Entre Cielo y Tierra: “Multipropiedad y Clubes Sociales Recreacionales, una Combinación interesante”

Hay temas que ante la situación política, económica y social que actualmente sufre Venezuela, se convierten en surrealistas, pero este en particular pudiera ser de gran ayuda en un futuro cercano cuando el turismo y la recreación pasen a jugar un importante papel en el desarrollo de nuestro país.


Hasta la década de los 70´s los clubes sociales existían como organizaciones en las que sólo podían participar ciertas élites sociales, culturales o económicas y esto tenía su razón de ser en el hecho de que sus promotores buscaban personas de cierto perfil económico y social que permitiera la sostenibilidad de los establecimientos creados y el mantenimiento de un homogéneo nivel cultural dentro de los mismos. La admisión tenía que ser avalada por otros socios, y aprobada por la junta directiva y si había objeción de algunos se retrasaba o se negaba la admisión del aspirante. El número de acciones en los clubes tradicionales era bastante limitado y para poder adquirir una acción había que esperar que algún socio o sus herederos vendieran la suya, o que el propio club subastara las acciones que retomaba o ejecutaba el club por falta de pago de sus propietarios. La mayoría de estos clubes sociales se han mantenido a pesar de la situación, y en general mantienen su calidad original, entre ellos el Caracas Country Club, Los Cortijos, Táchira, Puerto Azul, Playa Azul, Club Náutico de Maracaibo, y Country Club de Puerto La Cruz.

Para fines de los 70´s y comienzos de los 80´s surgieron un importante grupo de clubes recreacionales, que permitieron, con menos restricciones, que se incorporaran muchas familias como accionistas, todos ellos con unas instalaciones muy completas y muy bien diseñadas. Estos clubes también se caracterizaron por desarrollar unas muy completas instalaciones 2 deportivas, algunos con inmensas piscinas con toboganes de agua, otros con caballerizas, zonas de camping, y en algunos casos, con ciertas facilidades de alojamiento el disfrute de los socios los fines de semana, puentes y períodos vacacionales. Los temas de mantenimiento de las estructuras físicas vs el valor ajustable de las cuotas ordinarias y extraordinarias que deben aportar los socios, sumado los problemas de inflación y devaluación que han afectado severamente al país, causaron que la calidad de algunos de ellos se viniera al suelo, sobre todo, porque cada día era (y es todavía) más difícil para los socios abonar sus cuotas sociales, mientras que el costo operacional se eleva continuamente.

Por otra parte, también en los años 80´s surgieron los establecimientos de multipropiedad y tiempo compartido, de gran desarrollo en zonas turísticas, y conocidos comúnmente como resorts. Estos conjuntos vacacionales apoyados por varias organizaciones internacionales de intercambio vacacional se convirtieron en una inversión recreacional muy popular ya que sus multipropietarios o tenedores de derechos de uso podían ceder este a cambio de la estadía, por un período igual, en otro resort en Venezuela o en el extranjero, de la misma calidad que el cedido. En 1995 este sector recibió un gran apoyo adicional: la moderna ley que regula y fomenta la multipropiedad y el sistema de tiempo compartido.

Los establecimientos de multipropiedad y tiempo compartido se han venido afectando también por la difícil situación que vive el país, pero ya muchos de ellos venían arrastrando problemas derivados del bajo mantenimiento de la calidad de sus instalaciones y servicios, lo cual los descalificaba para continuar en el sistema de intercambio vacacional generando conflicto con sus multipropietarios y/o tenedores de derechos de uso.

Desde el punto de vista financiero, las inversiones en estos resorts han sido siempre muy interesantes, ya que la venta en multipropiedad y/o tiempo compartido de las habitaciones que conforman los establecimientos de alojamiento, permiten una rápida recuperación del capital invertido y del pago de los préstamos necesarios para su edificación. También la administración de multipropiedad y del tiempo compartido, así como la operación hotelera representan ingresos interesantes para los inversionistas.

Pensando en el futuro de la actividad turística en Venezuela, el desarrollo de clubes sociales combinados con la figura de multipropiedad puede generar importantes inversiones criollas y extranjeras. Ambas actividades demostraron gran éxito en el pasado y si las mismas se combinan pueden conducir a la creación de interesantes complejos recreativos que pueden ser utilizados para la recreación y el turismo interno e internacional, donde el mercado se amplía porque hay socios, multipropietarios, tenedores de derechos de uso y huéspedes hoteleros. Las iniciativas de impulsar la creación de clubes con el agregado de la multipropiedad, constituiría un gran relanzamiento de estas actividades. Espacios geográficos de alto valor turístico sobran en Venezuela, lo necesario es que exista un ordenamiento territorial y municipal que establezca con claridad las reglas de juego en la construcción de estos.

Willian J. Bracho
Abogado, MSc. Gestión del Turismo Sostenible.
wjbracho@yahoo.com; willianbracho@estrategaconsulting.net.
Instagram: @Estratega_Consultores_wb

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