Nuevamente concluyó en Caracas, con mucho éxito, la Expo AVAVIT, convertida ya en el evento principal del sector turístico venezolano. Mucho entusiasmo por un futuro desarrollo que necesariamente requiere de una gran batalla contra todos los males que afectan el país y que mantienen contra la pared todas las iniciativas y buenos deseos en cuanto a la recuperación de esta actividad.
Nada más oír las diferentes conferencias dictadas por relevantes dirigentes nacionales o regionales de la industria, o leer los informes presentados por las cámaras y asociaciones, nos confirman que hay mucho que combatir, cambiar o mejorar.
Comencemos por los temas generales que afectan a todos los sectores: La Seguridad Jurídica y Personal, en este sentido es necesario que el Estado, en toda su amplitud, garantice y promueva la seguridad jurídica en toda su extensión, porque los inversionistas, emprendedores, desarrolladores y comerciantes, nacionales o extranjeros no pueden estar a merced de la discrecionalidad de un funcionario municipal, estadal o nacional, la ley, los reglamentos y las ordenanzas tienen que ser respetados por todos.
En el caso de la seguridad personal, será imposible que incrementemos los flujos turísticos internos e internacionales, si no le ponemos un alto a la delincuencia que azota por igual a venezolanos y extranjeros, y que tristemente hoy la ejecutan por igual civiles y uniformados, ciudadanos comunes y funcionarios, haciendo que la gente tenga temor de aquellos que en teoría deben proteger su integridad personal y garantizar sus derechos. Dentro de esa delincuencia que hay que combatir también está la mala gestión y la corrupción que han empobrecido nuestro país y que son las causantes de muchos males generales que también afectan el turismo tales como la escasez de alimentos, medicinas, combustibles, dinero efectivo, el pésimo estado de las carreteras, y la decadencia de los servicios públicos de agua, luz, teléfonos e internet.
Cuando vemos que el transporte aéreo internacional desde y hacia Venezuela pasó de 32 aerolíneas operando en 2013 a tan solo 10 en 2019, nos percatamos de que cada día estamos más aislados, y esa situación no sólo ha sido causada por la inseguridad, también la política cambiaria, la hiperinflación y la hiperdevaluación han influido.
Las fronteras con Aruba cerradas y gran dificultad para llegar a Venezuela desde muchos países. Internamente el 2 cuadro de la movilización aérea es dramático, conseguir un vuelo a Porlamar, Maracaibo o Mérida, por mencionar tan solo algunos destinos, se ha convertido en algo complejo, porque cada día hay menos frecuencias a muchos aeropuertos venezolanos. También en materia de servicios de Ferry el estado Nueva Esparta, otrora principal destino turístico venezolano, sufre hoy las consecuencias de la desaparición o minusvalía de las empresas que prestaban o aún prestan servicios desde Cumaná, Guanta y Puerto La Cruz, afectando seriamente la movilización de personas y suministros hacia y desde Margarita.
Otro aspecto que hay que rescatar es la calidad de servicio, la cual en muchos casos ha decaído por algunos de los factores anteriormente citados, pero que en líneas generales será la que haga la diferencia a la hora del renacimiento del turismo en Venezuela.
Interactúo con muchas personas y veo por igual optimismo y pesimismo, a los pesimistas les envío este mensaje, ¿Acaso fue fácil para los países afectados por la segunda guerra mundial recuperar sus ciudades, industrias, escuelas, universidades, y la moral de sus ciudadanos?, Venezuela se recuperará y el sector turismo será uno de los más beneficiados, para ello tenemos un gran contingente humano que está presto a contribuir con su granito de arena a librar la gran batalla para que el país salga adelante. Carabobo no fue fácil, pero fue posible.
Willian J. Bracho, MSc.
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