Seis razones por las que tomamos malas decisiones, y qué hacer al respecto

Todos tomamos algunas malas decisiones todos los días, pero si estamos conscientes podremos tomar mejores decisiones que tengan un impacto positivo en las personas a las que dirigimos y con quienes trabajamos. Ilustración: Harvard Business Review.

Tomar consistentemente buenas decisiones es quizá el hábito más importante que podemos desarrollar, especialmente en el trabajo.

La persona típica toma aproximadamente 2 mil decisiones cada hora en la que está despierta. La mayoría son pequeñas – qué ropa llevar al trabajo en la mañana, si comemos el almuerzo ahora o en 10 minutos. Sin embargo, muchas de ellas requieren un análisis real y tienen serias consecuencias. Tomar consistentemente buenas decisiones es quizá el hábito más importante que podemos desarrollar, especialmente en el trabajo.

Basado en mis experiencias en tres despliegues como oficial del ejército y de la investigación para mi libro, "Lead Yourself First”, he identificado que ciertas mentalidades son dañinas para la buena toma de decisiones. Cuando tenga que tomar una decisión tenga cuidado con:

— FATIGA DE DECISIÓN: Nuestra habilidad de realizar tareas mentales y tomar decisiones se reduce cuando se ejercita repetidamente. Uno de los estudios más famosos sobre este tema mostró que los prisioneros tienen más probabilidades de que se les apruebe su libertad condicional en la mañana que cuando sus casos son analizados en la tarde. Identifique las decisiones más importantes que necesita tomar y, tan a menudo como sea posible, priorice su tiempo de forma que las defina cuando sus niveles de energía estén más elevados.

— UN ESTADO CONSTANTE DE DISTRACCIÓN: Los investigadores estiman que nuestros cerebros procesan cinco veces más información hoy que en 1986. Muchos de nosotros vivimos en un continuo estado de agitación y tenemos dificultades para enfocarnos. Encuentre tiempo todos los días para desconectarse y dar un paso atrás del correo electrónico, las redes sociales y las noticias.

— FALTA DE APORTES: La Kellogg School recientemente descubrió que, en una reunión típica, un promedio de tres personas hace el 70% de la charla. Envíe una agenda de la junta con 24 horas de anticipación, para darle a todos el tiempo de pensar acerca de sus contribuciones, y trabaje para definir una cultura de reuniones que permita que las personas contribuyan sus ideas después de que termina la junta.

— MULTITAREAS: La investigación muestra que el desempeño, incluyendo la efectividad para la toma de decisiones, se reduce hasta en 40% cuando nos enfocamos en dos tareas cognitivas al mismo tiempo. Cuando necesite tomar decisiones importantes, aparte y comprométase con varios bloques de tiempo durante el día, para enfocarse profundamente en la tarea requerida.

— EMOCIONES: Probablemente no necesita ver la investigación para saber que nuestras emociones, especialmente durante momentos de alto enojo y felicidad, pueden afectar nuestra capacidad de tomar buenas decisiones. Resista la tentación de responderle a las personas o tomar decisiones cuando está emocionalmente alterado. Practique el alejarse de la computadora o colgar el teléfono, y regrese a esa tarea cuando sea capaz de pensar con mayor calma y claridad.

— PARÁLISIS POR ANÁLISIS: Actualmente no hay límite a la cantidad de información a la que podemos acceder. Entre más información tenemos que tomar en cuenta, típicamente más tardamos en decidir. Revise la información pertinente que requiere, defina una fecha límite para tomar la decisión y cúmplala.

Inevitablemente, todos tomamos algunas malas decisiones todos los días, pero si estamos conscientes de estos seis enemigos de la buena toma de decisiones y damos pasos para evitarlos, podremos tomar mejores decisiones que tengan un impacto positivo en las personas a las que dirigimos y con quienes trabajamos.

Mike Erwin es CEO del Character and Leadership Center y coautor de “Lead Yourself First: Inspiring Leadership Through Solitude”.

Panamá América

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