La importancia de seguir invirtiendo en el turismo post-pandemia

Para los inversores en viajes y transporte, los últimos 18 meses han sido inciertos, volátiles y, sin embargo, singularmente prometedores.


Mientras que las repercusiones sociales y económicas a corto plazo de la COVID causaron estragos en el sector -era difícil encontrar una empresa relacionada con los viajes hace un año que no estuviera tambaleándose financieramente y dudando de su futuro, desde los mayores proveedores hasta las empresas de nueva creación-, ese efecto casi de latigazo ha dejado ahora a las empresas luchando por contratar personal, restaurar o rehacer sus modelos de negocio y ofrecer un servicio adecuado para satisfacer la creciente demanda.

Aunque la variante Delta, el impacto del aumento de los costes y la aguda escasez de capital humano siguen inyectando incertidumbre, la tendencia al aumento de la demanda es ahora clara y los actores están invirtiendo para el futuro y evaluando el impacto a largo plazo de un nuevo conjunto de restricciones operativas.

Lecciones globales de la pandemia

Una de las principales lecciones es que los viajes son mucho más resistentes y dinámicos de lo que incluso los expertos más optimistas del sector preveían antes de la pandemia.

Siempre hemos creído que el gasto en viajes es una poderosa tendencia secular global que continuará hasta bien entrado el siglo XXI y más allá. A la gente le encanta viajar, está arraigado en su visión de sí mismos y del mundo, y es una experiencia que no sacrificarán a menos que sea absolutamente necesario.

Como señala un reciente informe de McKinsey, “después de salir a cenar, viajar es la actividad más deseada por los consumidores con renta disponible, un hecho confirmado por el fuerte retorno de los viajes de ocio este verano en los países en los que se permitió a los consumidores moverse libremente”.

Pero “viajes” es una categoría enorme, que incluye ocio y empresa, grupos y transeúntes, hoteles, vuelos, alquiler de coches y cruceros. Como era de esperar, la recuperación hasta ahora ha sido desigual en todos los sectores, y es probable que continúe.

El camino para entender el futuro consiste en seguir y anticipar la dirección del gasto de los consumidores y, al mismo tiempo, centrarse en las áreas de inversión que la COVID ha expuesto como áreas de rápido crecimiento dentro del sector.

Si observamos el ecosistema empresarial que sigue creciendo en torno a los alojamientos alternativos, la cadena de valor parece más sólida que nunca.

Como han señalado los estudios, la pandemia impulsó el deseo de los consumidores de volver a vivir experiencias al aire libre, lo que incluye un récord de visitas a los parques nacionales, plataformas de alquiler de cabañas y viajes en vehículos recreativos.

Por último, está el intratable ecosistema de la tecnología hotelera, en el que grandes disrupciones, como la COVID, han servido de catalizador hacia un ritmo acelerado de innovación en toda la cadena de valor.

Los cambios en los patrones de comportamiento de los consumidores, que se evidenciaron mucho antes de la COVID, han empujado a las empresas hoteleras hacia modelos más flexibles de prestación de servicios, con empresas como Optii Solutions que proporcionan plataformas para lograr una mayor eficiencia y ahorro de costes sin los gastos generales de un aumento de personal.

Caribbean News Digital

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