Entre Cielo y Tierra: “Organización de Espacios Rurales para Recreación y Turismo”

El turismo interno y la recreación demandan cada día nuevos destinos que permitan el aprovechamiento del tiempo libre a precios razonables; y esto, en una época en la cual la mayoría de la población no dispone del ingreso suficiente para cubrir sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, servicios públicos, salud y educación, resulta algo paradójico o contradictorio.


Al igual que lo que pasa con la demanda de bienes y servicios no esenciales, la recreación y el turismo buscan espacio y vías para financiarse; en el caso de la recreación, dado su carácter de necesidad humana, las personas buscan asegurar su disfrute dentro de la medida de sus posibilidades.

La idea de organizar espacios rurales para la recreación y el turismo surge como una vía para que tales espacios puedan generar ingresos adicionales a sus dueños o arrendatarios, a través de la complementación de las actividades
agrícolas y pecuarias, con las recreativas demandadas por los visitantes nacionales, y eventualmente los internacionales.

En gran parte del territorio venezolano existen granjas, hatos o haciendas que cuentan con extraordinarios recursos naturales aprovechables, me refiero a ríos, lagunas, playas de mar, montañas, humedales y sabanas, los cuales conjuntamente con el quehacer rural relativo a la cría, pastoreo y ordeño de animales; la siembra, cultivo y cosecha de diferentes rubros agrícolas; y algunas actividades recreacionales; pueden organizarse para permitir la visita de personas durante el día (recreacionistas), o incluso con pernocta (turistas), si se prevén las facilidades de alojamiento. Las actividades recreacionales pueden incluir cosas sencillas como paseos a caballo, pesca en los ríos o lagunas, juegos (bolas criollas, tiro al arco, dominó, etc.), coleadas de toros, y otras según la creatividad y posibilidades de los organizadores.

Foto referencial. pixnio.com

El tema de alimentación y bebidas es fundamental, ya que la provisión de desayunos, almuerzos o cenas, con sus respectivas bebidas, a los visitantes, es una de las principales fuentes de ingresos; estas pueden ser tipo buffet, parrilladas, carne en vara o sancochos al aire libre, y complementada con la venta de productos agrícolas de la propia finca (huevos, leche, casabe, maíz pilado o en mazorcas, frutas, quesos, y hasta mermeladas y dulces).

Una muestra y venta de artesanía local o regional puede generar ingresos adicionales para el destino rural. También se podrían organizar periódicamente ferias o mercados con una oferta variada de productos venezolanos.

La señalización sobre cómo llegar al destino rural es importante, también lo es la señalización interna para que los visitantes sepan por donde circular y donde estacionar sus vehículos. Dependiendo del tamaño y orografía de cada hato, granja o finca, es probable que sea necesario prever u servicio de transporte desde el área de estacionamiento hasta los lugares que aprovecharán los visitantes. Un tractor con un vagón de remolque puede ser una forma interesante de ofrecer y realizar el transporte interno.

Las redes sociales y la radio digital podrían ser excelentes vías para promocionar los destinos rurales.

La administración de este tipo de emprendimientos es normalmente de tipo familiar, pero es importante que en función de los volúmenes que se aspiren manejar, se distribuyan los roles, en especial los relacionados con alimentación y bebidas, seguridad y primeros auxilios, guiatura y recreación de los visitantes, y caja principal.

El desarrollo y diversificación de destinos rurales para la recreación y el turismo también contribuirá a la generación de empleos, a la mejora de la economía local, y a evitar la migración de la población.

Willian J. Bracho
Abogado, MSc. Gestión del Turismo Sostenible.
Especialista en Dº de la Navegación
wjbracho@yahoo.com

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