Argentina: La revolución de los cielos da sus primeros resultados

Esteban ahora debe lustrar menos zapatos y gastar menos horas para visitar a su familia en Buenos Aires. Trabaja como lustrabotas en el centro de Salta y cuenta que antes pagaba $3200 para viajar 22 horas, mientras que hoy gasta $2300 en un vuelo de dos horas. Este joven es solo una de las 439.007 personas que volaron por primera vez a partir de la “revolución de los aviones”, un modelo aerocomercial que comienza a configurarse en la Argentina y que incluye nuevos jugadores, variedad de ofertas, tarifas segmentadas y nuevos destinos turísticos. 

El nuevo mapa aerocomercial del país sumó, a partir de 2015, a Norwegian, JetSmart, Flybondi, Flyest y Avianca, que se agregan a Aerolíneas Argentinas, Latam, Andes y Sol. Actualmente surcan los cielos argentinos 118 aviones: 82 de Aerolíneas Argentinas, 16 de Latam, 5 de Andes, 5 de Flybondi, 3 de Norwegian, 3 de JetSmart, 2 de Avianca y 2 de Flyest. Entre otras cosas, esto permitió pasar de 90 conexiones de cabotaje a 138 y de 92 internacionales a 150.

En el Ministerio de Transporte eligen dar cifras a la hora de explicar este fenómeno: “2018 fue un año récord para el sector, ya que volaron 29,1 millones de personas, en vuelos de cabotaje e internacionales; es la cifra más alta de la historia. Otro dato llamativo es que ese año 439.007 personas volaron por primera vez”, detalla Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de la Nación.

Según consignan en esa cartera, de los registros de las aerolíneas surge que 215.000 pasajeros de Aerolíneas Argentinas volaron por primera vez, otras 130.000 hicieron lo propio en Flybondi, 90.666 en Latam y 3341 en Norwegian (que inició sus operaciones en el último trimestre del año). En algunos casos, los primerizos representan un porcentaje significativo sobre el total de pasajeros, como es el caso de Flybondi, en el que representan el 15%. 

Según el informe de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el crecimiento de la cantidad de pasajeros de cabotaje entre abril de 2018 y abril de este año fue de 16%. Y de 61% si se toma el período 2015-2019. Si bien el número de pasajeros de vuelos internacionales cayó 15% en la medición interanual, se mantiene una suba de 29% en comparación con 2015.

En cuanto al reparto del mercado doméstico, las estadísticas de la ANAC muestran que Aerolíneas Argentinas tiene una participación de 67%; Latam, de 12%; Flybondi, 9%; Norwegian, 8%; Andes, 3%, y JetSmart, 1%. En la plaza internacional, Latam y Aerolíneas Argentinas tienen 25% y 23%, respectivamente, y luego el mercado está muy atomizado: se destacan Gol, con 8%, y American Airlines, con 6%. El agrupado “otros” capta el 25%.

Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart, confirma que el mercado argentino pasa por una etapa de transformación muy positiva. “El hecho de haber podido participar en las audiencias públicas y de tener derechos de tráfico ya asignado por más de 450 rutas es muy bueno. Además, la regulación permite al operador tener mayor libertad de precios, dado que el piso de tarifas se liberó en agosto pasado”, subraya el ejecutivo.

El análisis que hacen las aerolíneas es que el país tiene mucho potencial en los cielos. La Argentina tiene hoy el menor ratio de viajes per cápita en la región: es de 0,3, mientras que en Colombia es de 0,55, y en Chile, de 1,11, por poner solo dos casos. En tanto, en los Estados Unidos, hay más de 3 vuelos per cápita. “Esto me da la pauta de que este es un mercado que tiene mucho para crecer. La clave es agrandar la torta y no quitarle porción a nadie”, dice Ortiz.

La gran duda que originó el nuevo esquema es si hay mercado para todos. En Norwegian Argentina dicen creer que sí. “Hay margen para más jugadores; la cantidad exacta se sabrá cuando se desarrolle la competencia. Por experiencia, Norwegian sabe que la llegada de nuevas aerolíneas tiende a dinamizar el mercado e incluso a estimular el crecimiento de las compañías que estaban establecidas”, opinan en esa empresa. En Aerolíneas Argentinas, una de las firmas “ya establecidas”, confirman esa visión.

“En abril registramos un crecimiento de 6% en la cantidad de pasajeros en relación con igual mes de 2018. Otro indicador que mejoró es el índice de ocupación de los vuelos, que se ubicó en un 80,2%, 3 puntos por encima del mismo período de 2018. Y, sobre todo, la compañía recuperó market share, subiendo 7 puntos de cuota de mercado desde enero de este año, alcanzando así un 67%”, comenta Máximo Amadeo, director comercial de Aerolíneas Argentinas.

También en Latam, otra de las que funcionan desde antes de 2015, exhiben buenos resultados. “Luego de 14 años de presencia en el país, somos la aerolínea con mayor factor de ocupación en la industria, con un promedio de 85% en vuelos domésticos e internacionales. Además, renovamos el interior de nuestros 13 aviones Airbus 320 con una inversión de 2,8 millones de dólares”, afirman en la compañía.

La actividad turística también empezó a recibir los beneficios del nuevo esquema. Gustavo Santos, secretario de Turismo de la Nación, comenta que uno de los cambios fundamentales que la revolución de los aviones hizo posible es sumar puertas de ingreso al país. “El último año, doce provincias recibieron vuelos internacionales directos. La llegada de turistas extranjeros a través de los aeropuertos del interior representó el 11% del total, con más de 300.000 visitantes”, señala el funcionario.

Además, Santos explica que, a nivel local, hoy el turismo funciona con una lógica de varias escapadas al año. Y la conectividad es fundamental para acortar distancias y precios. “Ahora, con más opciones de líneas aéreas y rutas, los turistas pueden visitar los diferentes destinos en menor tiempo y a un mejor precio”, agrega el funcionario. 

Claro que no todo es color de rosa. Según afirman algunas fuentes de la industria, si bien se generó un crecimiento de la torta, también se provocaron distorsiones muy grandes, porque se mezclaron dos cosas: el ingreso de un nuevo concepto de tarifas y el viejo vicio de entrar a un mercado ganando participación a partir de precios terriblemente bajos, al borde del dumping.

Fuente: aviacionaldia.com

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