Estos son los inventos japoneses más curiosos de la historia

Desde el palo de selfie al podómotro pasando por el CD o los emojis, estos son algunos de los populares ingenios nacidos en el país nipón.


En el año 2014 la revista «Time» consideró que uno de los mejores inventos de ese año era el palo del selfie o auto-foto. La verdad es que su creación había cumplido en aquellos momentos la mayoría de edad, ya que para asistir a su nacimiento habría que remontarse hasta 1980, el año en el que Hiroshi Ueda lo presentó por vez primera a la empresa de cámaras Minolta.

El dispositivo fue desechado por falta de “atractivo comercial”. ¿Quién iba a querer hacerse un selfie? Siempre habría una persona dispuesta a apretar el botón de la cámara. Durante los años siguientes la situación no sólo no cambió, sino que en 1995 -quince años después de patentarse- el palo del selfie formaría parte de un libro que recopilaba los inventos japoneses más inútiles de todos los tiempos.

Los 10.000 pasos diarios

Nadie pone en duda las ventajas cardiovasculares de caminar diez mil pasos diarios y son muchos los que caminan pertrechados con un podómetro en aras de alcanzar la mágica marca. Ahora bien, ¿por qué diez mil y no once mil?

Quizás pocos saben que el origen de esta cifra viene de lejos, concretamente del año 1964, durante la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio. Fue entonces cuando se diseñó el primer podómetro, un adminículo muy rudimentario y con una limitación: tan sólo podía contabilizar diez mil pasos.

El podómetro perseguía incentivar a la población a realizar más ejercicio físico y se denominó “manpo-kei”, que literalmente significa medidor de diez mil pasos: man (diez mil), po (pasos) y kei (medida). La cifra fue un verdadero éxito comercial y se convirtió, en sí misma, en el slogan de la empresa.

Fue algún tiempo después cuando un galeno japonés, el doctor Hatano, observó que las personas que acudían a su consulta con problemas de sobrepeso solían caminar una media de cuatro mil pasos diarios y pocas veces llegaban a los diez mil.

Después de realizar algunos estudios observó que aquellas personas que alcanzaban los diez mil podrían crear un déficit calórico de unas quinientas calorías. De esta forma, Hatano fue el primero en recomendar a sus pacientes caminar un “manpo-kei” al día.

Siguiendo en el terreno de la salud, en el año 1937 el doctor Taro Takemi inventó y desarrolló el primer electrocardiograma portátil, un dispositivo que ha sido clave para disminuir la mortalidad cardiovascular en los países occidentales, al poder registrar de una forma accesible y sencilla la actividad eléctrica cardiaca.

Del walkman al CD

Si echamos la vista atrás, en el año 1979 la empresa japonesa Sony revolucionó el mercado discográfico al comercializar el TPS-L2, el primer walkman de la Historia. Un reproductor de pequeño formato que permitía escuchar música, por vez primera, en la intimidad y que en muy poco tiempo consiguió desplazar en ventas a los consolidados discos de vinilo.

También fue esta compañía nipona, en colaboración con la Philips holandesa, la que inventó el primer CD, al que asignaron una duración estándar de setenta y cuatro minutos. Se cuenta que fue una imposición del director de Sony, para que, de esta forma, cupiese entera y sin cortes la novena sinfonía de Beethoven en un único disco.

Igual de revolucionario que estos inventos fue el karaoke, una innovación que llegó de la mano de Daisuke Inoue en el año 1969. A decir verdad, al principio su aceptación fue más bien escasa y se miraba con cierto recelo, pero poco a poco fue popularizándose hasta alcanzar las cifras actuales.

También los emoticonos

Más recientemente la inventiva japonesa ha entrado por la puerta grande de nuestros hogares en forma de emoticonos, esos famosos dibujos que usamos todos los días en las más diversas situaciones.

En 1999 el creativo nipón Shigetaka Kurita diseñó los primeros ciento setenta y seis emojis para la empresa NNT Docomo. La filosofía del proyecto era aunar el mensaje en un idioma universal que pudiese ser utilizado por todos los habitantes del planeta. La verdad es que puede sentirse satisfecho, porque ¿quién no ha enviado alguna vez un emoji?

Por: Pedro Gargantilla M.D

elmundoalinstante.com

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