Trucos para parecer más grandes, habitaciones secretas, dragones ocultos…La fantasía de Disney suma un nuevo capítulo con las revelaciones de sus castillos.
Las imponentes siluetas de los castillos de Disney reinan en sus parques de atracciones. Sus cúpulas en punta, las almenas y los puentes levadizos representa la fantasía de sus personajes más famosos con un toque de inspiración medieval y renacentista. Pero cada castillo tiene sus secretos, y entre todos conforman un mundo de detalles desconocidos para el público.
Solo un par de modelos
La idea de Walt Disney era que las visitas al parque se sientan como miembros de la realeza, por lo menos durante un día; por lo que se inspiró en el palacio europeo de Luis II de Bavaria, el Neuschwainsten para construir su primer castillo, el de la Bella Durmiente en el Disneyland de California.
Este modelo luego se replicó en el de Disneyland Paris y en el de parque de Hong Kong.
Su hermano Roy Disney, al tomar las riendas del grupo, impulsó un nuevo diseño para el castillo de la Cenicienta, que es el más visitado de todos los palacios del emporio en el mundo. Y este fue el prototipo para el castillo de Tokio.
El tercer modelo es el edificio del parque de Shanghái, que no está dedicado a un personaje en particular sino a diversas figuras del universo de Disney.
Inspiración en cuentos de hadas
Si bien el castillo de Disney en París recuerda al citado palacio de Baviera, los arquitectos del grupo de ocio buscaron que haya varias diferencias para no quedar demasiado vinculado a la residencia de Luis II. Es que parecería redundante que un castillo de París sea inspirado en edificios reales de Europa.
Por ello realizaron importantes cambios que reflejen varios detalles de castillos de cuentos de hadas y fábulas del continente. Esta es la razón, por ejemplo, de que los árboles tengan sus copas cuadradas, algo que no existe en la vida real.
Más y más grandes
Es interesante ver la evolución del tamaño de los diferentes castillos. El más pequeño es el primero, el de la Bella Durmiente en Disneyland, con 23,4 metros de alto. Pero los siguientes le duplican en dimensiones:
El de París tiene nueve pisos más y llega a los 51 metros, apenas unos centímetros más bajo que el de Cenicienta del parque de Tokio.
Pero el de este personaje en Magic Kingdom fue durante mucho tiempo el más imponente, como 57,6 metros de alto…hasta que fue desplazado por el castillo de Shanghái, que llegó a los 60 metros.
Cuestión de perspectiva
A pesar de su tamaño los castillos de Disney parecen aún más grandes. Y lo logran gracias a una ilusión óptica.
Según explicó el director de arte de Walt Disney Imaginnering su equipo usó la técnica de la perspectiva atmosférica, que desde la distancia da la sensación de que las dimensiones son mayores.
Para ello, usan tonos cálidos como el rosa en las torres inferiores, y conforme van creciendo en altura se pasa a colores como el azul, para que se terminen confundiendo con el cielo, detalló en el blog de la compañía.
Se puede dormir en un castillo
Sí, es posible pasar una noche rodeado de glamour real pero es muy difícil de conseguirlo. En el castillo de la Cenicienta de Orlando se encuentra la Suite de los Sueños, que fue creada para alojar a Walt Disney y su familia.
Sin embargo el creador de Mickey falleció antes de que el parque pueda inaugurado y no pudo disfrutarla.
Uno no puede reservarla como si fuera un hotel, sino que hay que ser el ganador de alguno de los concursos que cada tanto el grupo Disney lanza públicamente.
Nunca a contraluz
Los castillos de Disney, sean en el lugar donde estén emplazados, tienen su fachada mirando hacia el sur.
Esta disposición no es por capricho ni es una tradición oculta: de esta manera se evita el contraluz del edificio y sus agujas, y por eso las fotografías tanto del castillo como de las personas que posan para las selfies siempre sale bien. O al menos con buena luz.
Un artesano para las vidrieras
La precisión por imitar los detalles de la vida real llevó al grupo Disney a contratar a un maestro en vidrieras policromadas (también conocidas como vitrales) para realizar el mosaico de colores de la Bella Durmiente en París.
El trabajo del artesano Peter Chapman tomó meses de una cuidadosa elaboración, y por sus imágenes se puede conocer la historia de este personaje, llevada al cine en 1959.
Chapman sabía lo que hacía: ya había restaurado famosos vitrales como los de la catedral de Notre-Dame en la capital francesa y el de la abadía de Westminster, en Londres.
Escudos de armas para los jefes
Si uno va a comer al restaurante Royal Table, en el castillo de Cenicienta, verá que alrededor de las columnas cuelgan banderas con escudos de armas de 40 casas reales.
Pero no son verdaderos: se trata de alegorías creadas en base a los apellidos de diversos ejecutivos del grupo Disney, entre ellos el del hermano de Walt, Roy Disney Sr.
Un castillo dentro de otro
El castillo de Cenicienta en el parque Disneyland de Tokio es tan grande que en su interior tiene otro palacio.
Se trata de la residencia de la Bestia, ese ser humano que se enamora de Bella y que vive en soledad por su apariencia de animal.
El de Cenicienta fue el primer castillo de este parque japonés, que absorbió al de la Bella y la Bestia en una ampliación reciente.
El dragón oculto
La mayor atracción mecánica de Disneyland Paris no se ve. Está oculta debajo de la estructura del castillo de la Bella Durmiente, y se trata de un dragón de 24 metros de largo y 2.500 kilos.
La bestia pertenece a la atracción La guarida del Dragón y su imagen no tiene mucho que ver con los saurios del mundo de Disney, sino que está inspirado en las historias medievales europeas.
