15 rincones fresquitos en España para huir del calor este verano

Un recorrido por los paisajes y suaves temperaturas del valle del Roncal, en Navarra, la serranía de Cuenca, pueblos como Piornal (Cáceres) y Aínsa (Huesca)… 

1 Valle del Roncal (Navarra)

Según la web meteorológica eltiempo.es, en Isaba, el pueblo más septentrional de los siete que componen el valle navarro de Roncal, las noches son frías (unos 11,6º de media) y los días no suelen pasar de los 23 grados. Este valle ofrece un enorme abanico de paisajes, desde la Foz de Burgui, en la ribera, hasta el macizo kárstico de Larra, allá en lo alto; vertebrado todo por el río Ezka. Cuenta con el único valle glaciar de Navarra, Belagua; ascendiendo por el puerto homónimo, el llano va dejando paso al bosque, que acaba cediendo ante los pastos de alta montaña, que terminan en roca. El entorno ofrece infinitas posibilidades de ecoturismo.

2 Parque natural de Aralar (Gipuzkoa)

La sierra de Aralar despunta a caballo entre Navarra y Gipuzkoa, pero solo la parte vasca está declarada parque natural. Abaltzisketa y Ataún son las dos puertas de entrada a una de las áreas montañosas más importantes de Euskadi, que tiene en la cima del Txindoki o Larrunarri uno de sus iconos. Con muchas posibilidades de turismo de naturaleza, gastronómico y etnográfico: caseríos, el queso Idiazabal, la sidra, rutas senderistas, ecuestres y en bicicleta de montaña. Y temperaturas suaves durante todo el año, 17ºC las máximas, 7ºC las mínimas (siempre de media).

JL GUTIÉRREZ GETTY IMAGES

3 Liébana (Cantabria)

La comarca de Liébana es uno de los destinos cántabros por antonomasia. Integrada por varios valles rodeados de altas montañas, en el extremo superior de uno de ellos, val de Baró, se localiza la estación de montaña de Fuente Dé, con máximas en verano de alrededor de 22ºC. Un teleférico (en la imagen) salva 753 metros de desnivel (en poco más de tres minutos) hasta el mirador del Cable, a 1.850 metros de altitud. Allí solo cabe rendirse a las impresionantes panorámicas del macizo central de los Picos de Europa —Peña Remoña, Padiorna, Pico San Carlos y Torre Altaiz, los picos de Santa Ana, Tesorero, Torre Horcados Rojos, Peña Olvidada— y, más allá, la cordillera Cantábrica.

4 Puebla de Lillo (León)

Puebla de Lillo se encuentra en los alrededores del puerto de San Isidro, paso de montaña que une las provincias de León y Asturias, y donde la temperatura media en verano no supera los 12,5 grados. Es un pueblo de origen medieval que forma parte del parque regional de Picos de Europa (en la imagen). Su torreón, actual Casa del Parque, ayuda a interpretar el paisaje y su relación con el hombre. Entre esta localidad y el puerto de las Señales, muy cerca del límite con el parque natural de Redes, se alza el Pinar de Lillo, uno de los escasísimos pinares autóctonos de la Península.

5 Aigüestortes y Estany de Sant Maurici (Lleida)

El parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici apunta al cielo de los Pirineos catalanes con cuatro dedos de más de 3.000 metros de altitud y otros 10 más con más de 2.800 metros. Su territorio, en la provincia de Lleida, se encuentra dividido en cuatro comarcas: Alta Ribagorça, Pallars Sobirà, Pallars Jussà y Vall d’Arn. Las dos primeras conforman el parque propiamente dicho y tienen sus entradas históricas en Boí y Espot, respectivamente; el área periférica se extiende por las cuatro. Las horas centrales del día suelen ser soleadas en verano, pero cuando cae la tarde refresca bastante.

6 Parque natural Los Alcornocales (Cádiz y Málaga)

En Andalucía existe una zona abundante en lluvia, brumosa, de contornos desdibujados, donde la humedad procedente de la costa se acumula formando bosques de niebla en los canutos (valles estrechos y profundos) y favorece la pervivencia de la laurisilva, bosque perteneciente a la era Terciaria. Laurel, ojaranzo, durillos, acebos, helechos. Junto a la mayor masa de alcornocal de la península Ibérica. Es el parque natural Los Alcornocales, en la provincia de Cádiz y parte de la de Málaga, un oasis de agua en el caluroso sur español.

7 Sierra de Gredos (Ávila)

Lagunas, gargantas, circos, riscos, galayos (agujas graníticas), depósitos morrénicos. Dominado todo por el imponente pico Almanzor, de 2.592 metros, techo del Sistema Central. El parque regional de la sierra de Gredos, en el sur de la provincia de Ávila, es, como señala Turismo de Castilla y León, “un espacio tallado por la erosión glacial” en el que destacan el circo y la laguna Grande de Gredos. En su vertiente sur hace calor, aunque hay pozas en las que refrescarse; en la norte (la zona de Hoyos del Espino, por ejemplo), el viajero tiene prácticamente garantizado dormir con manta.

8 Serranía de Cuenca

El parque natural de la serranía de Cuenca, cerca de 74.000 hectáreas de naturaleza protegida y 11 términos municipales incluidos, cuenta con miradores espectaculares, con la fantasía hecha piedra de la Ciudad Encantada, con el nacimiento de los ríos Cuervo y Júcar, con Las Torcas de Los Palancares, con las siete lagunas de la cañada del Hoyo, la de Uña y la del Tobar, con el parque cinegético de El Hosquillo, con la Balsa de Valdemoro-Sierra. Y con unos cielos nocturnos sobrecogedores que hay que disfrutar con la chaqueta puesta.

 GETTY IMAGES

9 Cangas del Narcea (Asturias)

El parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias (Reserva de la Biosfera por la Unesco) ocupa una gran extensión del mayor concejo de Asturias, rico en casonas y palacios de estilo rural construidos entre los siglos XVI y XVIII. Dentro de los límites de este espacio natural se encuentra el bosque de Muniellos (en la imagen), el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa. Tradicionalmente, estas tierras, con una temperatura media en verano de 19,3ºC (y máximas de 25), son refugio tanto del oso pardo cantábrico como de quienes vienen huyendo del calor.

10 Ezcaray (La Rioja)

Ezcaray, en la parte alta del valle del Oja, al suroeste de La Rioja, es la localidad más cercana a la estación de esquí de Valdezcaray. En el extremo occidental de la sierra de la Demanda, tiene como atractivos, además de unas máximas de 25ºC y un famoso festival de jazz durante la primera quincena de julio (Jazz de Ezcaray, que ya va por su 23ª edición), una muestra de arquitectura popular bien conservada en su casco urbano. Y un entorno natural que invita a ser disfrutado mediante rutas de senderismo.

11 Islas Cíes (Pontevedra)

Además de ser preciosas, de los rincones más espectaculares de España, las islas Cíes, en Galicia, ofrecen frescor incluso en los meses más tórridos del año. No tanto por el entorno (que también, ya que la brisa y las noches húmedas y a menudo neblinosas de las rías bajas suavizan en parte los rigores del verano) como por sus gélidas aguas atlánticas: el agua de una de sus playas, la de Rodas —elegida recientemente por los lectores de EL PAÍS como una de las más bonitas de España—, ha llegado a marcar los 15ºC en pleno agosto. El archipiélago, con sus tres islas principales —las de Monte Agudo (o del Norte), la de O Faro y la de San Martiño (o del Sur)— es candidato a ser declarado patrimonio mundial por la Unesco.

12 Sierra Norte de Sevilla

Un clásico del verano es ver en los informativos un primer plano de un termómetro sevillano marcando cuarenta y tantos grados. Pero Sevilla, uno de los grandes epítomes de la canícula, cuenta en su provincia con lugares como la sierra Norte, declarada parque natural y geoparque, que da un poco de tregua al termómetro y permite remojarse. A unos pocos kilómetros de San Nicolás del Puerto y su playa urbana, que se nutre de las aguas del Rivera Huéznar, el mismo río forma las cascadas del Huesna, declaradas monumento natural. Eso sí, en ellas está prohibido el baño. Para darse un chapuzón en la zona están el pantano de El Pintado, la isla Margarita (o del Pescador), los lagos del Serrano o la ribera de Benalijar.

13 Sierra de Albarracín (Teruel)

La sierra de Albarracín atesora una joya como el pueblo homónimo, integrante de la asociación de los más bonitos de España, y el más bonito de todos según los lectores de EL PAÍS. Aquí también está el pueblo con fama de ser el más frío del país: Griegos, a 1.600 metros de altura, entre bosques de pino silvestre y praderas de alta montaña. El agua, abundante, refresca aún más los veranos de esta sierra del suroeste de la provincia de Teruel (Aragón) en las que se encuentran el Salto de San Pedro en el Vallecillo, la cascada de Calomarde, el Barranco Hondo o los Ojuelos del Río Cabriel.

14 Aínsa (Huesca)

Aínsa, situada en la comarca del Sobrarbe (Huesca), es también miembro de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Y es un excelente punto de partida para conocer el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo de Aragón. En la villa, a 589 metros sobre el nivel del mar, situada en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, hace bastante calor durante el día, pero el ocaso da un poco de tregua. Arriba, en la montaña, el descenso de las temperaturas cuando el sol desaparece resulta mucho más acusado.

15 Piornal (Cáceres)

En 2015, el diario regional ‘Hoy Extremadura’ describía Piornal, en el valle del Jerte (que, por cierto, celebra su ‘cerecera’ hasta el 21 de julio), como “el pueblo fresquito”. La villa cacereña es la más alta de la comunidad autónoma (se alza a 1.175 metros), lo que proporciona una temperatura veraniega más aceptable. Ofrece rutas circulares de senderismo, puntos de observación ornitológica y opciones refrescantes como muchas gargantas (La Bonal, la cascada del Caozo, Los Pilones de la garganta de los Infiernos), la piscina natural Charco del Calderón y la cascada de la Desesperá. En Piornal también se encuentra el museo del Jarramplas, dedicado a su fiesta más típica (el 19 y 20 de enero), declarada de Interés Turístico Nacional.

Fuente: elviajero.elpais.com

Volver al boletín

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *