Claves para pensar, actuar y vestirte como el triunfador que secretamente ya eres

Tu éxito comienza en tu mente, se vuelve una realidad gracias a tus acciones y se respalda por la imagen y reputación que construyes a diario. 


Vivimos en la era del corto plazo. Nos desesperamos si no conseguimos lo que queremos en poco tiempo y, en muchas ocasiones, abandonamos nuestros objetivos por no ver resultados pronto. ¿Es normal? Desgraciadamente sí, así reaccionan la mayoría de las personas. Por esta razón separarte del promedio y comenzar a visualizar a largo plazo, cultivar la paciencia y la constancia, a la larga, te darán frutos. 

Gary Vaynerchuk, el reconocido emprendedor, comenta “la gente ve el resultado final de la gente exitosa y cree que siempre fue así.” Si hoy conoces a un profesionista en la cúspide de su carrera creerás que desde sus inicios esa fue su realidad. Por supuesto que no. Todo experto en sus inicios también fue un aprendiz. 

Quiero compartirte una fórmula sencilla de largo plazo que te ayudará a construir tu éxito de manera sólida.

1) Piensa como triunfador 

¿Por qué la gente no piensa en grande? Porque no nos han enseñado a hacerlo. Tememos fallar y por eso pensamos pequeño, vamos a la segura, en donde no hay riesgo. 

Hagas lo que hagas piensa en grande. Esta debe ser tu actitud. Si eres emprendedor, dueño de tu propio negocio, freelance, sin importar el tamaño de tu empresa o proyecto ten la actitud de presentarlo como un negocio ganador. ¿Sabes cuántas veces los clientes no contratan tus servicios por la falta de confianza que transmites? Muchas. 

Y si eres profesionista y estás empleado en una empresa, ¿cómo pensar en grande? No caigas en la trampa de querer ascender sólo por cumplir con tu trabajo. Por eso se te paga. Pensar en grande es visualizar hasta dónde deseas llegar en la empresa y ponerte un tiempo límite, jamás lo dejes en un simple deseo. Sin importar la edad que tengas tu actitud determina tu altitud, es decir, qué tan alto puedes llegar. Basa la construcción de tu ascenso en resultados, no en las horas trabajadas. 

En su libro Fueras de serie, Malcolm Gladwell comparte el resultado de las 10 mil horas de práctica que las personas exitosas en su campo acumulan para obtener la maestría (cualquiera que sea su carrera o negocio). No, no me refiero a que estudies una maestría, sino a adquirir la destreza máxima en tu profesión. Solemos asumir que si estudiamos más automáticamente seremos mejores y destacaremos. Tristemente no. El conocimiento sólo es poder en potencia. La práctica constante de lo que hagas como trabajo te hará convertirte en un maestro de la técnica y la obtención de resultados sobresalientes. Gladwell afirma que 10 mil horas de práctica en cualquier campo se acumulan alrededor de diez años, mil horas por año aproximadamente. ¿Has visto a un médico que en menos de un año de iniciar su carrera se posicione como experto?, ¿un futbolista que sin entrenar desde hace años se convierta en una súper estrella?, lo mismo pasa en cualquier profesión y negocio. Piensa en grande y a largo plazo.

¿Cómo piensa un triunfador? Piensa que ganará, no que va a perder. Esa es la clave. Determina que pase lo que pase continuarás. Te comparto un consejo que me ha servido mucho: “si no logras una meta, cambia el plan, no la meta”. Y para lograr grandes resultados el comienzo está en tu mente. Por esta razón piensa como triunfador(a). Es lo primero que debes hacer para tener éxito.

2. Actúa como triunfador

Tus ideas pueden ser innovadoras, tal vez hasta revolucionarias, pero sin acción no hay resultados. ¿Cuántos cursos has tomado y no has puesto en acción? Estoy seguro de que más de uno. ¿Cuántas veces has dicho a los demás lo que harás y no lo cumples? Un triunfador decide ponerse en acción a diario para acercarse cada vez más a su meta. 

¿Sabías que tus acciones son más poderosas que tus palabras? De nada sirve prometerle nuevos beneficios a tus clientes si no los cumples. Si eres colaborador en una empresa te pregunto, ¿quién es tu cliente más importante? Tu jefe. Así es. Él o ella observa tus resultados, ve tus acciones, se da cuenta si este año te has convertido en alguien más valioso para la organización o el área que dirige. 

Te recomiendo mucho medir tus avances, sólo así sabrás cuánto te has acercado a tus metas y cuánto te falta. Lo que no se mide, no crece ni avanza. 

John Maxwell, el gurú del liderazgo, afirma que los equipos ganadores son aquellos que tienen a la vista un marcador para ver en dónde están respecto a su objetivo. Por esta razón en los deportes puedes ver fácilmente quién está ganando, únicamente requieres ver el marcador. Y si vas perdiendo con sólo ver el marcador sabes que tu plan no está funcionando, es momento de ajustar la estrategia.

A los emprendedores y profesionistas a veces les asusta ver sus marcadores porque no quieren desanimarse si no ven resultados sorprendentes. Es mucho mejor ser realista y darte cuenta que no has avanzado mucho (e identificar las causas de tus malos resultados) que soñar que el marcador cambie por arte de magia. 

Acostúmbrate a fallar. No nos educaron desde niños que fallar es bueno, que es parte del proceso del éxito. Nos premiaban si ganábamos y si perdíamos no se hablaba del porqué perdimos, era de mal gusto o poco empático hacerlo. Nadie nos dio orientación que fallar no es perder sino parte natural del proceso del éxito. 

Quienes aprenden con cada falla crecen, y aquellos que se lamentan por fallar y bajan los brazos no tienen éxito.  

No necesitas ser un genio para tener éxito. El talento está sobrevalorado, puedes ser muy talentoso en algo, pero sin persistencia y constancia no llegarás muy lejos.

¿Cómo actúa un triunfador? Avanza a pesar del miedo. Ve sus fallas como oportunidades para aprender y mejorarse a sí mismo. Seas dueño de negocio, líder de proyecto o formes parte de un equipo en tu empresa actúa a pesar del miedo, o alguien más lo hará. Cuando veas que otra persona se atrevió y tiene éxito lamentarás no haberte puesto en acción.

3. Viste como triunfador

La ropa no habla, pero sí comunica. Comunica quién eres, cómo piensas y te ayuda a crear una reputación en tu sector o industria.

¿Por qué la vestimenta es tan importante? Porque la gente reacciona a ella, es un impulso inconsciente. Todo ser humano reacciona a la manera de vestir de su interlocutor. Deja de ver a la imagen como moda, empieza a verla como una herramienta de tu comunicación, del cómo expresas tu manera de pensar y actuar.

Ya sea que en tu industria se vista informal o casual, ello no significa que descuides tu imagen personal. El buen gusto se identifica en cualquier código de vestimenta. Se puede vestir casual y elegante, o informal y con una vestimenta que proyecte tu actitud y mentalidad ganadora. 

Se acabó la época en la que se creía que la mejor vestimenta es aquella formal de traje y corbata, o traje sastre femenino; ni es apropiado en todos los casos, ni es cómodo y práctico para todas las industrias. Todo depende de 3 factores: en qué empresa trabajes, qué tipo de servicios/productos ofrezcas, el clima de tu región.

Hazte responsable de la imagen que proyectas y del cómo deseas te recuerden los demás. 

¿Cómo viste un triunfador? Se viste para ganar, para el éxito; sea de jeans o de traje. Aprende que para vestir mejor lo más importante no es comprar ropa cara sino el compromiso de vestir congruente con tus pensamientos y acciones. Si vas a vestir como un triunfador(a) invierte en ropa de calidad, atemporal.

Como lo dijo sabiamente Coco Chanel “la moda se compra, la elegancia se aprende.” Si tu guardarropa se basa en su mayoría en lo que está de moda gastarás dinero en vez de invertir. Tú no quieres pasar de moda, deseas establecerte y para ello necesitas un guardarropa apropiado para desempeñar tu trabajo, que cumpla con tu estilo de vida y exprese tu personalidad.

Te comparto algunos tips de oro para vestir como triunfador(a):

  • Investiga siempre el código de vestimenta de tus clientes. Si no te es posible viste de manera clásica en un código casual de negocios (camisa o blusa de vestir color claro con pantalón formal oscuro). Si en tu industria se viste muy relajado cambia la playera o la blusa sin mangas por una camisa/blusa casual y un par de zapatos casuales limpios.
  • Cuida que tu cabello tenga un buen corte y esté bien peinado.
  • Usa máximo 3 colores al vestir. Si te cuesta trabajo combinar usa sólo 2 colores.
  • Cuida que tus zapatos estén impecables.
  • Ocúpate de tu pulcritud (sobretodo en cara y manos).
  • Cuida la calidad de tus accesorios, es decir, se vean en buen estado (cinturón, lentes, bolso, cartera, reloj, etc.).
  • Empieza a vestir mejor, conviértelo en un hábito, y los demás reaccionarán, te lo aseguro.

Si los demás descuidan su imagen, tú no lo hagas. Recuerda, no es vestir más elegante sino mejor que el promedio. Eleva tus estándares y te acercarás más rápido a tus metas. Tu manera de vestir es parte de tu comunicación y de tu estrategia.

La congruencia es el hábito de los triunfadores
Ser congruente no es fácil, si fuera sencillo todos lo harían. Ahora sabes del poder que tiene tu manera de pensar, actuar y vestir. 

¿Recuerdas los tres consejos que te di?  “Piensa, actúa y viste como triunfador.”

Al final, todo lo sembrado rinde frutos si eres paciente y persistente. Si sabes a donde deseas llegar estarás en ese lugar porque así lo decidiste, jamás será un accidente. Te deseo mucho éxito.

David Navarro
Asesor de Imagen y Marca Personal

Fuente: Entrepreneur

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