Proyectando el Turismo: Túneles bajo el mar (II)

En mi anterior columna comentaba acerca el nuevo túnel recién inaugurado en las Islas Feroe, el cual cuenta con la primera redoma submarina (rotonda/glorieta)


Cada vez con mayor frecuencia y a medida que avanza la tecnología este tipo de construcciones subacuáticas serán más habituales.

En el norte de Europa hay actualmente dos proyectos de túneles submarinos en sus etapas iniciales. El primero de ellos unirá Dinamarca con Alemania y es que a pesar que estos dos países comparten frontera, toma más de 5 horas viajar de Hamburgo a Copenhague. El nuevo túnel acortará el trayecto a menos de 4 horas. Originalmente se tenia prevista y aprobada la construcción de un puente, pero estudios posteriores recomendaron que sería preferible un túnel, por lo que todo el proyecto tuvo que ser cambiado.

Situado a una profundidad de 40 metros en el Mar Báltico, el túnel Fehmarnbelt tendrá una longitud de unos 18 kilómetros y un costo estimado en 7.000 millones de euros. La vía submarina contará con dos carriles en cada sentido, más un carril de emergencia, mientras que la conexión ferroviaria tendrá una línea en cada sentido.

Túnel Fehmarnbelt  identificado en este mapa por los puntos naranja.

Dinamarca tiene experiencia en este tipo de construcciones, en el año 2000 inauguró túnel-puente Oresund que une Copenhague con Malmo, en Suecia, lo cual le da a este último  país la posibilidad de conectarse por vía terrestre con el resto de Europa.

Puente-túnel Oresund

Recordemos que Noruega, Suecia y Finlandia están semi-aisladas del resto de Europa, pues la única conexión de la península escandinava con el continente europeo a través de la frontera entre Finlandia y Rusia, para luego atravesar los países Bálticos hasta llegar a Europa Central.

Las construcciones de estas vías de comunicación acercarán a Escandinavia al resto del continente impulsando el intercambio económico y sobretodo turístico.

El segundo proyecto es mucho más ambicioso y una vez concluido superará todos los ‘records’ existentes, pero de ese tercer túnel les hablaré en mi próxima columna.

Alberto Aristeguieta

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