La fiesta en Burgos en la que saltan bebés

El Colacho, personaje burlesco y caricaturesco que representa al diablo, es el antagonista de una de las fiestas religiosas más pintorescas que se celebran en España. En el pueblo de Castrillo de Murcia en Burgos, el domingo posterior al día de Corpus es el momento culminante a una celebración que empieza el miércoles y que consiste en la exaltación de Cristo Eucaristía. El Colacho intentará interrumpir los festejos que se celebran durante esa semana para evitar que el Bien triunfe sobre el Mal. Pero como cada año, será él el que acabe saliendo escaldado y terminará huyendo para gozo y jolgorio de todos los habitantes de un pueblo que vive con pasión esta fiesta tan particular.

IMPEDIR LA FIESTA SEA COMO SEA

En todos los actos que se celebran los días que dura la fiesta hay un denominador común: El Colacho. Estos personajes ataviados con un traje que los ridiculiza hacen acto de presencia durante los festejos con el objetivo de interrumpir las alabanzas que las gentes del pueblo hacen al Santísimo. Por ejemplo, cuando los cofrades salen a la calle para homenajearle y un Colacho aparece haciendo ruido con unas castañuelas para interrumpir el cortejo. Es entonces cuando los niños le insultan y este los persigue para fustigarlos con una cola de caballo.

SALTADORES DE BEBÉS

El momento más esperado y espectacular de todos se produce al final de la procesión que discurre entre el homenaje de los cantos y los clamores de campanas y atabal. La comitiva se detiene y el silencio se apodera poco a poco del lugar. La escena es impactante. Varios bebés yacen encima de colchones dispuestos en el suelo. En ese momento, los Colachos se preparan y después de una carrerilla saltan limpiamente por encima de los niños. Justo después, uno de los sacerdotes se acerca y bendice a los infantes. El Bien y el Mal quieren ejercer su influencia sobre la inocencia infantil pero el influjo diabólico huye con el salto del Colacho. El Bien ha triunfado.

UNA TRADICIÓN QUE SE REMONTA EN EL TIEMPO

Los primeros documentos conocidos que hablan de “El Colacho” datan de 1621 y no deja de ser un juego de escarnio como los que se prohibían durante la Edad Media. La importancia del Colacho fue creciendo con el paso de los siglos hasta que en 1978 esta celebración fue declarada Fiesta de Interés Turístico, la primera en la provincia de Burgos en obtener dicha distinción. Actualmente, su popularidad ha traspasado fronteras y es conocida ya a nivel internacional.

CADA AÑO MÁS POPULAR

Durante los días que dura la fiesta del Colacho todo el pueblo se involucra en ella. No solo los que viven en Castrillo de Murcia. Los que están fuera regresan al pueblo para formar parte de los diferentes actos que se celebran. Autoridades religiosas y civiles, cofrades, niños y adolescentes, adultos y mayores; todos tienen un papel que cumplir. También gentes de otros lugares, sobretodo periodistas y curiosos que se sienten atraídos por los actos que dan vida a esta fiesta. Incluso turistas extranjeros de varios países alrededor del globo llegan a Castrillo de Murcia para descubrir su fiesta más internacional.

Fuente: viajes.nationalgeographic.com.es

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