En 20 Años, volar será mucho más ecológico

Y no. No será de pie como quisieran algunas aerolíneas


NUEVOS COMBUSTIBLES

Una flota eficiente en el consumo de combustible es hoy por hoy uno de los principales objetivos de las compañías aéreas que están llevando a cabo gracias a la compra de aviones más eficientes como los Boeing 787-8, 787-9 y 787-10 Dreamliner, además del Airbus A 350, y retirando sus gigantescos aviones Jumbo 747 o el famoso A380. Pero una nueva flota no lo es todo; muchas aerolíneas como KLM están apostando por el uso de biocombustibles (una mezcla de aceite de cocina usado procesado y combustible de aviación), convirtiéndose en una de las pioneras del mundo, tanto, que entre sus proyectos más inmediatos se encuentra la construcción de una planta de biocombustibles, la primera de su tipo en los Países Bajos, que se abrirá en 2022.

NUEVOS AVIONES, TAMBIÉN ELÉCTRICOS

Aunque los aviones son mucho más eficientes en consumo de combustible que hace unas décadas, no son pocas las fuentes que hablan de que el diseño futurista de un avión pasa por ser  eléctrico. Una afirmación que si hasta ahora solo cobraba vida sobre el papel, desde el pasado junio ya tiene nombre y apellidos. La nave se llama Alice y transporta a nueve pasajeros hasta 1000 kilómetros a 10,000 pies de altitud con una sola batería cargada. Y a pesar de que aún no está preparada para surcar los cielos, se espera que entre en servicio en 2022. Las ventajas de costes y sostenibilidad de un avión eléctrico son enormes, comenzando por el el precio de combustible fósil de los aviones pequeños, que es de aproximadamente 400 € por cada 160 kilómetros. Se cree que en el caso de Alice, el coste será de tan solo 8€ por la misma distancia, y si la electricidad proviene de energía renovable, tal vez generada por paneles solares en el aeropuerto, el avión podría tener cero emisiones de carbono.

NUEVAS FORMAS DE VOLAR

Y mientras Alice despega, las tendencias continúan por la misma línea. En 20 años, los aviones de corto radio serán de hélices, y no utilizarán una turbina de alto consumo de combustible para propulsarlas, sino una batería eléctrica. Para los viajes de larga distancia, habrá un mayor uso de electricidad a bordo, pero los motores de combustión de combustible a reacción seguirán más o menos igual, aunque la buena noticia es que el combustible que los impulsa provendrá de una fuente renovable de carbono neutral, como las algas de agua de mar.

NUEVA EXPERIENCIA DEL PASAJERO

Si hoy por hoy el pasajero se muestra más que encantado con poder ver una película o su serie favorita en la pantalla del asiento delantero, lo que depara la experiencia de vuelo en el futuro va a resultar extra motivador. La experiencia de entretenimiento a bordo apunta a apuestas tan insólitas como la realidad virtual, lo que permitirá al pasajero estar en una sala de cine o en un estadio de fútbol sin moverse de su asiento en el avión. Adiós pantallas bidimensionales, adiós. Pero antes de embarcar, las tendencias apuntan a que el viajero aéreo del futuro podrá explorar tiendas y realizar compras utilizando aplicaciones de fidelización de aeropuerto habilitadas para teléfonos inteligentes. Y los controles se harán biométricamente. La aplicación de teléfono inteligente de la aerolínea le informa qué número y a qué hora necesita ir a la puerta, algo que hoy por hoy es ya posible con algunas aerolíneas como British Airways.

Un asiento inteligente que reconozca al pasajero que lo ocupa, ventanas aún más grandes (las del Boeing 787 y las del A350 ya son considerablemente más amplias que las de otros modelos  de avión) o una presión de cabina más alta (más aire en los pulmones, más humedad y un ambiente a bordo más cómodo) son otras de las tendencias irremediables. Menos mal.

BIG DATA PARA TODOS

No es el futuro. Actualmente, el análisis avanzado de datos está ya cambiando la forma en que operan las aerolíneas, haciéndolas más eficientes y reduciendo considerablemente los costes. Pero hay más. El estudio del comportamiento predictivo de aviones y pasajeros hará que en un futuro, a pesar de que se vuele más, también se vuele mejor; o lo que es  lo mismo, habrá menos retrasos y cancelaciones. Los análisis de datos avanzados están sirviendo para que las aerolíneas optimicen al máximo sus vuelos, desde el mantenimiento de un motor hasta el ahorro del combustible y también para mejorar la experiencia del pasajero a bordo. En Air France, por ejemplo, ya utilizan el big data para “conocer mejor a nuestro pasajero, para saber si ha tenido una buena o una mala experiencia con nosotros y para poder personalizar nuestra oferta al milímetro, sea un viajero de business o de turista”, confirma Almudena López-Amor, directora de comunicación de  la aerolínea, y continúa: “interpretar esos datos nos ayuda a ir siempre un paso por delante, a ofrecer lo que quieren o necesitan”, finaliza. El futuro es hoy.

National Geographic

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