Preguntas y respuestas para volver a los viajes en coche

Nota mental a grabarse a fuego: el objetivo es llegar y llegar bien.


Queda bien, eh. En tu cabeza, la idea de la carretera por delante y tú al volante queda de lujo, muy de filtro Valencia. Sin embargo, tienes un nervio raro, más de miedo que de emoción ante tu primer viaje en coche tras el fin del estado de alarma. Normal, han sido seis meses casi sin conducir y, menos, en un trayecto tan largo. Ponerse a los mandos de nuevo, impone.

Los fines de semana de primavera suelen registrar “un incremento de tráfico en los principales itinerarios, carreteras nacionales, autopistas y autovías hacia las zonas del litoral y costa, segundas residencias así como a zonas de ocio y esparcimiento cercanas a núcleos urbanos”, explican en la web de la Dirección General de Tráfico (DGT).

El mayor número de desplazamientos suele registrarse los viernes en sentido salida de los grandes núcleos urbanos entre las 17.00 y las 22.00 horas; los sábados, también en dirección salida, de las 10.00 a las 13.00 horas; y los domingos, en las entradas a los grandes núcleos urbanos desde las 19.00 y hasta las 22.00 horas.

Desde BlaBlaCar, app creada para conectar a conductores que tengan plazas disponibles en sus vehículos con pasajeros que buscan un viaje, confirman que las reservas de esta semana han alcanzado el 70% de las que tuvieron por estas mismas fechas en 2019. “Este fin de semana hay más de 20.000 viajes publicados, alcanzando niveles del verano de 2020. Los viajes más solicitados son desde el interior hacia la costa, sobre todo hacia el Mediterráneo”, confirman a Traveler.es.

SEIS MESES SIN HACER UN VIAJE LARGO, ¿ESTO EN QUÉ SE TRADUCE?

“Lo más importante es una pérdida de hábitos. Cuando estamos bastantes semanas sin conducir, uno pierde la práctica diaria que es la que le hace tener una serie de hábitos, como el estar pendiente del tráfico”, explica a Traveler.es Antonio Lucas, director de Seguridad Vial de RACE.

Los niños deben viajar siempre en sus dispositivos de seguridad© Getty Images

Pilar Prieto, presidenta de PROVIAL, concreta algunos aspectos. “Ha habido gente que ha estado mucho tiempo confinada y la percepción de las distancias, de las medidas del coche y las velocidades se ve alterada cuando llevas mucho tiempo encerrada”. Ante esto, recomienda que nos acostumbremos a mirar lejos de nuevo.

Debido a la pérdida de hábitos, es probable que nuestro tiempo de reacción también se haya visto afectado. “Desde que percibes el problema hasta que reaccionas, en la situación prepandémica estábamos en un segundo o tres cuartos de segundo. Actualmente, estamos observando en quienes no han podido conducir, su tiempo de reacción se ve aumentado a segundo y medio y dos segundos, que es similar a conducir con fatiga extrema o, incluso, con síntomas de alcoholemia estando perfectamente bien”. Frente a ello, aumento de distancia de seguridad, tanto frontal como lateral, con otros vehículos.

Ambos expertos coinciden en que la conducción tiene que ser atención total y, claro, después de un tiempo sin hacerlo solemos estar más distraídos. “No solo por el móvil, sino porque cuando el conductor se siente agobiado empieza a hacer lo que no debe: me pongo y me quito gafas de sol, cambio de emisoras, búsquedas de CD…”, resume Prieto.

Prieto habla también de la llamada hipnosis de la autopista, causada por la monotonía en vías donde no hay estímulos. “Hace que nuestra percepción de la velocidad real que tenemos disminuya. Esto se está dando todavía más porque el nivel de tensión que llevamos después de tanto tiempo sin conducir hace que prestemos más atención a otras cosas que a la velocidad. Así que cuidado al entrar en las ciudades y revisemos el velocímetro”.

Para tantas veces como sea necesario© Getty Images

Los hábitos cuesta recuperarlos y hay quien llega a tener más estrés ante este primer desplazamiento. ¿La buena noticia? Se van cuando “vuelvas a recuperar esa práctica diaria de la conducción”, añade Lucas.

¿QUÉ ACTITUD TENEMOS QUE TENER EN CARRETERA?

Con independencia de que se trate del primer viaje largo que realizamos en meses o no, “tenemos que entender que la vía no es nuestra, que la compartimos todos los usuarios. Hay que disculpar todos los errores porque nosotros tampoco somos perfectos”, apunta Prieto para, a continuación, añadir: “Compartir la vida y la vía con responsabilidad, paciencia, calma y saber disfrutar”.

“Preparándolo con tiempo”, sentencia Lucas en una frase que sirve para referirse al mantenimiento previo del vehículo, pero también a cómo lo vamos a acondicionar de cara al trayecto, a informarse sobre las vías y a ser conscientes de que también entra en juego el factor humano.

“Mucha gente se va a poner en carretera con esta pérdida de práctica en el volante, lo que va a hacer que aumenten los incidentes y hay que aumentar la seguridad”. A saber, distancia de seguridad, vigilar la fatiga, respetar las situaciones de tráfico, ver cómo evolucionan el resto de vehículos, tener precaución con las motos, que son usuarios vulnerables, y no ponerse hora de llegada. “Con calma, confianza y seguridad, pero con precaución”.

Y un apunte más, la atención debe ser fundamental en los trayectos cortos y en las vías secundarias porque estando en destino también se producen accidentes.

¿HACEMOS UNA PRUEBA ANTES?

Después de tanto tiempo sin hacer un viaje largo, realizando únicamente trayectos cortos o hasta sin conducir, no está de más practicar por lugares que ya conocemos.

“Lo ideal sería que cogiéramos el coche por la zona en la que residimos y valoráramos en qué condiciones estamos porque quizá hacer un viaje el primer fin de semana que podemos conducir no es lo más adecuado. Por muchas ganas que tengamos”, explica Prieto.

¿Y SI SÍ QUE HE ESTADO CONDUCIENDO DURANTE TODOS ESTOS MESES?

En estos primeros trayectos más largos, se juntarán conductores que son conscientes de que llevan tiempo sin conducir con los que van muy rápido porque no han dejado de hacerlo.

“Conducir en un gran desplazamiento es muy diferente a conducir en pequeños desplazamientos urbanos o conocidos”, asegura Lucas, quien apunta la importancia de ser previsores en lo que a velocidad se refiere, de mantener las distancias de seguridad con otros vehículos, de señalizar las maniobras y de ser muy conscientes de que mucha de la gente que se va a poner en carretera quizá no tenga esos hábitos.

“Esos conductores que se han encontrado con vías con poco tráfico, donde se ha asumido más riesgo por velocidad, tienen que recordar que es fundamental conducir con precaución y de forma preventiva”, subraya.

¿CÓMO PREPARAMOS EL COCHE?

Era casi como un rito. Todas las vacaciones de verano comenzaban antes de ponerse en carretera, con su visita a la gasolinera o al taller para hacer un pequeño chequeo al coche y comprobar que todo estaba en orden.

Eso es lo que Lucas nos invita a realizar para ir recuperando el contacto con el vehículo. “La presión correcta de los neumáticos, la rueda de repuesto, que solo nos acordamos de ella cuando nos hace falta, ver que hemos quitado las hojas que han podido caer y levantar el capó del coche, comprobar que la batería funciona de forma correcta”.

También ser previsores y hacer un repaso de esas cosas que podemos necesitar en caso de emergencia. “Por ejemplo, incorporar a nuestra agenda el teléfono de la asistencia, los elementos de seguridad, el chaleco reflectante, la luz de emergencia V-16, que entrará en vigor en unos meses”.

Y, por supuesto, antes de empezar a conducir, tomarnos dos minutos para ver que todo esté bien. “Como cuando estabas en la autoescuela, lo que nos decía el profesor de revisa los espejos. Es un buen ejercicio”, indica Lucas que, a continuación, destaca también la importancia de realizar un buen reglaje del reposacabezas y recuerda que los niños deben viajar siempre con su sistema infantil de seguridad.

La lógica dice que uno debe parar cuando se note cansado sin llegar a superar las dos o tres horas de conducción seguidas. Sin embargo, “en este contexto se recomienda no superar la hora u hora y media, aunque no tengamos ningún síntoma de cansancio”, explica Prieto.

Eso sí, no vale parar de cualquier forma. “Conviene movilizar el vehículo, bajarse, caminar, mojarse la cara con agua fresca”, enumera la presidenta de PROVIAL.

Además, Prieto subraya la importancia de no engañar al organismo y de parar en cuanto detectemos el mínimo signo de cansancio, aunque haga 40 minutos que hayamos empezado a conducir. “Eso de ‘me noto un poco cansado y me tomo un café o cualquier cosa que tenga cafeína’ es un grave error porque nuestro cuerpo nos está mandando una señal y la cafeína lo que hace es taparlo. Luego podemos tener el efecto rebote en el que te viene un cansancio terrible y no puedes reaccionar a tiempo”.

¿CUÁLES SON ESAS SEÑALES DE CANSANCIO?

Entre otros síntomas, picor de ojos, incomodidad en el asiento o agarrotamiento, sobre todo, en la zona cervical. “Parece que vas subiendo los hombros y ahí es cuando te intentas relajar, pero se produce de una manera tan gradual que no te das cuenta hasta que sientes dolor”, explica Prieto.

EN CASO DE ACCIDENTE…

Según Prieto, las previsiones en estos primeros viajes es que se produzcan colisiones y roces por alcance, “el típico golpecito aquí y golpecito allí”.

Ante esto, la presidenta de PROVIAL pide evitar el efecto mirón: mantener la velocidad y no bajarla para mirar. Y nos recuerda la regla PAS: proteger, avisar y socorrer. “Paramos en un lugar seguro, llamamos al 112 y, luego, socorremos en la medida de nuestras posibilidades”.

Si el siniestro lo tenemos nosotros, “bájate del coche, respira, siéntete afortunado de que no ha pasado nada porque lo importante es que todos estemos bien. Los daños materiales no son un problema”.

¿ALGUNA RECOMENDACIÓN SI COMPARTIMOS VEHÍCULO CON PERSONAS CON LAS QUE NO CONVIVIMOS?

Antes del viaje, desde BlaBlaCar indican que el propietario del coche realice una limpieza y desinfección previa del vehículo, prestando especial atención a las superficies que pueden estar en contacto con las manos como, por ejemplo, los tiradores de las puertas.

Por último, aconsejan mantener la distancia de seguridad en la medida que sea posible, tanto fuera como dentro del coche. ¿Lo de saludar con la mano o con dos besos? Todavía no.

Y sí, aún a riesgo de ser obvio, cualquier persona que tenga síntomas compatibles con el Covid-19 debe abstenerse de viajar.

Condé Nast Traveler

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