IATA, Asociación Internacional de Aerolíneas, ha querido comparar la repercusión que tuvieron los ataques del 11-S en la demanda de viajes nacionales en los Estados Unidos con la crisis del COVID-19.
Al igual que esta pandemia, el 11-S, ha provocado el cierre temporal de la aviación. El tránsito de pasajeros bajó un 30% luego de los ataques ya que muchos pasajeros sentían temor de volar, por lo que las empresas suspendieron sus viajes no importantes.
Previo a los atentados, el requerimiento doméstico marcaba un aumento anual aproximadamente del 4%. Luego de unos meses después del 11-S, el tráfico aéreo en EE UU repuntó, más no los vuelos nacionales dando como resultado pérdidas de aproximadamente 8.000 millones de dólares.
El 11-S ha sido el mayor impacto que ha sufrido la industria aérea hasta la llegada de la COVID 19, que ha sido tres veces superior al que hubo tras los atentados, y al igual que en esa oportunidad, el tráfico se recuperó rápidamente. En esta vez, el tráfico nacional ha sido un apoyo para las aerolíneas estadounidenses, quienes ya han comenzado con un flujo de caja positivo en lo que va del segundo trimestre de este año.
