusta de acariciar, con mimo, los juncos que escoltan a unos canales que han visto trabajar, de sol a sol, a unos hombres que dejaron sus aperos de lado hace décadas.

A 10 kilómetros de la ciudad de Valencia se encuentra uno de los humedales costeros más importantes de la península ibérica. Nada menos que 21.000 hectáreas de terreno en el que conviven diferentes ecosistemas, que van desde la naturaleza mediterránea más libre y salvaje hasta las vastas e inacabables plantaciones de arroz – que reclaman para sí el honor de ser la cuna de la paella valenciana -, pasando por unas playas de aspecto virgen en las que las dunas se enfrentan, altivas, a un mar Mediterráneo que siempre prefirió tomarse las cosas con calma.

LA ALBUFERA DE BLASCO IBÁÑEZ, PROTAGONISTA DEL NATURALISMO ESPAÑOL

La Albufera de Valencia fue declarada parque natural en 1986. Sin embargo, su historia se remonta mucho más atrás en el tiempo.

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