¿Conoce por qué los ríos forman curvas en lugar de seguir una línea recta?

Si hay algo que tienen en común los ríos más grandes del mundo son sus curvas. Desde el Amazonas al Nilo, todos tienen formas curiosas que pueden reconocerse a miles de kilómetros de altura.


Pero alguna vez nos hemos preguntado ¿cómo los ríos forman estas curvas? Les aseguramos que muchos no nacen en zigzag.

De hecho, un estudio reciente ha revelado que estas curvas y giros llegan con el tiempo, cuando el río ya ha aumentado su caudal. Esto con la finalidad de gestionar el agua que se abre camino a través de las montañas.

Así que su geometría es en realidad un mecanismo de supervivencia y control.

La forma de cada curva depende del agua

Primero debemos aclarar algo importante: el agua nunca va en línea recta. Por lo general, sigue el camino con menos resistencia. Y cada vez que se encuentra con un obstáculo, la gota de agua se bifurca para mantener su movimiento.

Pues bien, los ríos funcionan de manera similar. Después de todo, son grandes canales por los que pasan millones de gotas de agua. Pero no todos tienen la misma geometría, pues eso depende de dos factores clave: el caudal y los sedimentos.

Cuando hablamos del caudal, nos referimos a la cantidad de agua dentro del río. Algo que puede variar a diario por culpa de las precipitaciones o el aumento de la temperatura. Y cuando hablamos de sedimentos, incluimos todo aquello que choca o arrastra el agua. Ya sean rocas, árboles o montañas.

Ambos son factores importantes pues marcan hacia dónde puede desplazarse el río.

Pensémoslo así, si tenemos que bajar una montaña, lo mejor sería ir en zigzag en lugar de ir en línea recta. No solo porque encontramos un par de rocas en el camino, sino porque también nos ayuda a ahorrar energía.

A medida que fluye un río, arrastra sedimentos, erosionando algunas orillas y reforzando otras. Con lo cual el agua tiene que cambiar de trayectoria para poder seguir avanzando por el canal.

Cuando esto pasa, lo que se crea es un “meandro”. Es decir, una curva pronunciada que permite que el agua avance sin perder su energía o resistencia. Y lo más importante, sin que se desborde.

Entonces, podríamos decir que los ríos forman curvas con el tiempo, para adaptarse a los obstáculos que le rodean.

Pero el hombre también puede forzar curvas en los ríos

Tras analizar los registros hidrológicos de los Pirineos españoles, los investigadores del proyecto SEDILAND se dieron cuenta de que hay otros factores que pueden curvar a un río. Como, por ejemplo, el uso de la tierra para procesos industriales o la limpieza de los suelos.

En este sentido, el ser humano también puede hacer que los ríos formen curvas, giros o hasta líneas rectas.

De hecho, los únicos ríos con una geometría uniforme y regular son los hechos por el hombre. Es decir, los que han sido canalizados para evitar inundaciones o para ganar tierras agrícolas.

Pero es importante tener en cuenta que, al forzar la forma de un río, estamos dificultando su resistencia al cambio climático según el SEDILAND.

Las lluvias estacionales pueden erosionar las orillas de los ríos. También pueden traer nuevos sedimentos que sequen las cuencas o cambien el sistema fluvial.

Así que lo mejor es que dejemos los ríos tal y como están, y que sea la naturaleza la que forme esas curvas serpenteantes.

elmundoalinstante.com

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