Entre Cielo y Tierra: “Boom, Coyunturas y Dislocación de un Destino Turístico”

Corrían los años 70´s y siendo profesor universitario en el área de turismo, cada semestre organizaba con mis alumnos una sesión de cine para ver una película de 1967 denominada “El día que salieron los peces” protagonizada por conocidos artistas de la época, entre ellos Tom Courtenay, Colin Blakely, Sam Wanamaker y Candice Bergen, cuyo tema se relacionaba con el súbito desarrollo de una isla griega como destino turístico a consecuencia de una operación encubierta de la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN-, para recuperar un par de bombas atómicas que cayeron  accidentalmente desde un avión de esta organización en las costas de dicha isla.


El tema de esta producción cinematográfica se basó en el accidente ocurrido en Palomares, Provincia de Almería, España, en 1966. En la película, los pilotos del avión que transportaba la peligrosa carga sobreviven al accidente y tratan de buscar ayuda sin éxito; por su parte, el jefe de la OTAN los cree fallecidos y desarrolla una estrategia de recuperación de las bombas que consistió en el envío de un buen número de agentes civiles y militares, que haciéndose pasar por inversionistas, ingenieros y constructores, comenzaron supuestamente a construir allí un importante resort, lo cual, inmediatamente origina una ola de pequeños emprendedores, buscando montar restaurantes, cafeterías, discotecas, tiendas, etc., y por supuesto muchísimos visitantes, turistas y recreacionistas, que rápidamente generaron un boom en la desconocida y casi desolada isla. Algunos lugareños encontraron una de las bombas e intentaron abrirla pensando que dentro podía haber un tesoro; el boom turístico se ve amenazado finalmente al comenzar a aparecer muchos peces flotando en las costas afectados por la contaminación emanada de una o ambas bombas, y finalmente, aunque la OTAN logra recuperar tales artefactos, finalmente se conoce la noticia de este hecho y de la noche a la mañana comienzan a desaparecer todos los comerciantes y visitantes.

En la materia Introducción al Turismo se estudiaban estos procesos de boom al igual que las denominadas coyunturas y dislocaciones turísticas. Las coyunturas son fenómenos temporales, positivos o negativos que afectan el comportamiento estadístico de una corriente turística hacia un núcleo receptor o destino, como ejemplo podemos mencionar un evento extraordinario como lo fue la celebración de la Conferencia de los Derechos del Mar en Caracas entre junio y agosto de 1974, la cual atrajo una importante cantidad de delegados de todas partes del mundo llenando todos los hoteles del área metropolitana y litoral guaireño, en una época considerada temporada baja para el turismo internacional receptivo. Este ejemplo simboliza una coyuntura positiva, por el contrario, una coyuntura negativa podría representarse con el derrame de petróleo en aguas de un destino turístico o el paso de un importante huracán por el mismo, ambas situaciones que por lo general disminuirán considerablemente el número de visitantes hacia tales destinos, pero que, en teoría, en relativo poco tiempo podría restablecerse la corriente turística hacia el núcleo receptor afectado.

El fenómeno de las dislocaciones se diferencia porque, salvo alguna excepción, siempre son negativas y pueden pasar años para la recuperación del destino; el deslave ocurrido en el litoral de Vargas en diciembre de 1999 es un claro ejemplo de una dislocación.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que la gran mayoría de los destinos turísticos mundiales se encuentran hoy en día afectados por la más importante dislocación en la historia de la actividad recreacional del hombre, esto no solo por los efectos primarios de la pandemia, que han generado cierto temor a viajar, sino en especial por las prohibiciones y restricciones de viaje en la mayoría de los países del mundo, lo cual ha causado una caída del 70% de las llegadas internacionales de visitantes en 2020 comparado con 2019. Las consecuencias de esta dislocación se ven agravadas por el pésimo desempeño de algunas autoridades nacionales para enfrentar la crisis, y en muchos casos por la falta de cooperación de una importante porción de las poblaciones residentes, quienes piensan que son infalibles ante el virus chino, y por tanto no cumplen las normas y protocolos establecidos, se contagian y contagian a muchos a su alrededor.

En el caso de Venezuela, hay que agregar que los destinos nacionales están además dislocados producto de la ausencia o muy escasa conectividad aérea, marítima y terrestre, por la escasez de combustible, y por la poca capacidad económica de la mayoría de los venezolanos para movilizarse. Para Venezuela, como destino turístico, también la situación está agravada por la extrema limitación a los vuelos internacionales que mantiene el gobierno nacional. Mientras tanto, decenas de miles de empresas y personas que prestan servicios en la actividad turística permanecen paralizados en espera de que, empezando el 2021, comience el retorno a la normalidad para que sus negocios y/o empleos se puedan salvar.

Según la Organización Mundial del Turismo, la actividad turística es la mayor generadora de empleo y emprendimiento a nivel mundial.

Willian J. Bracho
Abogado, MSc. Gestión del Turismo Sostenible
Especialista en Derecho de la Navegación
willianbracho@estrategaconsulting.net
Instagram: @Estratega_Consultores_wb

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