Siete ideas para los siete países de Centroamérica

Centroamérica es una de las áreas con más interés de todo el planeta. Una estrecha franja donde, a menudo, no más de 150 kilómetros separan los océanos Atlántico y Pacífico. Se trata de un espacio rasgado, de noroeste a sudeste, por una espina dorsal formada por decenas de volcanes, muchos de los cuáles siguen aún en activo. 

Os vamos a mostrar 7 lugares que nos os podéis perder en Centroamérica. 1 por cada uno de los países que forman parte de la región.

Este artículo es obra de Jordi Martínez, del blog Mil Viatges

1. Antigua, Guatemala – ¿La ciudad más bella de América?

No son pocos los viajeros que consideran Antigua Guatemala la más bella de las ciudades coloniales de América. Años de colonización han marcado el urbanismo de esta ciudad crecida a la vera del volcán Pacaya. Sus iglesias, de marcado carácter barroco colonial, y a menudo pintadas de llamativos colores, son una delicia.

Sin embargo, su carácter lo debemos encontrar en sus mercados, repletos de indígenas que siguen conservando sus atuendos y tradiciones como vienen haciéndolo desde antes de la colonización española.

2. Lamanai, Belice– El mundo maya menos conocido

Mucho menos conocidos que los parques arqueológicos mayas de México o Guatemala, también en Belice encontramos vestigios de aquella extinta civilización. Son lugares con el mismo encanto que las célebres y venerables ruinas de Palenque o Tikal, pero alejadas del turismo de masas. Ello las convierte en sitios especialmente apetecibles para los amantes de los lugares apartados del mundanal ruido. Desde Ciudad de Belice debéis tomar un autobús a Orange Walk, una adormecida ciudad, capital del distrito homónimo.

Desde el embarcadero tomaréis una lancha fuera borda que remontará el New River, verdadera arteria acuática y paraíso para ornitólogos. Con suerte podréis observar algún caimán o algunos monos araña saltando de árbol en árbol.

Al llegar a Lamanai no queda más que disfrutar del encanto de estas ruinas que se disfrutan casi en solitario, subiendo los 33 metros de la pirámide del Castillo o conociendo el Templo de las Máscaras, donde dos enormes y misteriosos mascarones nos reciben a ambos lados de la escalinata central.

3. Roatán, Honduras – El Caribe más auténtico

Y de la selva de Belice al caribe hondureño. Y no porque Honduras no tenga parques arqueológicos, que los tiene. Pero es que en este pequeño estado no hay que perderse la maravillosa isla de Roatan, bañada por las prístinas aguas del mar Caribe, a unos 30 kilómetros de tierra firme.

Aquí podréis tomar el sol entre palmeras o disfrutar de los maravillosos arrecifes de coral, nadando entre tortugas y todo tipo de peces tropicales. Y con suerte, hasta un manatí puede que se cruce en vuestro camino. No sin motivo, West Bay está reconocida como una de las 20 playas más bellas del mundo entero. 

Pero no todo es sol y playa en Roatán. Quien guste podrá gozar de su atractivo jardín botánico donde podréis conocer más de 200 especies vegetales a la vez que surcáis los numerosos senderos y hasta puentes colgantes en el que es uno de los lugares imprescindibles de esta isla.

4. Suchitoto, El Salvador – La maravilla colonial menos conocida

Atrás han quedado los años de inestabilidad de El Salvador, un país que poco a poco se va abriendo al turismo. Un lugar de gentes humildes y amables, dispuestas a entablar conversación con el viajero.

Localizada a menos de 50 kilómetros de la capital, San Salvador, Suchitoto es la más bella de las ciudades coloniales del país. Una auténtica joya por descubrir, deseosa de que los viajeros la muestren al mundo. Repleta de casonas de una sola altura, pintadas de vivos colores, poco han cambiado las cosas en Suchitoto en las últimas décadas.

Parece que el tiempo se haya detenido en esta población, pues son pocos los extranjeros que hasta aquí se acercan. No durará mucho este letargo, a buen seguro. La iglesia de Santa Lucia, de formas neoclásicas y blanco inmaculado, es el más representativo de los edificios de Suchitoto. La encontraréis en el Parque Central, verdadero epicentro de este pueblecito.

Tampoco os debéis perder la Casa 1800, convertida en hotel boutique y desde la que se disfruta de una maravillosa vista del lago Suchitlán. Por último un consejo: no dejéis de visitar la Casa de la Abuelo, una casa colonial convertida en restaurante ,que es una verdadera institución en Suchitoto. Tomar un chocolate caliente puede ser una muy buena opción. 

5. Isla de Ometepe, Nicaragua Bañada por las aguas del Lago

Nicaragua, el segundo mayor del mundo tras el Titicaca, en la isla de Ometepe parece que las cosas han cambiado más bien poco en los últimos 200 años.

La isla está dominada por dos volcanes: el Concepción y el Maderas. Ascender hasta la cumbre de alguno de ellos supone uno de los mejores trekking del país. Eso sí, llevad agua de sobras, porque la humedad es extrema entre bosques tropicales. Otra buena opción es conocer alguna de las haciendas cafeteras del país, como la Finca Magdalena, donde además os darán alojamiento a muy buen precio.

Sin embargo, la verdadera esencia de la isla la encontraréis en sus gentes, deseosas también de conocer a los viajeros. Especialmente los más jóvenes y los chiquillos, siempre dispuestas a regalar la mejor de sus sonrisas al visitante.

6. Parque Nacional Volcán Poás, Costa Rica

Ya explicamos que una interminable espina dorsal formada por volcanes surca esta región desde Guatemala hasta Costa Rica y Panamá. Es el Arco Volcánico Centroamericano que nace de la colisión de dos placas tectónicas: la cocos y la caribe. Uno de los más bellos volcanes es el Volcán Poás, cuya excursión supone una de las mejor opciones que presenta San José, la capital costarricense.

Aunque su ascensión parezca plácida no debemos olvidar que este volcán sigue activo. Así lo atestiguan varias fumarolas ubicadas en su cráter. Allí, lo que más impresiona al visitante es la bonita laguna de aguas sulfúricas y colores turquesas. Merece la pena subir al volcán a primera hora, antes de que las casi inevitables nubes tiendan a cubrirlo.

7. San Blas, Panamá – El paraíso existe

Llamar paraíso a un conjunto de islas caribeñas puede parecer una obviedad. Pero el adjetivo cobra un sentido especial cuando se llega a este archipiélago formado por una miríada de pequeñas ínsulas rodeadas de arrecifes de coral y, casi por completo, por playas de blancas arenas y transparentes y templadas aguas.

Nada comparable como dejar pasar el tiempo entre peces de colores y estrellas de mar, buceando entre pecios hundidos hace décadas y disfrutando de la calidez de los moradores de estas tierras, los indios Guna, únicos propietarios de un territorio que se encuentra entre los más bellos del mundo.

Fuente: skyscanner.es

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