La Agencia Espacial Europea (ESA) ha puesto en marcha un nuevo telescopio en Chile cuyo objetivo es detectar asteroides en el espacio que puedan suponer un riesgo para la Tierra.
Denominado TBT2, por ser el segundo de su clase tras el construido por la ESA en España, es un proyecto en colaboración con el Observatorio Europeo Austral (ESO) y forma parte de la red de telescopios Flyeye de la agencia europea. El telescopio de 56 centímetros será operado junto a un telescopio parejo idéntico situado en la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo de Cebreros de la ESA.
“El proyecto es un banco de pruebas para demostrar las capacidades necesarias para detectar y realizar observaciones de seguimiento de objetos cercanos a la Tierra de forma eficiente”, afirma Clemens Heese, jefe de la Sección de Tecnologías Ópticas de la ESA y líder del proyecto TBT. “Aunque los telescopios en sí tengan un diseño bastante estándar, nos permitirán desarrollar y probar algoritmos, operaciones remotas y técnicas de procesamiento de datos que nuestra futura red de telescopios Flyeye utilizará para llevar a cabo estudios nocturnos automatizados de todo el cielo”.
Lista de riesgos
En la actualidad, se conocen más de 900.000 asteroides en el Sistema Solar, de los cuales más de 25.000 son objetos cercanos a la Tierra ya que su órbita los aproxima a ella. Más de 1.000 de estos objetos están en la lista de riesgos de la ESA, lo que significa que hay que vigilarlos.
Los objetos más grandes son, afortunadamente, más fáciles de detectar, por lo que sus órbitas ya se han estudiado a fondo. No obstante, los objetos pequeños y medianos son mucho más numerosos en el sistema solar y estos todavía pueden causar un grave daño, ya que quedan muchos por descubrir.
“Para poder calcular el riesgo que suponen estos objetos potencialmente peligrosos del sistema solar, primero necesitamos tener un censo de dichos objetos”, afirma Ivo Saviane, director del Observatorio de La Silla del ESO. “El proyecto TBT es un paso en esa dirección”, añade.
En la actualidad, los astrónomos utilizan telescopios tradicionales con un estrecho campo de visión para detectar objetos amenazadores provenientes del sistema solar. Dado que estos telescopios solo pueden observar una pequeña porción del cielo a la vez, resulta un proceso lento y tedioso.
Como parte del esfuerzo global para acelerar y mejorar esta búsqueda, la ESA está desarrollando los telescopios Flyeye, cuyo diseño está inspirado en los ojos de algunos insectos, lo que le proporciona un campo de visión mucho más amplio y le permite abarcar grandes regiones del firmamento de forma mucho más rápida que los de diseño tradicional.
Así, cada noche, una futura red de estos telescopios Flyeye escaneará el cielo en busca de objetos extraños, señalando automáticamente los que supongan un riesgo de impacto y avisando a los investigadores a la mañana siguiente.