IATA: tiempos muy turbulentos para la aviación latinoamericana

  • Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas, sostuvo una conversación* con Karen Walker, editora jefe de Air Transport World y de Aviation Week. Aquí un resumen de las respuestas del representante de las aerolíneas. Abróchese el cinturón de seguridad.

Situación general de la aviación mundial

De acuerdo a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las proyecciones no son alentadoras. Se han perdido más de 77 billones de dólares en la industria aérea desde que se decretó la restricción de operaciones en marzo 2020. De cara a 2021, se estima que continúe la racha negativa, y se perderán más de 5 billones de dólares por mes, mientras la pandemia siga presente.

46 millones de empleos siguen en riesgo de perderse también, porque en la práctica la cantidad de pasajeros transportados ha caído en 50 por ciento desde 2019, y la recuperación no se ve inmediata; de hecho, la mejora llegaría más bien hacia el año 2024.

A la fecha, los diferentes gobiernos en el mundo han aportado más de 60 billones de dólares en ayudas alrededor del mundo, principalmente en Estados Unidos y Europa. Más de 30 aerolíneas han cesado operaciones o se encuentran bajo el llamado capítulo 11 de las normas de quiebra de empresas en Estados Unidos.

Se han realizado más de 40 mil vuelos de repatriación alrededor del mundo, y más de 46 mil vuelos de carga desde marzo 2020. La industria aérea ha operado de manera responsable, y no ha sido vector de transmisión del virus. 

Petición de las aerolíneas a los gobiernos

IATA solicita a los gobiernos que implementen el test de detección del covid19 en todos los aeropuertos del mundo, abran las fronteras y eliminen la necesidad de cuarentena para los pasajeros. El test sería la manera más responsable para continuar transportando pasajeros, sabiendo que la aviación no es un vector de transmisión del virus, como se ha demostrado en los últimos meses. 

Los gobiernos necesitan tomar el liderazgo en esta materia, porque es su responsabilidad principal. Sin embargo, se han visto casos de aerolíneas tomando la iniciativa, como Air Canada y Westjet, que han hecho acuerdos con los aeropuertos de Vancouver y Toronto para hacer el test a los pasajeros. Igualmente, ha sucedido en Estados Unidos, con los vuelos que tienen a Hawaii como destino, así como American Airlines ha acordado con los gobiernos de Bahamas, Costa Rica y Jamaica, la realización del test y evitar la cuarentena.

La prueba covid19 debe ser precisa y rápida en términos de la obtención del resultado. También debe tener un costo razonable y ser escalable o con capacidad de atender mayores demandas en función del número de pasajeros. Es la manera de avanzar y tener éxito, porque el viajero necesita recuperar la confianza en volar, y la industria tiene la responsabilidad de transportar pasajeros de manera segura. El objetivo es seguir un estándar global, que se vaya en la misma dirección, todos bajo un mismo sistema armónico. IATA y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), en conjunto con otras organizaciones, están trabajando en esa dirección, para asegurar que las cosas se hagan de manera alineada.

Acerca de Latinoamérica y sus retos

La región lleva ocho meses de crisis en el sector aéreo, de las peores en el mundo. Actualmente, la mitad de los primeros diez países con más casos de virus en el mundo son latinoamericanos, lo que ha impactado negativamente en la aviación. Hasta agosto 2020, apenas Chile, México y Brasil, permitían vuelos internacionales. Recientemente, Colombia, Perú, y Chile, ya aprobaron vuelos domésticos. La reactivación está ocurriendo con mayor frecuencia ahora.

Debe haber un balance entre salud pública y recuperación económica, y el sector aéreo ha hecho un gran trabajo al crear un ambiente que va en consonancia con los objetivos gubernamentales en materia de salud pública; se han establecidos protocolos de bioseguridad de una manera responsable. Las aerolíneas están cumpliendo los estándares fijados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y trabajando en conjunto con aeropuertos y gobiernos, para que se extiendan las soluciones a todos los aeropuertos.

IATA solicita a los gobiernos en Latinoamérica que sigan permitiendo la apertura de los mercados, con los protocolos de salud establecidos, evitando la cuarentena, de manera que la aviación sea un estímulo para la reactivación económica, y desde luego la recuperación de la confianza.

Los retos varían de región en región. En Latinoamérica, el principal reto es siempre el papel que puedan asumir los gobiernos. El tema en este momento es la apertura de las fronteras, que se reactive el negocio de la aviación, y saber que es seguro volar nuevamente. Esto debe ser un esfuerzo conjunto entre las aerolíneas y los gobiernos.

Un asunto vital: mientras que la ayuda mundial a la aviación ha pasado de 60 billones de dólares, menos del 1% corresponde a Latinoamérica. No solo las aerolíneas necesitan apoyo; también los aeropuertos y los proveedores de servicios. La mayoría de los aeropuertos son administrados bajo la figura de la concesión, y tiene una responsabilidad con los gobiernos, que a su vez deben ser flexibles en materia financiera.

Hay aerolíneas que no están en capacidad de volver a operar después de ocho meses en tierra, mientras que tres de las cuatro grandes transportistas de la región están operando bajo el capítulo 11 (proceso de administración controlada) de Estados Unidos. Por otro lado, aerolíneas internacionales como Air New Zealand, Emirates y Qatar Airways, salieron del mercado latinoamericano, y otras aerolíneas europeas o estadounidenses pudieran seguir los mismos pasos.

En este punto, los gobiernos tienen la responsabilidad de hacer más atractiva la región, por medio de la reducción de tasas e impuestos, para iniciar la recuperación de la conectividad aérea a niveles pre pandemia, cuando el crecimiento era sostenido. La región siempre ha presentado retos políticos, económicos, y sociales, y la aviación ha convivido igual. Pero la pandemia es otro nivel de exigencia e incertidumbre que ha causado caos en el sector, y necesita ser atendido por los gobiernos de una manera directa, no solo financieramente.

En Argentina acaban de establecer un impuesto de 35% a los viajes de turismo; eso no estimula para nada el interés de las personas en viajar. Esta es una región donde los viajes y el turismo son la principal actividad económica para muchos países, pero todavía algunos gobiernos toman la dirección equivocada. Es el deseo de la IATA que los gobiernos vean a los actores del sector viajes como un socio estratégico, para que la recuperación económica suceda más rápido.

Latinoamérica no tiene la misma infraestructura de Europa o Estados Unidos en cuanto a sistemas de trenes o autopistas. De hecho, las aerolíneas compiten con las líneas de autobuses para transportar pasajeros y bienes. Obviamente, se viaja más rápido en avión, y su rol de conectividad es más importante en esta región tan extensa, en comparación con otras zonas del mundo. Por ello, es imperativo el reinicio de operaciones domésticas. Muchas familias dependen de la aviación.

La región del Caribe se ha desempeñado mucho mejor en esta etapa de reinicio paulatino de operaciones. La adaptación a la nueva normalidad ha sido positiva. Su dependencia del turismo y de la aviación, dada su característica geográfica con muchas islas, ha obligado a establecer los protocolos de manera correcta y están funcionando.

La infraestructura en Latinoamérica no siempre ha sido la mejor y, de hecho, antes de la pandemia, ya mostraba limitaciones frente al crecimiento de los vuelos. A veces ocurría que se inauguraba un nuevo terminal aeroportuario, pero el mismo ya se quedaba corto para la cantidad de vuelos que estaban llegando. Por eso es importante la planificación.

Se ha constatado retraso en nuevas obras y proyectos, y solo se pide a los gobiernos que no cesen en la ampliación o construcción de nuevos aeropuertos, porque la recuperación vendrá en unos pocos años, y ahora es el momento de planificar pensando en un futuro muy activo en materia de viajes, y a pesar de los problemas habituales en los campos políticos, económicos y sociales.

La infraestructura es también un asunto de competitividad: no es el Caribe contra Cancún, o Machu Pichu contra la Patagonia. Es más bien Latinoamérica como región que debe competir contra el resto del mundo, en términos de servicios e infraestructura de alto nivel. Los gobiernos deben tener la voluntad de invertir en nuevos proyectos, y trabajar de la mano de socios estratégicos en el sector turismo, porque la conectividad es lo más importante hacia el resto del mundo, y también a lo interno.

El futuro inmediato

A la fecha, TAME en Ecuador, Liat en el Caribe, y Latam Argentina, han cesado operaciones. Otras aerolíneas grandes están en procesos de reestructuración. Luego de ocho meses de cierre de fronteras, no hay ninguna industria en el mundo que salga ilesa de esta situación. Por ello, es importante continuar con la reactivación de vuelos con los protocoles de salud necesarios. Lo contrario significará más aerolíneas cerradas y más desempleo.

El Caribe es un buen ejemplo de reactivación: poco a poco la conectividad se ha ido restableciendo con Estados Unidos, España y Reino Unido. Por otra parte, Costa rica y Uruguay también están avanzando. Es buena idea contar con “corredores” especiales para estimular los viajes dentro de la región, por ejemplo, Argentina-Brasil, o Colombia-Perú, o Perú-Chile. Siempre con los protocolos correctos, la confianza en los viajes regresará y también el progreso en la región.

*Traducción libre del inglés. Entrevista online (webinar) realizada el 6 de octubre de 2020

Luis Manuel Vargas M.
Comunicador Social. UCAB 92. CNP #7761
@aeroconexion
www.aeroconexion.wordpress.com

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