Huérfanos de Afectos

“La Familia”, película escrita y dirigida por Giovanny García (El Amparo) y el debutante Reggie Reyes,, se estrena en Venezuela; luego de un exitoso recorrido por más de 40 prestigiosos festivales internacionales, incluyendo la Semana de la Crítica de Cannes 2017. Diez premios internacionales y seis nacionales preceden su estreno en Venezuela.

“La Familia” es una coproducción entre Venezuela, Chile y Noruega; la participación venezolana está a cargo de La Pandilla Producciones, Cine Cercano, y Factor RH; realizadores venezolanos con importante aval en cinematografía local y extranjera.

Giovanny García, el debutante Reggie Reyes, y el director Gustavo Rondón Córdova.

Giovanny García (El Amparo) y el debutante Reggie Reyes, dan vida a una película escrita y dirigida por Gustavo Rondón Córdova en la que, al margen de un contexto de violencia, se gesta una fortuita relación de complicidad padre–hijo. Andrés (35) y su hijo Pedro (12) viven en un barrio obrero de Caracas y casi nunca se ven. Mientras Andrés ocupa su tiempo con sus varios trabajos, Pedro deambula por las calles jugando con sus amigos y aprendiendo del ambiente violento que le rodea. Durante un partido de pelota callejero, Pedro se pelea con un niño a quien hiere gravemente. Al descubrir esto, Andrés presiente la venganza y decide escapar del barrio en busca de refugio. Esta situación expondrá a un padre incapaz de controlar a su hijo adolescente pero al mismo tiempo irá acercándolos involuntariamente como nunca antes. Ese, a grandes rasgos, es el argumento de unos “niños huérfanos de afectos”.

En palabras del director, Gustavo Rondón Córdova, “uno de los ecos de la película ha sido la pequeña historia humana y cercana padre–hijo que resalta al margen del particular contexto de violencia presentado como fondo”. “Al principio, en el guión estaba presente el personaje de madre, lo cual hubiera dado como resultado una historia completamente distinta. En una sociedad matriarcal como la latinoamericana, las madres son heroínas constantes, crían hijos, nietos y sobrinos. En este caso, los rostros de los dos protagonistas están marcados, justamente, por la ausencia de esta figura maternal y deben cruzar una barrera emocional que les impide demostrarse afecto físico y verbal, aunque, en el fondo, están unidos por los mismos vacíos”.

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