La fiesta del caballo, una tradición equina en Calas, Francia

El caballo y el hombre han estado unidos desde hace varios años. Elcaballo como fiel compañero, que, a pesar de su resistencia por serdominado, complementa al hombre para convertirse juntos en unosolo. En la mitología griega, por ejemplo, el caballo de Troya fue el aliado delos troyanos que representó el fin de la contienda entre ellos y losgriegos.

En los juegos de naipes y en el ajedrez son las piezas quesimbolizan a los guerreros. En la edad media, los caballeros lo utilizabancomo arma de guerra; en la literatura, Don Quijote viajó y aventuró días ynoches con su caballo Rocinante; y en Calas, un pequeño puebloubicado en el sur de Francia, desde hace 56 años, conmemoran supresencia y la de sus caballeros. Esta tradición se lleva a cabo un díadespués de Pascuas y el lunes pasado se celebró la edición número 72.

Las campanas de la Capilla Notre Dame de la Salette suenan mientras elPadre sube la colina Trebillane junto a algunos de los feligreses. En loalto, cientos de personas lo observan. La mesa de la eucaristía ya estálista, los fotógrafos se acomodan. Un cordón de seguridad bordea unestrecho camino dispuesto para el paso de los caballos y la logísticaadvierte al público no atravesarlo, porque estos animales son obstinadosy pueden agredir al público con una patada imprevista.

Seguido a ellos, el grupo de folklore provenzal desfila con prendastradicionales y música de la región. Las mujeres llevan faldas largas dediferentes colores y gorros blancos de tela que cubren sus cabellos. Loshombres visten traje, una pañoleta alrededor del cuello y sombrero decopa. Los primeros en subir llevan tambores que cuelgan con una cuerdaen uno de sus brazos y en la mano llevan una flauta: con el tambormarcan la marcha y con la flauta hacen la melodía.

El Padre, que ya está ubicado detrás de la mesa, recita una oración, peropocos la responden, el interés de los espectadores se concentra en lallegada de los majestuosos animales. El público se impacienta ysobrepasan la cuerda de seguridad para estar más cerca de su paso y entonces el primer grupo de seis caballos con sus jinetes comienzan acabalgar; son blancos e imponentes, sus caballeros son una familiaconformada por un hombre, una mujer y cuatro adolescentes vestidos devaqueros. Con una rama de olivo en las manos, se acercan al padre y él,luego de una oración, los bendice y los rocía con agua bendita. Loscaballeros agradecen y se retiran para darles paso a los próximosparticipantes.

El desfile continúa, la gente aplaude con fervor y admira la belleza de losequinos. Mientras estos se pasean, aprovechan para comer hierba,relinchan, o se niegan a seguir el camino indicado. Imponen su grandezaante el público, se acercan a ellos abruptamente, y los espectadoresatemorizados se alejan para evitar ser golpeados; pero esta grandeza yrebeldía, se reduce cuando el jinete, con serenidad y firmeza, lossosiegan.

Según Remy Paronetto, habitante de Calas, el comienzo de estatradición data del 22 de abril de 1958, cuando D’onorio, Dieuloufet seencontraban en la hacienda de Dromenq en Calas. Eran las nueve de lamañana y los tres amigos decidieron acompañar la amena conversacióncon un par de tragos. Cuando, en medio de una discusión, y pasados decopas, Dieuloufet decidió hacer una apuesta “si es así, hablaré con elcura y haré que bautice mi burro”, sentenció, los otros dos, burlándose,aceptaron; y fue así que los tres camaradas se dirigieron hacia la iglesiay conversaron con Joe, el padre de Calas.

La idea de bautizar el burro lo perturbó, sin embargo, bendecir a loscaballos y a los burros que en ese entonces representaban una granayuda en los trabajos diarios de los campesinos lo cautivó. Fue así comoinvitó a los habitantes de Calas a llevar a sus animales al día siguiente aljardín de la iglesia, para darles la bendición divina.

Sin embargo, otras versiones giran en torno a esta historia. OlivierDonikian, Presidente del comité de la Fiesta de Caballos, cuenta que lostres amigos tenían a cargo los hijos de uno de ellos y en ese mismoambiente de alcohol y charla, se vieron incomodados por los niños queno los dejaban beber plácidamente sus tragos; entonces uno de los treshombres les dijo “cojan los caballos y vayan a buscar al padre Joe paraque bendigan a los animales”, los niños contentos, aceptaron y se losllevaron para la iglesia. El padre, que en ese momento salía de la misa,le gustó la idea, cogió los animales, se los llevó al jardín de la iglesia ylos bendijo.

Pero para Richard Bonney, actual cura de Calas y quien lleva a caboeste ritual desde hace nueve años, fue el padre Joe quien decidióiniciarlo. El domingo de Pascuas cuando ya había bendecido a loshabitantes notó que varios de ellos estaban junto a sus animales detrabajo, entonces quiso proponerles a los dueños de traerlos al díasiguiente para que ellos también hicieran parte de esta tradición.

El origen de esta ceremonia es una leyenda que comenzó con unadocena de caballos de Calas y que hoy recibe cerca de 250 que vienende distintos pueblos de la región. Los más lejanos vienen de Brignon quejunto con sus jinetes realizan una cabalgata de tres días. Además,muchos de los participantes empiezan a llegar desde el sábado y seinstalan en una de las zonas verdes dispuesta para el evento, dondeacampan y preparan a sus caballos.

Nathalie, junto a su familia, vienen por primera vez como participantes deeste ritual, llegaron de Marignane con tres caballos, dos ponys y unacabra. “Para nosotros es importante este día, primero por lo querepresenta simbólicamente, para recibir la bendición del Señor y paraque nos vaya bien en nuestros trabajos y segundo para darnos a conocercon el público, ya que acabamos de abrir nuestro club de equitación;Además es la ocasión para reunirnos con los otros clubs.

”Por otro lado, la fiesta de caballos no solo cuenta con la bendición deestos animales. El sábado y el domingo de Pascuas se organizandiferentes actividades para niños y para adultos como concursos derodeo mecánico, espectáculos con los equinos, juegos taurinos y un granpicnic. Esta última es una tradición que acoge entre 700 y mil personas yque Donikian volvió a implementar en su nueva administración “cuandonosotros llegamos, nos dimos cuenta de que nuestros predecesoreshabían americanizado la Fiesta de Caballos y nosotros queríamos seguircon las mismas actividades con las que había comenzado el padre Joecómo el picnic y las danzas folclóricas de la región”, comentó.

Fuente: elmundoalinstante.com

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