Algunos hoteles nada convencionales en diferentes países para desconectarse las 24 horas

Existen hoteles que son el refugio perfecto para desconectarse no solo de noche sino también de día.


Estos son 8 hoteles nada convencionales a los que seguramente o podremos ir muy pronto.

Hotel Radisson Blu, Berlín

Son muchos los turistas que recorrer las calles de Berlín y se fotografían en históricos lugares como la Puerta de Brandenburgo o junto a alguno de los fragmentos del muro que durante 28 años dividió la ciudad. Al caer la noche y, aunque Berlín cuenta con buenos y bonitos albergues, el lujo, sobre todo para los amantes de la vida marina, es alojarse en un auténtico hotel acuario.

El hotel Radisson Blu, situado sobre un Centro de Vida Marina, cuenta con el acuario cilíndrico más grande del mundo de 25 metros de altura y 12 de diámetro y que alberga más de 1.500 peces de cerca de 97 especies diferentes en alrededor de un millón de litros de agua.

El impresionante AquaDom da la bienvenida a los huéspedes del hotel en la misma recepción del alojamiento de 427 habitaciones y suites y situado a orillas del río Spree frente a la Catedral de Berlín. Los afortunados que se alojen entre estas paredes podrán disfrutar del ascensor ubicado en el interior del cilindro del AquaDom y contemplar las tareas de limpieza que se llevan a cabo de lunes a sábado por 3 o 4 cuatro buzos especializados entre las 11 y las 13 horas. Además, podrán contemplar en directo la alimentación de los animales que reciben unos 8 kg de comida al día.

Haneda Excel Hotel Tokyu

Un hotel de aeropuerto puede parecer una opción aburrida para pasar el trámite de una noche de espera para enlazar con el siguiente vuelo pero lo cierto es que en los últimos años muchos de estos alojamientos se están convirtiendo en una alternativa más que agradable para pasar las horas muertas. El Haneda Excel Hotel Tokyu, directamente conectado a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Tokio-Haneda, sorprende a sus huéspedes con la primera habitación del mundo con un simulador de vuelo en su interior, bautizada como Superior Cockpit Room.

El alojamiento celebró sus 15 años de vida con este simulador que permite realizar un vuelo de un Boeing 737-800, un pequeño jet de pasajeros, similar al que se usa en la formación de pilotos.

El hotel ofrece dos opciones. En la primera el huésped tiene acceso a la habitación donde está instalado el simulador sin opción a pasar la noche. Eso sí, podrá disfrutar durante 90 minutos de la auténtica sensación de pilotar la nave, despegar y aterrizar en el aeropuerto de Haneda al aeropuerto de Itami todo bajo la guía de un ex capitán de ANA (All Nippon Airways). Las dos sesiones posibles son a las 12:00 y a las 14:30 y la tarifa ronda los 270 euros.

La otra opción sí permite pasar la noche en la habitación, pero no conducir el simulador tan solo podrá disfrutar de la sensación de estar en la cabina del piloto y contemplar el despegue y aterrizaje en el aeropuerto de Haneda.

Hotel Giraffe Manor, Nairobi

Los amantes de las jirafas pueden vivir una experiencia única en Kenia, en concreto en el hotel Giraffe Manor de Langata, a las afueras de la ciudad de Nairobi y ubicado en cinco hectáreas de terreno privado dentro de 56 hectáreas de bosque autóctono. El lugar, un exclusivo hotel boutique que se remonta a la década de 1930 cuando los primeros visitantes europeos acudieron a África para vivir la magia de los safaris, es uno de los edificios más emblemáticos de Nairobi en el que las jirafas son las protagonistas.

El hotel puede presumir de fachada señorial, elegante interior, verdes jardines, terrazas y patios encantadores donde los huéspedes pueden disfrutar de una estancia que se asemeja a la vivida por los protagonistas de Memorias de África, de hecho, una de sus seis suites lleva el nombre de la autor de la novela, Karen Blixen.

Sin embargo, lo más fascinante de Giraffe Manor es la presencia de las jirafas de Rothschild, el animal más alto sobre la Tierra, que tienen la costumbre de visitar mañana y tarde a los huéspedes del alojamiento asomando sus largos cuellos por las ventanas con la esperanza de recibir las atenciones de los visitantes antes de retirarse a su santuario forestal. Las diez habitaciones del hotel tienen cada una su propia personalidad, con muebles elegantes, características art déco y camas con dosel.

Arctic Bath Hotel, Suecia

El Arctic Bath Hotel and Spa de Off the Map Travel, diseñado por los arquitectos Bertil Harström y Johan Kauppi, se inauguró el pasado 15 de enero en la Laponia sueca. Ubicado junto al río Lule está considerado como el primer spa flotante del Ártico.

El hotel tiene seis cabañas privadas con paredes de vidrio que ofrecen impresionantes vistas del exterior. El complejo cuenta con spa, saunas, tienda, bar y un restaurante con acceso desde la costa a través de pasarelas. Para los menos aventureros el hotel dispone de cabañas en tierra firme.

Kruger Shalati, Sudáfrica

Kruger Shalati, un hotel de lujo en un tren estacionado de forma permanente en lo alto de un puente en el Parque Nacional Kruger, Sudáfrica, es un alojamiento para mentes aventureras y amantes de los safaris. El Kruger Shalati Train Lodge, en el histórico puente de Selati, sobre el río Sabie, ofrecerá, previsiblemente a partir de septiembre de este año, un alojamiento exclusivo en un tren rediseñado que rinde homenaje a los primeros huéspedes que exploraron el icónico parque a principios de la década de 1920.

Sumergiendo a los visitantes en la comodidad de una experiencia de hotel boutique afro-chic, el tren tiene 24 habitaciones con baño y una capacidad para 48 personas a las que se suman otras 14 en la casa adyacente, la Kruger Shalati Bridge House, con siete estancias.

Los vagones originales han sido modificados para ampliar los metros cuadrados y conseguir cómodas habitaciones mucho más grandes que los clásicos compartimientos del tren, además, los grandes ventanales ofrecen increíbles vistas sobre el río Sabie.

El Kruger Shalati también cuenta con una terraza donde los huéspedes pueden observar la fauna del parque al tiempo que disfrutan de las bebidas del bar o de un baño en la piscina circular situada también en lo alto del puente.

Museum Hotel Antakya

Antakya, conocida como la antigua Antioquía y la que fuera la tercera ciudad más grande del Imperio Romano, guarda bajo tierra la opulencia de otros tiempos donde palacios, plazas o baños públicos convertían a esta ciudad turca en la «Reina de Oriente». Terremotos y conflictos bélicos cambiaron el devenir de la historia y 2.300 años después, poco queda de la monumentalidad de la antigua Antioquía.

En 2009, la construcción de un moderno hotel sacó a la luz una parte de la historia de la ciudad. La familia Asfuro?lu, propietaria del proyecto, aceptó el desafío de unir pasado y presente rediseñando completamente el alojamiento para dejar espacio a las excavaciones. En septiembre de 2019, tras diez años de trabajos, abrió el Museum Hotel Antakya, una propiedad de lujo construida sobre hallazgos arqueológicos de 2.300 años de antigüedad.

La gran joya es el «mosaico ondulado», por los sucesivos terremotos que sufrió. Es el más grande del mundo de una sola pieza ya que se completó in situ en lugar de hacerse y llevarse al taller del artista. Se estima que se construyó en el siglo IV a. C. y tiene un tamaño de 1.050 metros cuadrados. Además del gran mosaico romano, que formó parte de una gran villa también se ha recuperado un raro mosaico de Pegaso, así como una escultura de mármol de Eros.

La construcción del hotel, gran parte acristalada, se realizó en cuatro alturas. La primera acoge el museo al aire libre, en la segunda están algunas de las zonas comunes, como la recepción, con vistas a los hallazgos arqueológicos.

El tercer nivel, que acoge las habitaciones, está compuesto por un grupo de módulos prefabricados que «flotan» sobre los antiguos mosaicos. La última planta está reservada para el spa, las salas de reuniones o un restaurante.

Los pasillos al aire libre del hotel, las marquesinas y los paneles de vidrio en las habitaciones, así como las áreas públicas, ofrecen vistas panorámicas de lo que fuera la gran ciudad de Antioquía. El hotel, de 199 habitaciones, también ofrece una vista de San Pedro Felsenkirche, que, según algunos relatos, albergó a la primera congregación cristiana.

Bubble Luxotel Wadi Rum, en Jordania

Disfrutar de una noche en el desierto tras una cena con encanto y dormir bajo una cúpula que permite observar la grandeza del cielo estrellado es posible en Bubble Luxotel Wadi Rum, un hotel situado en una zona desértica protegida del sur de Jordania. La zona de alojamiento, construida al estilo de los hoteles del Caribe como si de cabañas se trataran, se disponen a lo largo de un sendero a ambos lados de la zona de restauración.

Las cincuenta suites en forma de burbujas disponen de una sala de estar independiente del dormitorio y baño completo equipado con secador de pelo y artículos de aseo. El «campamento base» dispone de zona de una zona de restauración donde los huéspedes donde disfrutar de comidas y cenas tipo bufet o a la carta. El Wadi Rum Bubble Luxotel cuenta, además, con una zona de barbacoa y una terraza.

Shipwreck Lodge, en Namibia

En la famosa Costa de los Esqueletos, entre los ríos Hoarusib y Hoanib, en Namibia, se encuentra el Shipwreck Lodge, un peculiar alojamiento inspirado en los cientos de naufragios que pueden hallarse a lo largo de este tramo de la costa occidental de África.

Las diez cabañas -ocho dobles y dos familiares- inspiradas en los cientos de barcos encallados en este traicionero tramo de costa, se encuentran instaladas entre las dunas de arena blanca que colisionan abruptamente con el Océano Atlántico y son el hogar de varias especies de animales, incluyendo hienas marrones, leones del desierto, elefantes y jirafas que habitan en el entorno natural del Parque Nacional Skeleton Coast.

Cada una de las cabañas, equipadas como cualquier alojamiento de lujo, consta de un pequeño vestíbulo, dormitorio y baño completo.

Un gran edificio alberga el salón y el restaurante con una estética similar a los alojamientos, con las paredes inclinadas y largueros curvos externos que complementa el entorno natural.

Una curiosidad de este alojamiento es que la licencia de construcción requería que se minimizara cualquier impacto medioambiental y que los edificios pudieran ser eliminados por completo al final del período de concesión de 25 años.

elmundoalinstante.com

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