Así cambiarán los cruceros cuando vuelvan a navegar

Los cruceros piensan en el día después que se levanten las restricciones, pero reconocen que la pandemia marcará importantes cambios para el futuro.


Las navieras esperan con ansiedad el día en que los cruceros vuelvan a encender sus motores y navegar por los mares del mundo. Pero saben que esos primeros viajes serán diferentes a los realizados hasta marzo, y quizás el coronavirus habrá cambiado muchas reglas para siempre.

Todavía no hay una fecha certera para que el sector recupere la normalidad. En un principio se pensaba que sería uno o dos meses, pero por ahora las grandes compañías han puesto a junio como el mes del reinicio de las operaciones, aunque la palabra final la tienen los gobiernos de cada país.

Viajes más cortos

Una de las consecuencias inmediatas es que los viajes serán más cortos. Eso se debe a que la reapertura de los puertos no será igual en todos los países. Es posible que haya una coincidencia de fechas en los de Europa, pero mientras que el Mediterráneo los barcos vuelven a navegar en otros sitios como el Caribe es posible que sigan cerrados.

Otro punto es que no depende solo si un puerto está abierto, sino también si las conexiones aéreas están activas.

Un ejemplo se puede ver en Asia. Si hay un lugar donde volverían los cruceros sería en China, indicó el consejero delegado del grupo Carnival, Arnold Donald, en una conferencia de prensa virtual.

Según The Points Guy, compañías como Norwegian Cruise Line anunció que uno de sus barcos, el Norwegian Sun, estará basado en Puerto Cañaveral (Florida) para realizar viajes breves de tres a cinco días en vez del crucero de 12 días por la costa de Canadá y Alaska que estaba programado originalmente.

Control de pasajeros

En la orden que el centro para control y prevención de enfermedades (CDC) emitió cuando prohibió la actividad de los cruceros en EEUU precisaba que las compañías debían implementar nuevas medidas de seguridad para evitar contagios.

Se descuenta que se reforzarán los procesos de limpieza y desinfección, y que habrá dispensadores de gel alcohólico en la entrada de los restaurantes y bares, así como de las atracciones y otros espacios comunes.

Las navieras exigirán que los viajeros de más de 70 años presenten certificados médicos de que no hayan padecido Covid-19 y que están en buen estado de salud para realizar un viaje en el mar o el río.

El comprobante de que no se padeció el coronavirus también responderá a la exigencia de muchos puertos antes de permitir el desembarco.

Varias navieras anunciaron que realizarán controles de temperatura periódicos a los pasajeros y a su personal. Seguramente se implementará un escaneo rápido como anunció Emirates con sus pasajeros, que emite los resultados en 10 minutos.

Pero una cosa es realizarlo a los 300 o 500 pasajeros de un avión y otra a los 5.000 viajeros de un mega-crucero.

Barcos más pequeños

Si un crucero no puede llenar sus plazas es mejor que sea reemplazado por otro más pequeño. Ya algunas de las grandes navieras como Carnival anticipan que la nueva situación llevará a dejar en tierra a los barcos más grandes y mantener operativos a los de menor capacidad.

Con una menor demanda las compañías ralentizarán los planes de construcción de nuevos cruceros, pero tampoco usarán a los barcos más viejos y que son más contaminantes.

Así la industria podría replantear su estrategia y en vez de diseñar mega-cruceros de más de 5.000 pasajeros elija a embarcaciones de menos de 1.000 plazas.

¿El fin del buffet?

En un análisis de The Point Guy se precisa que las compañías analizan cambiar algunas costumbres a bordo. Un ejemplo es el buffet: en vez de que los pasajeros estén haciendo fila y tocando elementos de menaje para servirse, será más seguro disponer de tripulantes que sirvan platos y bebidas.

Otra alternativa es eliminarlo en el corto plazo, y optar por el clásico menú a la carta, como están haciendo varios hoteles. El problema es que esto incrementará el costo operativo de poner en marcha un crucero porque se necesitarán más tripulantes.

Pasajes más baratos

La industria de los cruceros tiene que apostar fuerte en los primeros meses. El factor psicológico es muy importante, y tienen que convencer a los pasajeros que la navegación es segura.

Pero no bastarán con las palabras y la exhibición de las conductas sanitarias y de seguridad. También tendrán que seducirlos con tarifas más baratas: según el analista de la consultora Instinet, Harry Curtis, los pasajes en los cruceros podrán descender de un 25% a un 30% en los primeros meses de la reapertura.

También tendrán que flexibilizar las políticas de cancelaciones, y ofrecer servicios que antes eran de pago (y una importante fuente de ingresos) como el wifi.

Mantener las distancias

Una de las dificultades en los cruceros será mantener la distancia social. Para ello, algunas navieras como Dream Cruises o Star Cruises anticiparon que los restaurantes y los teatros no estarán al 100% de su capacidad, sino que se verán muchos asientos vacíos para cumplir con esa regla.

En este sentido, es posible que en un futuro cercano los cruceros no viajen con todas sus plazas vendidas, que era el motor que hacía funcionar al negocio. Por una parte, el sector se recuperará lentamente y llevará varios meses, o un par de años, en volver a los niveles de ocupación pre-pandemia.

Pero las navieras tienen que poner sus barcos a navegar en cuanto puedan, más allá de la cantidad de pasajes vendidos. Esta acción es estratégica para demostrar al público que es un sector sólido y preparado para el futuro.

cerodosbe.com

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