¿Por qué soñar con viajar puede ser bueno para nosotros?

Los psicólogos aconsejan que es bueno ilusionarse con nuestras aficiones siempre y cuando seamos realistas. Y, siendo realistas, volveremos a viajar.


Sara Andrade

Lo llevamos dentro. El viaje nos pertenece desde que somos parte de la humanidad, como algo metafórico y como algo real. Podemos irnos tan lejos en la historia como sea posible, porque siempre encontraremos personajes que encarnan propiamente el viaje, aventureros y aventureras que inspiraron grandes relatos.

Somos la herencia del monomito, el llamado ‘viaje del héroe’ del antropólogo Joseph Campbell, cuya teoría defendía, en su libro El héroe de las mil caras, que la mayoría de héroes de relatos mitológicos compartían el viaje, la búsqueda de la aventura como modo de vida. Esa aventura que siempre, a pesar de encontrar numerosos obstáculos por el camino, acababa en victoria.

Ulises, el protagonista de la Odisea de Homero, partía a Ítaca, su tierra, después de la Guerra de Troya, pero los dioses le castigaron cuando dijo que la victoria de la Guerra la había conseguido sin ellos. Once años tardó en llegar a su hogar, las sirenas, el Cíclope fueron algunos de los obstáculos que encontró en ese viaje, que finalmente, terminó bien pues entendió que sin los dioses el hombre no era nadie.

“Creo que viajar es consustancial a lo humano, hace mucho tiempo que éramos nómadas y nos estábamos moviendo constantemente, seguramente en función de los lugares donde podíamos conseguir comida y de los desplazamientos de los animales. Por tanto, creo que viajar o moverse es una necesidad del ser humano, la mayoría de nosotros tenemos entre nuestros antepasados personas que emigraron a otro país”, subraya apoyando esta teoría la psicóloga Mireia Darder.

Por eso, ¿cómo vamos olvidarnos del viaje aunque no podamos viajar? ¿Cómo vamos a esconder a ese viajero que llevamos dentro, esa necesidad de experimentar el riesgo y la aventura, y hacerlo sin más? La psicóloga Mireia Darder aporta algunas claves al respecto.

Mantener viva la ilusión durante estos meses de confinamiento es para los psicólogos algo positivo, siempre y cuando seamos realista. En otras palabras, podemos hacerlo pero con los pies en las tierra y sin recurrir a fantasías inalcanzables.

“La ilusión entendida como la creación de realidades a las cuales queremos ir creo que siempre es interesante. No se puede ir a ningún lugar que antes no se haya imaginado. Por tanto, vale la pena crear realidades positivas a las cuales queremos llegar. Si por ilusionarse se entiende creer que podremos viajar en breve, eso no ayudará a aceptar la realidad que estamos viviendo, cosa que no nos permitirá hacer el duelo de lo que hemos perdido en este confinamiento”.

Pero sí nos ayuda mantener la ilusión de que podremos viajar cuando todo esto acabe. “Las persona que habían estado en campos de concentración y se habían adaptado del todo a la situación, después cuando salieron tuvieron verdaderos problemas para adaptarse a la vida normal del exterior. En cambio, aquellos que habían mantenido fantasías agradables o desconexiones de la realidad les resultó más fácil la adaptación cuando les liberaron”, comparte la psicóloga.

Mireia también sugiere que este es un buen momento para realizar un viaje interior, es decir, llegar hasta uno mismo y sus problemas para empezar a sanarlos. Este puede ser un punto de partida para emprender viajes en el futuro, como puede ser el camino de Santiago, por ejemplo.

“Una de las recomendaciones que el psiquiatra Bassel Van der Kolk hace sobre cómo afrontar este momento de confinamiento es poder recuperar la noción de que el tiempo es limitado y tiene fin. O sea, imaginar que esta situación se va acabar y, que podremos hacer cosas que deseamos como viajar, ayuda a no traumatizarse en esta situación que nos pone en un estado de parálisis”.

Osane Redondo, profesional de alojamiento y turismo en San Sebastián, también ha recurrido a su mente viajera durante estos meses de confinamiento, pese a que ha tenido que suspender un gran viaje a Guatemala en marzo.

“Voy viendo documentales o vídeos de viajeros en YouTube e Instagram para inspirarme sobre nuevos destinos. Además, formo parte de comunidades de viajes en Facebook donde se comparten ideas y consejos de viaje”, cuenta a Traveler.es.

De hecho ya tiene opciones para lo que será este verano 2020, un verano en el que posiblemente no podamos salir de España, y en el que el coronavirus seguirá presente en nuestras vidas.

“Me gustaría retomar el viaje a Guatemala, por toda la información que tengo en la cabeza ya no puedo dejar de pensar en ese país. Pero tengo que ser realista y viajar planeando más a corto plazo y con muchas garantías (seguros de anulación y de salud, por ejemplo). Mi próximo viaje va a ser con la furgoneta. Saldremos de la provincia como primer paso, más adelante seguramente vayamos a las playas del sur. Si conseguimos viajar en verano seguramente iremos al pueblo de los abuelos, ¡volveremos a las raíces por ahora!”, dice Osane.

EL CEREBRO, NUESTRO ALIADO

¿Es beneficioso para nosotros entonces ilusionarnos con viajar en tiempo de coronavirus? Justo eso es lo que piensa que debemos hacer la psicóloga Patricia Ramírez Loeffler.

A la gente no le han quitado la posibilidad de viajar para siempre, sino que será un año distinto para todos. Lo normal es cambiar nuestros hábitos este verano. Igual no podemos viajar a Tailandia pero podemos viajar entre provincias”.

Ella que lleva haciendo talleres en sus redes sociales durante el confinamiento, propone utilizar la creatividad para motivarnos durante estos meses tan atípicos. “La mayoría de personas a las que he ido tratando cuando están nerviosos en casa o tienen alguna emoción incómoda, les animo a que hagan cosas que les relajen. Muchas de esas personas eligen meterse en Internet y planificar un viaje, que van a hacer el año que viene o dentro de cinco. Pero esa idea de conocer el lugar, los monumentos, la gastronomía, tener planificado todo para cuando puedas ir suele ayudar”.

Y continúa: “De alguna manera nos conecta con la afición de viajar: la curiosidad, la historia, la cultura, la belleza de un lugar… Te da una sensación de control. Si ahora me dedico a planificar, mi mente sabe que en algún momento me voy a ir”, cuenta a Traveler.es.

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando fantaseamos? “Nuestro cerebro tiene una capacidad maravillosa que es la de visualizar. Cuando tu visualizas, tanto un viaje pasado, con todas las experiencias que supuso, las conversaciones, la compañía… como a futuro, tu cerebro es capaz de sentir las mismas emociones. Es decir, que no sabe diferenciar entre ficción y realidad. Sabemos que en algún momento acabará, así que planificar un viaje que te haga ilusión puede hacerte sentir vivo”.

Y aconseja: “Es importante mantenernos motivados, porque es la manera de regular nuestras emociones. La manera de autorregularse cada uno sabrá cuál es, puede ser planificar un viaje, ver fotos de playas bonitas, visitar por Internet museos, o ponerse a dibujar o realizar técnicas de meditación en casa…”.

Alicia Ortego, socióloga y viajera, es un claro ejemplo de esta visión, pues tal y como nos cuenta, ha aprovechado el confinamiento para seguir leyendo relatos de viajes.

“También me he formado online sobre fotografía y algunos temas técnicos para mantener mi página web, el blog Los viajes de Ali. No he dejado tampoco de escribir mis relatos y pensamientos viajeros, porque escribir me ayuda mucho en general. Escribiendo desconecto, me escucho a mí misma, o me ayuda a recordar los viajes que he hecho”.

Y aunque sabe que el viaje a Colombia en agosto no va a poder ser, no renuncia a viajar este verano. De momento, se mantiene optimista: viajará (si puede) por España. “Me gustaría visitar el País Vasco, recorriéndolo de cabo a rabo, visitar las Médulas en la provincia de León, conocer las Islas Cíes en Galicia, o recorrer los pueblos de Sierra Nevada”.

5 BENEFICIOS DE VIAJAR CON LA MENTE

  1. Te ayuda a mantenerte creativo. Tal y como apuntan los psicólogos, es una manera de mantenernos activos. Marcar en un mapa los destinos que te gustaría conocer en el futuro puede ayudarte a impulsar tu creatividad.

  2. Proyectar tu futuro. Porque todo aquello que proyectamos en nuestra mente, existe. Por tanto puede hacerse realidad. ¿Y si planificamos ya un viaje que nos gustaría emprender en 2021?

  3. Romper con las reglas establecidas. ¡Imagínalo por lo menos! Durante todo este tiempo nos estamos manteniendo a raya, confinados y contenidos por una situación que nos supera y que no llegamos a entender. Por ello, aunque pueda parecer demasiado optimista, soñar o planificar viajes puede ayudarnos a liberar la mente.

  4. Controlar el aburrimiento. Sabemos que no pasa nada si no estás siendo productivo estos meses, es más, puede ser muy beneficioso para ti. Aburrirse puede llegar a ser una bendición, pero sin pasarse. Dedicar unas horas a la semana a ordenar nuestras fotos de viajes, escribir un diario viajero o descubrir nuevos destinos puede ser una vía de escape magnífica.

  5. Actividad para tu cerebro. Cada vez que proyectas algo tu cerebro se pone en marcha para llevarlo a cabo. Si sueñas con que viajarás cuando todo esto acabe, hay muchas probabilidades de que ello ocurra.

CondéNastTraveler

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