Estados Unidos: Otros 100 días sin cruceros

La prohibición de la actividad que emitió la CDC a mediados de marzo se acaba de prolongar por al menos tres meses más, con lo cual se afecta al 43% de la actividad mundial.


El Centro Para Control y Prevención (CDC) de los Estados Unidos prolongó por 100 días más –es decir, más de tres meses– la orden de no navegar para los cruceros.

La medida de la agencia gubernamental del gran país del Norte que monitorea la salud ambiental y la sanidad de los cruceros se aplica únicamente para los puertos y aguas de ese país.

Sin embargo, si se tiene en cuenta que los Estados Unidos concentra por sí solo el 43% de la flota mundial, se tiene una cabal idea de la gravitación de la medida para la industria de los cruceros en general.

La prolongación de la orden se justifica como una reacción a los “continuos brotes de coronavirus en al menos diez cruceros en las últimas semanas” en aguas de ese país, y tiene como objetivo combatir la propagación de COVID-19 en los Estados Unidos.

La medida se dictó originalmente el 14 de marzo, exactamente al día siguiente de que la Cruise Line International Association (CLIA) anunciara que sus asociados, entre los que se cuentan las líneas de cruceros más importantes del mundo, suspendieran sus operaciones por treinta días.

La decisión voluntaria se iría renovando desde entonces, pero ahora la dependencia oficial exige que además se presenten planes operativos completos y detallados para prevenir una mayor expansión de la pandemia a través de sus flotas.

Estos documentos, que se deberán presentar a la CDC y la US Coast Guard (USCG), debe incluir una táctica de respuestas implementables con independencia del apoyo de los gobiernos estatales, locales y federales.

Es decir que a partir de ahora todo queda bajo responsabilidad absoluta de las navieras.

100 Días o Hasta Que…

La nueva norma permanecerá vigente hasta que se verifique la primera de cualquiera de estas situaciones:

  • Expiración de emergencia sanitaria.
  • Rescisión o modificación de la reglamentación vigente por parte de la CDC.
  • Transcurso de 100 días a partir de la publicación de esta prolongación de la orden de no navegar en el Federal Register (similar al Boletín Oficial en Argentina).

Por otra parte, los operadores de cruceros no podrán desembarcar viajeros ni tripulación tripulantes, excepto indicación en contrario por parte de la USCG, la cual deberá consultar previamente al Departamento de Salud y Servicios Sociales (DHHS) en Washington o las oficinas CDC, según lo que se coordine en cada caso con el gobierno federal, estatal y autoridades locales.

Costos Financieros y Esfuerzos Desviados

En el comunicado con el que se dio a conocer la prolongación de la parálisis del sector, la CDC puntualiza: “Como operadores de embarcaciones con bandera no estadounidense que navegan en aguas internacionales, es imperativo que las líneas de cruceros asuman el cuidado de su tripulación y no exijan aun más los limitados recursos de los Estados Unidos durante una emergencia de salud pública.”

Sigue: “Sumar más casos de COVID-19 provenientes de los cruceros coloca a los trabajadores de la salud en un riesgo considerablemente mayor.”

«Además, la evacuación, el triage y la repatriación segura de viajeros y tripulantes implica una logística compleja, con altos costos financieros en todos los niveles del gobierno, y desvían esfuerzos que son necesarios para suprimir o mitigar el COVID-19.”

Como se ve, las medidas se endurecen.

“Estamos trabajando en conjunto con las navieras para resolver temas de salud y seguridad en el mar, tanto como en las comunidades cercanas a los puntos de entrada de cruceros a los Estados Unidos”, explicó el Director de los CDC, Robert Redfield.

“Las medidas que estamos tomando para detener la propagación de COVID-19 son necesarias para proteger a los estadounidenses, y continuaremos brindando a la industria una orientación crítica para limitar los impactos de COVID-19 en su fuerza laboral durante el resto de este pandemia”, agregó el funcionario.

La Voz de las Navieras

Por su parte, CLIA unificó la posición de las navieras, y respondió destacando la proactividad de sus miembros ante la crisis y presentando “propuestas de largo alcance en prevención, detección y atención”.

“Valoramos nuestra relación con las autoridades de los Estados Unidos –difundió a través de un comunicado–. Continuaremos trabajando con ellas y manteniendo nuestro compromiso en priorizar la salud y seguridad de pasajeros y las tripulaciones.”

Sigue la declaración: “Sin embargo, estamos preocupados por las consecuencias no deseadas de una medida que estigmatiza a una industria que ha reaccionado de manera proactiva, que ha escalado sus propios protocolos sanitarios… y que ha sido transparente en sus informes, a pesar de numerosos desafíos que están más allá de su control.”

La cámara empresarial señala también que entre los posibles impactos de la pandemia en su sector se cuentan una pérdida potencial de ingresos para la economía de los Estados Unidos que se estima en US$ 51.000 millones, y la pérdida de 343.000 empleos, sólo en el primer año, “si se asume que los planes de este país ante la emergencia se prolongan por un año”.

CLIA señala que ése fue el lapso por el cual se mantuvieron en vigencia las disposiciones estadounidenses ante la última emergencia sanitaria, ocasionada por el virus H1N1.

“Si bien el alto perfil de la industria de los cruceros hace fácil que la atención se concentre en ella, el hecho es que los cruceros no son la fuente ni la causa de propagación del virus”, se lee más adelante, en el comunicado.

“Lo que funciona distinto en la industria de cruceros es la exigencia que se le impone de presentar informes –concluye–. Pero es erróneo suponer que una frecuencia más alta en los informes se conecta con mayores riesgos o frecuencia de infección.”

noticiasdecruceros.com

Volver al boletín

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *