Campeona de la Tierra 2019: Costa Rica, premiada por la ONU por su compromiso contra el cambio climático

Según datos aportados por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica, (SINARC), en la actualidad el país tiene bajo protección el 25,4% de su territorio, donde habita alrededor del 6% de la biodiversidad del planeta y más del 50% es cobertura forestal protegida por ley. 

Llegar a estas cifras, que colocan a Costa Rica como un ejemplo en el cuidado de su naturaleza, necesitó que los dueños de las fincas privadas comprendieran el valor que tiene la conservación y que la decisión de ir hacia un turismo sostenible sería la correcta.

Los veintisiete parques nacionales y las ciento treinta y dos áreas protegidas estatales y mixtas han logrado que el turismo sea uno de los principales motores de la economía costarricense. Los ingresos por esta actividad representaron en 2018 entre el 9% y el 10% del producto bruto interno (PBI). Además los tres millones de turistas que reciben cada año dan trabajo en forma directa al 8% de la población. 

El corazón de América cuenta también con cuarenta y cuatro corredores biológicos, ubicados estratégicamente entre áreas protegidas o parques nacionales, que permiten la conectividad entre los ecosistemas. En el corredor biológico entre el Parque Nacional Volcán Tenorio y el Parque Nacional Volcán Miravalles se encuentra la reserva natural privada “Tapir Valley”, que cuenta con más de cien hectáreas, donde el jaguar, el puma y la danta, (el tapir mesoamericano), especie en peligro de extinción debido a la deforestación y a la cacería indiscriminada, recorren el bosque durante la noche, solo percibidos por el registro de las cámaras trampas.

Varias de las áreas destinadas al turismo sostenible en el país son carbono neutro, es decir que logran equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero con la captación o secuestro de carbono gracias a la tupida vegetación del bosque, que libera oxígeno a la atmósfera. Un ejemplo es Sensoria, tierra de sentidos, en el centro norte del país, en la provincia de Guanacaste.

Se trata de un área privada de cien hectáreas, con senderos entre árboles de más de cuarenta metros de altura cuyas edades superan los doscientos años. En ese bosque tropical lluvioso la luz solo permea en un dos o tres por ciento. Pero en algún momento del recorrido, antes de llegar a la cascada azul, los senderistas se pueden topar con lo que los ticos llaman “milagros del bosque”. Son claros en el bosque que aumentan las hojas verdes y la fotosíntesis.

Hace muy pocos días, la cintura delgada de América, como la definió el poeta chileno Pablo Neruda, recibió en la ciudad de Nueva York el premio “Campeones de la Tierra”, la máxima distinción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su compromiso contra el cambio climático.

Costa Rica es un aliado perfecto en la lucha contra el cambio climático. Es un laboratorio de biodiversidad a cielo abierto con sus ochocientas especies de aves como el guacamayo rojo y el verde, el tucán y la mariposa azul, entre otros; y más de cien anfibios y ranas entre ellas rana de ojos rojos, el emblema de Costa Rica. Es un imán que atrae a los turistas de todo el mundo. Es el lugar para experimentar el “pura vida”, aunque sea una única vez en la vida.

infobae.com

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *